sábado, febrero 17, 2007

NO TRATES DE PENSAR MUCHO, NO TIENE CASO
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___Cuando pensaba que en algún momento llegaría a los 50 años de edad, no deseaba imaginar cómo se vería el panorama después de eso. Ahora prefiero no pensar en ello, pero tiendo a detenerme ahí más de la cuenta. Ocurre que los parámetros en los que uno piensa en futuro están delimitados por los años acumulados y por los años potencialmente alcanzables.
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___Irremediablemente uno hace cuentas: calculas la edad que vivieron tus padres, tus abuelos, tus tíos, etcétera; haces asociaciones de las enfermedades que terminaron por vencerlos y, a fin de cuentas, te paras en medio de un remolino especulativo.
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___Un maestro de redacción me dijo en una ocasión que el lector moderno no está acostumbrado a retener el contenido de párrafos muy largos. Lo que quería decir, quizá, es que hoy en día tendemos a pensar como si leyéramos una receta de cocina y como si la escritura tendiera a sujetarse a esa fórmula, a una sucesión de fragmentos.
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___Hay mucho de cierto en esa afirmación. Y lo comprueba la primera reunión del Consejo Editorial del periódico El Imparcial en donde participé en condición de invitado (aún no sé con certeza quién me incluyó en la lista de huéspedes; en principio se me ocurrió la flamante idea de que, siendo el día de mi cumpleaños -16 de febrero-, alguien había supuesto que tal invitación sería un regalo idóneo). En la reunión estuvieron los directivos del más alto nivel de aquel diario que publica una docena de diarios en el noroeste, así como también unas dos docenas de personajes del mundo académico, empresarial, religioso, juvenil y artístico. Cuando los escucho hablar -hablaron ahí bastante- me siento como en casa. Es decir, pienso en lo terrible que ha sido la educación en los últimos 10 lustros y en cómo la enseñanza de la gramática y la ausencia de la filosofía han castrado la comunicación humana.
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___Hace algunas décadas, algunos charlatanes disfrazados de autoridades gubernamentales supusieron que Televisa podía ser el pendón cultural de la Nación. Quisieron suponerlo por mera conveniencia. Por sus tendencias inmediatistas. Porque creían que el ritmo sexenal que los animaba representaba un boleto para alcanzar la trascendencia (esto lo pensaban los "mejores de ellos", y, fuera del grupo gobernante, gentes como Octavio Paz; otros nomás se reían, como
Ibargüengoitia).
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___Los del gobierno no deseaban pensar con profundidad, o, por suavizarlo, lo que ellos podían pensar como "profundo" tropezaba con los deliciosos viajes de compras a Houston o las aventuras vacacionales en crucero en el Caribe.
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___"Siempre en domingo", "El chavo del 8" y programas menos emblemáticos pero igual de atrofiantes, convirtieron a México en un símbolo comunicativo entre los países debajo del Suchiate. Las plagas no conocen fronteras.
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___Fue la segunda edición de la cultura idiotífera de la "época de oro" del cine mexicano. Pedro Infante, el arquetipo del pendejo mexicano: un romántico dispuesto a dar la vida por una escala de valores de risa, sigue despertando suspiros. Es la historia famélica del arribista. El indviduo que escala en la esfera social porque la suerte lo favorece de forma inverosímil en la peor de las circunstancias. Esa fue la imagen del "mexicano". El que sueña con trascender su ignominia a través de ganarse la lotería, el melate o una "plaza" en la burocracia.
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___Adiós Juan Rulfo y Azuela; adiós Castellanos (Rosario) y Revueltas. Nada valía mucho. Los arquetipos televisivos y cinematográficos de la post Revolución fueron, finalmente, los que tejieron (y se apropiaron) el prototipo flagrante del mexicano, su proclividad a los celos, a la violencia intrafamiliar, a la borrachera flagelante.
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___En los 50s, José Alfredo Jiménez recogió de debajo de las mesas de las cantinas las colillas de los cigarrillos que dejaron los Generales. Las sobras. Luego se los fumaba. Simbolizaban a las mujeres usadas que no servían mas que para satisfacer los instintos de seres cuya noción de futuro era el extravío o el suicidio.
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___Después de los cincuentas, es decir de que cumples los 50 -vaya lío secular- , las cosas se ven de otra forma. Nadie tiene que demostrarte que Dios existe; que el matrimonio es una ficción; que los partidos son la suma de nuestras miserias; que el gobierno es la última fase de los siete pecados capitales.
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___Por eso, cuando pienso en lo que viene a la mente después de esa edad emblemática, escojo no escribir sobre ello.
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___¿Qué hora es?
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6 comentarios:

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

Te referirás a otra casa porque en la nuestra el léxico es amplio y la comunicación altamente sarcástica -cuanto mejor, irónica-.

You know what I mean!
(¡Ah, y además bilingue!)

mar adentro dijo...

!Feliz Cumpleaños¡ (aunque algo atrasado el saludo).

Supongo que las cosas no se ven tan distintas, bueno, eso es lo que quiero creer...supongo también que después de saber que el Ratón no existe, Santa Claus y los Reyes tampoco, que no hay ollas detrás de ningún arcoiris...no hay mucho que pueda sorprendernos.

Un abrazo

Mile dijo...

Nachito querido:
Siempre he pensado que despues de todo los mexicanos nos hemos encontrado la manera de pasar a Televisa y sus secuesces por el arco del triunfo y crear una cultura y lenguaje mas alla de lo que cualquiera quiera enseñarnos...piensalo... encontraras que quiza somos tan listos que nos pasamos de pe...
Eso dice mi papá...

Abrazote
Mile

Arevalo dijo...

Feliz cumpleaños y no te preocupes por el paso del tiempo tan natural, piensa que si fueramos inmortales entonces sí estaríamos en problemas: Aprenderíamos, a la larga, de nuestros errores y eso no convendría a los gobiernos (¡Queremos rock no pacifismo!Consumo, luego existo, etc etc. ) ¡Cómo sea! Los principios que nos han inculcado funcionan siempre que no engorden o enfermen .
¿Me explico? (Nomás te faltaron los Almada en tu reseña de personajes de culto).
Bueno, me despido. Fue un placer comentar en tu blog.

El Chukustako Tiroleiro (¡ajua!) dijo...

feliz cumpleaños Nacho. Y pues si se llega al tostón con la mente tan activa y lúcida como la tuya, pues que chido ¿no?

Unknown dijo...

Ojala llegues a los cien, para seguir deleitandonos de la buena escritura.
Salvador