miércoles, mayo 18, 2005

INTOLERANCIA, RACISMO, DISCRIMINACIÓN: "MAMÁ, SOY PAQUITO..."

Resulta revelador las declaraciones de la Secreataria Josefina Mota en relación al grado de racismo e intolerancia que arroja una encuesta aplicada a cientos de mexicanos.

Una de las características que conforman el alma de una cultura es su Identidad, es decir, la concepción que tiene una sociedad de sí misma, individual y colectivamente. Por una cuestión tan ancestral como el origen de la propia especie, la Identidad de una comunidad, un pueblo o una nación supone, como si fuese una maldición inherente, la negación o animadversión de “el otro”. No existe explicación más elemental al carácter belicoso, al afán de conquista y al instinto migratorio que signan la historia de nuestra especie.

La historia de la humanidad es la historia de las migraciones y ésta es una sucesiva cadena de hibridaciones culturales y étnicas, de conquistas, agresiones y distensiones que amenaza con ir más allá de nuestra actualidad. Al término de cada momento histórico trascendente, la báscula de la Naturaleza pareciera inclinarse a poner las cosas en orden, apaciguar los espíritus y gestar nuevas y más complejas transculturaciones.

En nuestra “historia nacional”, lo que identificamos como (el) “pueblo español”, esa sencilla tipificación de dos palabras, es en realidad la paciente elaboración de un vino añejo que abrevó de todas las vides del Mediterráneo, que fermentó con creencias provenientes de Europa Central y del Medio Oriente y que fue decantado entre melismas y arabescos del norte de África. Prácticamente no existe pueblo de la historia antigua, la del Viejo Mundo, que no haya dejado sobre las costas ibéricas la huella de sus pisadas. Sin embargo, la historiografía oficial elude esta genealogía hispánica y nos presenta al conquistador como un ente maligno por excelencia y codicioso por naturaleza.

Ese pueblo, el español, sedimento de numerosos grupos étnicos, de creencias diversas y costumbres cambiantes; sometido por siglos interminables al aletargamiento de la sujeción de manos de imperios ya voraces, ya esplendorosos; acunado con el ennoblecimiento renacentista de épocas doradas y herido gravemente por el fanatismo, es el pueblo que conquistó la vasta región del subcontinente Americano al sur de lo que serán luego los Estados Unidos. Estos pueblos de la América precolombina fueron conquistados y colonizados por uno de los pueblos más conquistados del orbe.

No cabe duda de que vivimos aún la infancia de la especie humana y que salir de ella va a costar algunos ciclos históricos todavía. Mientras tanto, no dejen de dormir con su osito, no sean discriminatorios.
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2 comentarios:

El Chukustako Tiroleiro (¡ajua!) dijo...

A mi lo que más me sacó de onda de la encuesta fué ver en crudos números como ese modo "gracioso" que tenemos los mexicanos de hablar, al decir,
ese "puto", ese "pinche naco" o esa "vieja", son un reflejo prístino de lo que llevamos en el corazón. Si 66% de la población sigue siendo homofóbica, misógina y racista, entonces ¿de qué nos han valido 500 y pico años de historia como pueblo mestizo?
Saludos y gracias por visitar mi blog

Ministry of Silly Walks dijo...

Chukustako, realmente me dan miedo tus palabras. Tienes toda la razón.