miércoles, agosto 11, 2004

LAS LENGUAS TIENEN FECHA DE CADUCIDAD

El latín cayó en desuso y desapareció, igual que el español antiguo y muchas de las lenguas ancestrales de Medio Oriente, igual que miles de lenguas autóctonas que se han ido descomponiendo a medida que avanzan fenómenos como la migración, el mestizaje o el exterminio. Veamos el caso de Japón donde se asume sin tapujos el habla inglesa como segundo idioma, al tiempo que su nación se "occidentaliza" a una tasa mayor que muchos de los propios países de Occidente.

Pese al conservadurismo que permea la Real Academia de la Lengua, el castellano evoluciona como un gusano de seda, especialmente en América donde sedimenta la absorción de las lenguas autóctonas y se bate a duelo en las calles de norteamérica. Aunque la pujanza económica de un pueblo apuntala la fortaleza de su lengua, ésta jamás se mantiene estática y busca formas de expresión novedosas que le permitan su supervivencia. Cambia.

Por su parte, aunque pataleen muchos antropólogos románticos y otras tantas ONGs, más temprano que tarde las lenguas indígenas van a desaparecer al ritmo que toca el mestizaje y la integración de las comunidades autóctonas a culturas preponderantes. Háganse a la idea, los usos y costumbres de las etnias van a desaparecer y serán suplantados por otras culturas que tampoco serán eternas. Es la ley de la sociedad humana.

Nos colonizó España, cierto. Pero qué es "España" si no una región donde han acampado en el curso de milenios toda suerte de etnias mediterráneas, centroeuropeas y árabes. Por su parte, otro factor, el índice de africanos asentados en la Península Ibérica crece paulatinamente al compás de la globalización, de modo que "España" mantiene su estigma de ser una nación signada por la migración, la dominación extranjera y una auténtica coctelería étnica.

Según un reporte de la ONU, los pueblos indígenas suman alrededor de 350 millones de personas, repartidas en más de 70 países y representan cerca de 5 mil lenguas y culturas diferentes. Se trata pues, de una minoría en vías de extinción.

Y tú, ¿eres romántico?

("Humphrey: pues tus posts también se oyen medio caducos". -Pues sí, no lo dudo-).

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