jueves, noviembre 19, 2009

EL CÁNCER DE MAMA DE MAMÁ
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___Querido diario:
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___Debo habértelo contado... mi madre tenía 54 años cuando falleció de cáncer de mama. Yo vivía en la Ciudad de México cuando los médicos detectaron la enfermedad, todo hace suponer que el diagnóstico fue tardío. Sufrió mucho y tuvo que estar viajando constantemente de San Luis a Hermosillo para llevar sus tratamientos en el Hospital Chávez. Era derechohabiente del ISSSTESON, viuda de un maestro de secundaria sindicalizado que murió, más aún que ella, prematuramente.
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___Tuve la oportunidad de compartir con ella un mes completo en la fase terminal de su enfermedad. Por suerte, una tía nuestra vivía a dos cuadras del hospital de modo que su convalescencia transcurría entre el hospital y la casa de la tía, sobre la calle Aguascalientes.
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___Vajé a Hermosillo en el verano de 1984 a cuidar a mamá pues mis hermanos, maestros normalistas en aquel entonces, marchaban diariamente a la Costa de Hermosillo a dar clases y no podían quedarse a atenderla... al comenzar las vacaciones de verano ellos pudieron relevarme y emprendí el regreso a México con una encomienda laboral de pasar breves temporadas en Culiacán y Monterrey. Habrían transcurrido 18 días cuando, estando en Monterrey, me informaron que doña Emma se encontraba cerca del final. Mis colegas consiguieron un boleto Monterrey-Hermosillo con escala en Guadalajara. En el aeropuerto tapatío me comuniqué con un amigo de Ciudad Obregón contándole mi travesía. Mi amigo, ajeno a mi ignorancia sobre el desenlace, me dio el pésame... Así me enteré de que mamá habia fallecido...
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___Llevar a mamá para sepultarla en San Luis, donde residía, es un periplo que te contaré después...
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___¿Cómo no ser sensible con las campañas del moñito rosa?
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3 comentarios:

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

cada que pienso en ella en el hospital se me aguan los ojos... es inevitable.

Y sí, todos los meses de Octubre porto un moñito rosa y me pongo melancólica.

nacho dijo...

Ups...!

Beatnik-7 dijo...

Leí esta entrada y me acordé inmediatamente de mi madre y la de Esteban, mi vástago. Recibe un abrazo fuerte y ánimos para seguir en la lucha, porque arrieros somos.