lunes, septiembre 29, 2003

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EL VIEJO DE HEMINGWAY VIVE EN GUAYMAS

Guaymas es un puerto olvidado de Dios. Alguna vez fue la tarraya nacional, hoy es zona de desastre. Es cierto que la naturaleza lo trata mal en ocasiones pero la mano del hombre gobierna como si odiara a la ciudad. Los gobiernos priístas y los de la oposición (en serio ya no se quién es la oposición) pasan sin pena ni gloria cada trienio y la ciudad es otro niño de la calle con su drenaje reventado y pésimos servicios sanitarios: supura suciedad y malos olores. El huracán Marty acaba de pasar dejando miles de damnificados.

Contrasta el desastre municipal con el Auditorio cívico que está entre los mejores del noroeste. Las butacas parecen de Cinemark, el escenario es gigantesco y baja hasta el público en 8 niveles de mármol negro precioso. Telones, entretelones, patas y mecanismos de tramoya funcionan a la perfección. Las elevadas escaleras de caracol se elevan simétricamente hasta el altísimo techo del cubo donde se agolpan los andamios superiores como enormes puentes colgantes perfectamente diseñados. Son envidiables el sonido y la refrigeración, y ni qué decir de los camerinos: enormes, bien ventilados e iluminados. Da gusto ir a cantar ahí y, como les había adelantado, ahí fuimos el fin de semana con todos nuestros arreos el coro de la Universidad de Sonora a dar un concierto.

Estando ahí me entero de que el concierto es a beneficio de la obra social de los padres franciscanos, esos clérigos que portan tremendos hábitos coloniales con gorro capuchino y un cordón blanco atado a la cintura. No hubiera sido yo sensible a la obra de estos sacerdotes de no ser porque el domingo enviaron a todo el coro a desayunar al mesón franciscano. Este mesón no es otra cosa que un enorme salón convertido en comedor donde todos los días ofrecen a las 8 de la mañana alimentos gratuitos a quien lo necesite. De los invitados especiales, la socia, la chica superpoderosa, y mi marciano favorito fuimos los primeros en llegar, luego llegaron los demás. Eran las 7:50 y nosotros éramos unos 35 contando al chofer del camión y a su niño que tiene gran parecido con Mowgli.

Al entrar, fue una sorpresa ver la larga fila de personajes que esperaban impacientes su ración diaria: ancianos abandonados, menesterosos sucios, marineros que segurmamente fueron buenos mozos en los años 50s. Rostros comidos por el sol, dentaduras lastimadas por el tiempo y el descuido, gruesas arrugas ensalitradas y grandes barbas canosas y desaliñanas eran el carnet de identidad de aquellos hombres. No había ahí teporochos. Eran hombres entrados en años, abandonados por sus propias fuerzas y jubilados por la marea de las décadas. En sus rostros habitaba el signo del perdedor; amargas retribuciones y olvido familiar teñían sus gestos hambrientos. Les juro que ahí estaba en persona el viejo que dejó Hemingway entre hilos de pescar y osamentas de jureles y cazones.

Al fondo del salón se veía una enorme cruz de madera y la foto de inspirador franciscano del mesón. Era curiosa la escena. Nosotros, un cardumen de pequeñoburgueses, rodeados de aquellos necesitados mirábamos alrededor una parvada de pinzones llevando y trayendo charolas, era un grupo de señoras y muchachas voluntarias que diariamente hacen "labor" para la iglesia, su Iglesia, la católica. No comenté nada, excepto que le dije al marciano "cómete el huevo porque estos señores ya le están echando el ojo". El marciano obedeció. Luego nos fuimos a ensayar. El malecón se miraba desde ahí.

Del concierto pues qué decir. El auditorio se llenó y todos los artistas se portaron a la altura. Música mexicana con arreglos polifónicos, mariachi, bailables regionales. Cosas típicas que despiertan optimismo en esa gente del puerto que, desafortundamente, no las trae todas consigo. En sus circunstancias, la gente no necesita mucho para alegrarse.

A veces uno dice muchas cosas y no hace nada. Ante el cuadro que encontramos ayer, los camaradas del coro ni se atrevieron a preguntar si nos iban a pagar. Regresamos contentos y aquí andamos.

viernes, septiembre 26, 2003

UN DÍA AGITADO

Un día me encontraba en casa leyendo un libro sobre las costumbres de los mohicanos cuando alguien tocó a la puerta (tapping at my chamber door). Iba, lo recuerdo bien, en la página 321. ¿Quién será a esta hora?, pregunté viendo el reloj de pared que marcaba las 6:15 de la mañana (marcaba solo las 6:15, yo sabía que era de mañana). Abrí. ¡Sorpresa!, eran Mel Brooks y Walter Mathau con indumentaria de médico. Saludaron sonriendo. De improviso me tomaron de los brazos y me colocaron una camisa de fuerza. Volvamos a casa, dijeron. Me dejé llevar. Considerando mi fortaleza física, haber escapado de aquellos tipos decrépitos hubiera sido tarea fácil, sin embargo no me resistí por razones que seguramente ellos conocían a la perfección. El libro quedó tirado sobre la alfombra y la puerta se cerró detrás de mí. Me colocaron una prenda un tanto incómoda y luego me subieron a la ambulancia.

En el camino, a bordo de esa ambulancia color verde que parecía militar, Walter y Mel me hablaban a través de una ventana comunicante con tono amistoso, mediatizador. Era fácil intuir a dónde nos dirigíamos. Insistían en que todo iba a salir bien, que no me preocupara. Hablaban en inglés. Yo no estaba preocupado en realidad, no hasta que la ambulancia se detuvo en una gasolinera y Mel se bajó a comprar un Carlos V (honestamente pensé que se inclinaría por un milkyway, pero no, Caerlos Quintou, decía, con brellenou cajetouso). Ahí empecé a preocuparme aunque por un momento me distrajo la idea de que una compañía chocolatera mexicana exportara sus productos a este país. Aprovechando la ausencia de Mel, Walter, con cierto nerviosismo, me explicó en un español espantoso de qué se trataba el asunto: había ideado recogerme con el pretexto de internarme donde ustedes se imaginarán, pero en realidad, argumentaba, quien debía ser internado urgentemente era Mel; su plan consistía en fingir hasta el último momento que sería yo el interno y que ahí, en un repentino cambio de planes que luego me explicaría, dejaríamos a su colega encerrado en el pabellón de los oligofrénicos. Walter contaba con mi fortaleza física para llevar a cabo su plan. Hablaba precipitadamente, yo apenas entendía su pésimo español. Le dije que no había problema que podía explicarme sus inquietudes en inglés, pero ya no había tiempo. Viendo la contrariedad en su rostro dije “cuenta conmigo” no sin hacer un gesto indicando la circunstancia en que me encontraba, atado a mi camisa. Su respuesta fue un guiño y un esforzado tranquilizador.

Bien, como dije, aquí empezó mi preocupación. Llegó Mel con una taza de café y su Carlos V pero no era de relleno cajetoso sino del duro. Walter tomó la taza y Mel se puso al volante. Con la golosina estorbando su habla dijo algo chistoso que no entendí, Walter se moría de la risa (después supe que fingía y que el de Mel era un chiste malo y repetido que Walter detestaba).

Llegamos al hospital. Mel abrió la puerta trasera de la ambulancia y me ayudó a bajar, volteó sospechosamente a todos lados y tiró la envoltura de su chocolate en la caja de un pick up que estaba junto. Walter cerró la puerta y despreocupadamente tiró el vaso de su café en la caja del pick up. Centro de Rehabilitación, se leía en el letrero a la entrada del hospital. Rodeamos un poco y entramos por la puerta que decía urgencias. Mel y Walter sonreían. Yo caminaba en medio de ellos, algunos paramédicos saludaban. Recorrimos un largo pasillo hasta llegar al sitio convenido. Walter revisó la habitación predispuesta asomándose por una ventanilla. Esta es, dijo. Sacó del bolsillo superior de su bata una llave y abrió la puerta de metal. Se puso a mi espalda y en un rápido movimiento desabrochó mi camisa. Ahora, me dijo. Empujamos a Mel al interior y cerró inmediatamente. Mel se vio sorprendido y comenzó a gritar. Sin escucharlo, a través de la ventanilla veíamos sus gestos pues las paredes estaban tapizadas de material aislante. Retiré totalmente mi camisa y respiré aliviado. Walter hizo una seña para que viera por la ventanita. Lo hice. Me sorprendió ver en su interior a otro hombre que no identifiqué, estaba de espaldas. Es Alfred Hitchcock, me dijo, debemos esperar un poco, agregó en inglés. Se dirigió a un cubículo cercano. Le seguí. Indicó que aquello era parte de su plan: Alfred calmaría a Mel contándole un cuento de suspenso hasta dormirlo; ambos sabían el efecto de esos cuentos en la mente de Mel. Ahora lo sabía yo también. Me encogí de hombros y me dispuse a esperar. Tenía sed y recordaba los gestos de Mel al morder su Carlos V. Salí al corredor a tomar un poco de agua. Walter salió detrás de mí y se dirigió a la habitación de Mel. Lo seguí con la vista. Al asomarse a la ventanilla se sonrió. Luego abrió la puerta y salió Alfred, luego se metieron al cubículo. De regreso me asomé y vi a Mel dormido en el piso. En el cubículo Alfred y Walter se reían despreocupadamente. Saludé a Alfred y él correspondió a mi saludo con mucho afecto. Cómo va tu lectura de los mohicanos, Walter me ha contado sobre tí, me dijo. Bien, voy en la página 321, respondí. Magnífico, dijo, ahora viene lo bueno: los rituales, es la mejor parte. No me sorprendía la sabiduría de Alfred sobre los indígenas americanos pues el libro lo había escrito su padre, Mel ya me había contado que lo acusaban de plagio.

Nunca imaginé que por la tarde los dos hombres con batas de médico se dirigirían a Sunset Boulevard en busca de prostitutas. Así fue. Yo los acompañaba sin saber su destino. Íbamos en el convertible de Alfred. Eran las 6:15 de la tarde. Pasamos por una zona comercial. Llamó mi atención un auto deportivo estacionado cerca de una farmacia, en el interior pude reconocer el rostro de Hugh Grant, tenía una extraña expresión de apartamiento y satisfacción, a su lado se movía un objeto que parecía ser una persona agazapada. No encontré sentido a aquella escena. Nuestro auto continuó su marcha. Los dos individuos no se atrevían a contarme sus intenciones y disuadirme de seguir acompañándolos. Finalmente Alfred habló. Relató cómo concibió su película Los pájaros, dio un enorme rodeo para finalmente confesar los planes que tenían él y Walter para aquella tarde. Alfred hablaba un inglés peninsular al que yo estaba muy acostumbrado por haber hecho mi trabajo social en un hospital especial cerca de Londres. Hice algunas observaciones al guión de la película y les ofrecí bajar en Sundance Avenue, donde podría tomar un tranvía de regreso a casa. Pensaba en continuar con mi lectura de la vida mohicana. Persistía fresca en mi memoria la relatoría sobre el discipulado que debían seguir los jóvenes mohicanos para aprender a cazar venados machos, instrucciones que por tradición oral conservaban los adultos de la tribu de generación en generación. Eran las 7:10 de la tarde y tenía mucha hambre.

Al día siguiente, Walter me explicó el mal chiste que Mel le había contado en la ambulancia, cuando tenía el Carlos V estorbándole el habla, razón por la que aprentemente se encontraban sonrientes. Me lo contó en el momento en que nos encontramos en el supermercado. Walter llevaba en su carrito spray para matar piojos y algunas cajas de granola, pude notarlo. No sé por qué en ese momento me acordé del casual encuentro con Hugh Grant. Me detuve en la góndola de vinos pensando que había tenido que entrar por la ventana a volver a casa la tarde anterior, pero no quise contárselo a Walter para no entretenerlo o mortificarlo. Al salir ví que Walter subía las bolsas de supermercado al pick up donde habían arrojado la envoltura de chocolate y el vaso desechable. Subió y me percaté de que una persona lo esperaba en el auto. ¡Era Mel!. Lo ví porque al ponerse en marcha, por la ventanilla posterior ambos asomaron sus rostros radiantes. Mientras se alejaban hacían señas golpeando su boca abierta con la palma de la mano, evidente imitación de una danza mohicana. No supe que responder. Se veían muy contentos. (FIN).

Mel sonriendo como de costumbre

Walter ejecutando ejericicios de yoga


Alfred posando con una de sus mascotas favoritas

El cuento que acaba de concluir (y que se asume acabas de leer) es inédito (¡uy, que miedo!). Se trata del trabajo que presentaré en el concurso que convoca la dirección de Servicios a Minorías Bilingües del Hospital Siquiátrico de Los Angeles y cuyo premio asciende a 3 mil dólares. El tema es “Atrofias mentales y literatura” y las participaciones no debe de exceder de 6 cuartillas a doble espacio (letra 12 times new roman o arial). La fecha límite para presentar sus cuentos inéditos es el 28 de septiembre a las 6:15 de la tarde. Ojo narradores de ficción breve y brevísima: Pueden participar por internet.

Que pasen un feliz fin de semana, aliméntense con frutas y verduras. Mañana voy a Guaymas a cantar con el coro, comer camarones y nadar con el traje de baño del año pasado. Mi marciano favorito está en la creencia de que él también irá. Tan pequeño y ya crea ilusiones.



Post dedicado a Mario Bellatin.
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LA HUMEDAD DEL BLOG

No he escrito estos días porque la necesidad me trae frito y eso significa que mi tiempo se extriñe y no alcanza (todas las cosas se parecen a su dueño). Inicia el otoño y con él comienzan los ánimos de prepararse para el fin de año; esto supone frío, pachangas, regalos, etc. Un contexto en el que mi negocio (venta de chamarras y sacos de piel) aspira a tener el repunte que se le ha negado el resto del año. Es lógico, es el ciclo del comercio, ya se.

Fin de año: aguinaldo, estrenar, regalos, dinero extra, vacaciones, posadas, pisteadas, time off, etc., es la época de los comerciantes, que le vamos a hacer.

Bueno, les quería comentar que he estado observando cómo se ha manifestado la curva poblacional en los blogs. En el caso de Monterrey es notorio el notable incremento de participantes blogueros, a diferencia de Ciudad Juárez donde parece haber decaído la tasa de crecimiento. En el estado de ánimo de los regios se nota un optimismo desbordante, a veces ingenuo, pero optimismo al fin; tienen reuniones, se conocen entre ellos, etc. En los juarenses vemos cierto ímpetu por agarrarse a madrazos a las primeras de cambio y eso, pienso, ha creado cierta reticencia en algunos colegas fronterizos. Ninguna de estas actitudes critico, simplemente planteo mi punto de vista sobre el fenómeno.

En Aguascalientes, en Sinaloa y puntos circunvecinos se ha dado un boom que parece haber llegado a un cierto límite. En Sonora y en otros lados la situación permanece estancada en un límite que se parece mucho al cero.

La gran decepción ha sido sin duda el DF. Aunque algunos permanecen, la participación de algunos blogueros relacionados con el negocio de las letras parecía prometedor. Y lo es a pesar de ellos mismos. A mi entender, algunos prejuicios regionalistas han creado falsas polémicas en torno a la conveniencia-utilidad de la publicación instantánea. Anticuerpos incómodos e innecesarios que han malogrado un diálogo entre individuos de diversas partes del país (y galaxias cercanas) que pueden disponer de un acercamiento fructífero. Pero qué chingados, si no se puede, pues tampoco es a huevo.

Desconozco si en Guadalajara y en otras ciudades grandes existan comunidades de blogueros que no se han abierto a la esfera del TJBF (no mencionaré la complicidad de Rafa Saavedra y sus secuaces como el Yépez en este maremágnum porque Rafa es enemigo jurado de los reflectores, así que, como él mismo dice: "qué, no he dicho nada"). Sería útil que esta relación proliferara, el TJBF ha sido la vanguardia de este medio que se resiste al protagonismo.

Por mi parte, tengo un proyecto para incorporar a la red a un cierto número de amigos y condiscípulos que gustan de leer y escribir, del que pronto tendrán noticias. Acá la gente comparte ideas conservadoras en materia de literatura y edición y creo que la idea del blog va a tardar un poco en madurar. Parto de la idea de que el blog es una variante de la humedad. Quién sabe, ya veremos. Luego les cuento.

martes, septiembre 23, 2003

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EL LUGAR COMÚN DEL LUGAR COMÚN
LENGUA Y TEXTO


Una cosa es hablar en inglés y otra "vivir" el inglés. Cuando se habla (o escribe) en inglés se utiliza un código de traducción aprendido esencialmente a través de la escritura. Generalmente "estudiamos" (léxico, textos, etc.) para aprender inglés. Sin embargo, las lenguas se aprenden de forma inconciente (¿inocente?) durante la primera infancia y adquirimos destreza para manejarlo a medida que nos familiarizamos con la práctica cotidiana. Lo que ocurre es que el idioma se va aprendiendo a la par que se va cuajando la estructura de pensamiento que le permite ejercitarlo.

Es inusual encontrar a alguien que aprendió inglés nomás hablándolo con anglohablantes, lo es porque en tal caso el candidato a esa lengua tiene ya una cierta estructura (escritural e idiomática) que le sirve de cedazo para colar el nuevo idioma. That's the problem. Nuestros hábitos de lectura y escritura en inglés sufren la agonía de pasar por la estructura que nos impone el español. Por eso nos cuesta trabajo dominar muchos giros idiomáticos y algunas sutilezas privativas de los idiomas ajenos. Tendemos a simplificar la lengua adoptada mediante el molde de nuestra estructura idiomática materna.

Hasta hace pocos años, relativamente, los lingüistas empezaron a percatarse de las dificultades que existen para entender las dinámicas de las sociedades orales, es decir, de las sociedades que no contaron (cuentan) con un sistema de escritura. El problema fundamental es que estos investigadores se formaron en una sociedad caligráfica (basada en la escritura) y las facultades de su pensamiento, su estructura mental, se desarrollaron en torno a una cultura textual, lo que inconcientemente les inhibía a "pensar" de forma "oral". Entender esta cuestión ha puesto a la lingüística en una perspectiva menos prejuiciada.

El tema tiene relevancia no solamente por razones académicas. Sin entender la revolución que significa pasar de una cultura oral a una cultura escritural, y comprender en ésta última el papel de la impresión (imprenta) como una tecnología que potencializó sus alcances, no es posible abordar el estudio de las nuevas tecnologías de que se vale la lengua para su evolución; me refiero a los medios electrónicos de comunicación como son el mail, chat, el blog, y los que están por venir.

EL LUGAR COMÚN EN LA CULTURA ORAL

No es casual, como refiere Heriberto Y. en su post de hoy, que al hablar o escribir en inglés caigamos con frecuencia en el lugar común, o que nuestras construcciones idiomáticas sean hasta cierto punto ingenuas. Históricamente el lugar común tiene un papel plenamente explicable en la comunicación humana y su utilización no es sólo una reminiscencia del pasado, atiende a ciertas necesidades de proceso de comunicación. Aunque tendemos a pensar que eso sería ideal, ni por asomo hablamos como escribimos. El maestro no puede repetir de memoria un texto académico porque no puede hacerlo y porque sus alumnos se dormirían rápidamente.

Las culturas orales privilegiaban una serie de formas de expresión y construcción diferentes a las que posibilita la escritura. La tradición oral, el conocimiento y las manifestaciones artísticas, se concretaba como un fenómeno entre seres vivos presentes. Transmitir con fidelidad ideas y conceptos tenía como principal instrumento la memoria y ciertas formas rítmicas que estaban al servicio de la memoria: la rima por ejemplo, pero también algunas figuras como los proverbios, las frases hechas, ciertas imágenes religiosas y otras que desconozco, que agilizaban el trabajo de la memoria. Es más fácil memorizar una idea (oral, no un texto, ojo) en la que prevalece una cierta rima o ritmo constantes que una que no disponga de estos elementos. Así, muchas de las frases o expresiones fonéticas (cierta intención en la pronunciación) de que se vaían las culturas basadas en la oralidad eran "lugares comunes" indispensables para fortalecer la memoria colectiva e individual. Por ejemplo, veamos el léxico del Quijote desde esta perspectiva, un texto en el que muchos de los personajes (entendidos como prototipos sociales) no tenían relación con la escritura.

Por su parte, la invención y profusión de la escritura cambió el paradigma oral. Ahora la memoria se podía archivar mediante la tecnología textual; ahora la humanidad podía desentenderse de la memorización como instrumento de supervivencia y destinar una parte importante de su mente a otras actividades menos laboriosas (tediosas desde nuestro visión escritural). Es decir, los individuos podían dedicar sus mejores esfuerzos (intelectuales) en la reflexión, la abstracción y la creación.

El hecho de que la escritura posibilita la reflexión sobre el uso mismo del lenguaje (Cratilo o del Lenguaje, Platón) es una prueba fehaciente de las nuevas estructuras de pensamiento a que permite acceder la nueva tecnología de comunicación. La nueva geometría de la comunicación crea una nueva geometría mental. El hombre se desprende de la inmediatez de la lengua oral y "penetra" en una órbita de pensamiento infinitamente superior. No es como la invención del abrelatas eléctrico, se trata de un descubrimiento único, en el sentido que le otorga Platón a la idea de una hipotesis de la hipótesis superior, un descubrimiento que redefine el concepto mismo de descubrimiento, ¿eh?.

Aquellos rasgos que sirvieron a la oralidad (los lugares comunes) son considerados ahora un defecto sencillamente porque nuestra cultura caligráfica así lo ha ido definiendo, se considera una impropiedad del "estilo" literario-textual. Está bien que así sea, pero pongámonos a pensar en la montaña de lugares comunes que utilizamos en nuestra oralidad cotidiana y veremos la utilidad que guardan a la hora de comunicarnos con los seres humanos de carne y hueso que tenemos enfrente (o por teléfono). No digamos ya los lugares comunes repetidos hasta el vómito que se utilizan en el chat (jejeje), esa especie de "oralidad" escrita. Teniendo en cuenta este elemento quizá nos lleve a pulir un poco nuestros sarcasmos cuando nos refiramos al lugar común del "lugar común", je, o, dicho de otra forma, a comprender la inherencia del lugar común en nuestra propia oralidad.

Por razones concomitantes, me causan risa las diatribas ingenuas que se enderezan en contra del blog como forma novedosa de creación textual e impresión instantánea. Moda pasajera han dicho por ahí algunos blogueros. Yo simplemente reiteraría lo que he mencionado en otras ocasiones: que compartimos la "infancia" del blog y que no estamos en condición de predecir sus alcances en materia de comunicación y de creación literaria. Tampoco pienso que sea la quintaesencia de la humanidad.

A mí, por ejemplo, me causa un gusto sobrenatural saber que con sólo picar un botoncito del mouse, ustedes, dondeqiuera que estén, van a poder soplarse este textito. Enjoy it!
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PABLO NERUDA (1904-1973)

Hace treinta años exactamente murió Pablo Neruda. El viejo poeta comunista dejo su patria, su mundo y su Isla Negra víctima del cáncer. Como una cruel ironía, su muerte despertó la hipocresía del régimen militar que se apuró a conmemorar al poeta a quien en el fondo odiaba, no hacía mucho Neruda había recibido el Premio Nobel. Unos cuantos días antes de su deceso, el régimen de Augusto Pinochet había asesinado al presidente Salvador Allende y a cientos de chilenos, y había metido a la cárcel toda esperanza nacional.

Transcribo un poema en el que Neruda advierte su partida. Les debo el título.

Ahora me dejen tranquilo
ahora se acostumbren sin mí.
Yo voy a cerrar los ojos
y sólo quiero cinco cosas,
cinco raíces preferidas:
una es el amor sin fin,

lo segundo es el otoño,
no puedo ser
sin que las hojas vuelen
y vuelvan a la tierra,

lo tercero es el grave invierno,
la lluvia que amé,
la caricia del fuego
en el frío silvestre,

en cuarto lugar
el verano
redondo como una sandía

la quinta cosa
son tus ojos.
Matilde mía,
bienamada,
no puedo dormir sin tus ojos
no quiero ser sin que me mires
yo cambio la primavera
porque tú me sigas mirando.
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MARTY AMENAZA SONORA

La tormenta tropical Marty se desplaza por el Golfo de California y al parecer azotará en alguna de las costas sonorenses; se teme que cause inundaciones y daños de consideración en algunas ciudades, especialmente las costeras. El meteoro ha causado ya la suspensión de clases en Beautyfulville y los sistemas de protección civil están en alerta. Anoche se informaba que algunas colonias de la ciudad serían evacuadas por temor a una probable inundación, espero que no sea el caso de esta.

domingo, septiembre 21, 2003

LO OLVIDABA

Hace tiempo, alguien sugirió que yo era precursor de la literatura Alzheimer, creo que fue Fabio (Antiblog). Todo por un post experimental en el que la memoria iba fallando paulatinamente hasta extraviarse completamente en el último renglón.
Bien, pues me olvidaba que ayer sábado se conmemoró el Día del Alzheimer. La nota periodística que leí parece redactada por alguien que padece el síndrome pues omitió señalar si la celebración de este "día" es de alcance mundial, nacional o local.
Hay que estar alerta pues la enfermedad ya se cataloga como "el mal del siglo" veintiuno, supongo, pues el SIDA lo fue del veinte. No lo olviden.
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EL CRUCE FRONTERIZO, LOS LINDES DE LA PARANOIA

Leo el post del Omar Pimienta del 14 de septiembre acerca de su amarga experiencia al cruzar la línea fronteriza en Tijuana. Me recuerda que quienes nacimos en la frontera y crecimos saltando las cercas de la diferencia, hemos padecido en algún grado vivencias crueles como la suya.

Tras el trauma del 11 de septiembre, los agentes federales (aduanales y otros) han endurecido algo que les es característico: la insana actitud de pertenecer y defender a un estado protofascista. En su caso, el sentido de pertenencia se basa, más que en la identidad nacional (historia y símbolos patrios), en la estructura de fuerza imperial que ha desarrollado ese país y que ha moldeado el carácter de su gobierno, especialmente tras el asesinato JFK.

El gobierno se ha esmerado en ideologizar su posición de presunta fuerza imbatible y su población lleva en la médula el virus imperial. No es casual pues, que las fuerzas "del orden", los órganos armados de los EU, supongan un "outsider" en cada extranjero que pretenda cruzar la frontera, especialmente si son "ilegales". Siempre han sido así. Los entrenan para ser así. No es únicamente por los acontecimientos del 11/09.

No hay que perder de vista que quien defiende una entidad fascista es un paranoico por excelencia, su sentido de identidad imperial lo supone enemigo de toda identidad ajena. Frente a la ironía extranjera su paranoia es un doberman exaltado. Y sí, intentar una broma con los agentes de migración es como escupir en su paranoia.

El 11/09 puso de manifiesto algunos flancos débiles del aparato de seguridad estadounidense, la vulnerabilidad de la población civil y la volatilidad de eso que entendemos como "frontera". Por eso las autoridades de EU responden paranoicamente ante lo imprevisto, refuerzan sus portales (especialmente el trasero -el portal también-) y reiteran su mensaje a los extranjeros de colores oscuritos: seguimos siendo intocables.

viernes, septiembre 19, 2003

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SOBRE LA IMPOSIBILIDAD DE SER UNO MISMO

Tenemos a nuestro favor que ser uno mismo es imposible, en cualquier circunstancia. Mayormente imposible es pretender ser uno mismo a la hora de escribir. Quien escribe nunca es un escritor químicamente "puro". Es más, al momento de pretender ser "puro" ya se adopta una personalidad extríseca. Así es la cosa. Ser "puro" es puro pedo.

Esa factuidad de no ser uno mismo, sin embargo, como bien menciona Daniel (Libros no -les debo el link-), posibilita ser muchos otros a la hora de escribir, incluido el pretendido "puro" (a sabiendas, pues de su inmanente impostura). Quien se ve favorecida de forma suprema por esta circunstancia es sin duda la ficción.

Se han gastado muchos renglones (había puesto tinta) en aclarar que lo que se dice en los blogs es ficción, como si alguien creyera que lo que lee aquí es la verdad. A veces se nos olvida que esto no es una notaría. Ha habido personas que se han ofendido por algún comentario ficcioso, como si uno estuviera en situación de creer "cierto" lo que aquí se escribe. Conste que no estoy diciendo que lo que se escribe en los blogs son "mentiras". La ficción tiene tanto de realidad como la realidad de ficción.

Nadie narra hechos reales. Narra acaso algunos aspectos de la realidad: relatos, vivencias, accidentes, reflexiones, especulaciones, etc., salpicado todo de subjetivismo (inspiración le llaman en el mejor de los casos), nadie escapa de narrar un hecho pensando en quién va a leerlo, pensando en el tipo de reacción que va a causar en otro (s). En cierto sentido ese "es el chiste" del blog. Si no, pues mejor escribiríamos un diario personal que guardaríamos en un ropero.

La ficción no es más que una continuación de la realidad y la realidad es en gran medida ficción potencial. Vean si no el ascenso de Fox al poder, el ataque a las Torres Gemelas, la guerra de Irak, ¿no parece todo ello una ficción?, algo que ocurre a pesar de la realidad misma. Fox era un simple ranchero enamorado; el 10 de septiembre de 2001, Nueva York era una rutina vertiginosa; En el 2000 era impensable que Irak sufriera una nueva invasión a manos del hijo del invasor anterior (¡Dios, esto supera toda la ficción sobre tiranos!).

Aceptarnos y aceptar a otros en esta perspectiva pondría nuestras lectoescrituras fuera de la mira del prejuicio. Pero por lo visto estamos aún en un período que podría llamarse la infancia del blog. Será cosa de irnos acostumbrando a sacarle mejor partida al blog. Relativamente hablando el blog es una novedad, sí, pero un nuevo tipo de novedad cuyas implicaciones no hemos terminado de asimilar.

Simplemente, ¿no ha cambiado el blog su propio estilo de vida (el de ustedes y también el mío), no ha inducido en ustedes nuevas ideas sobre la publicación de textos, sobre la relación inédita con otros escribanos, sobre las conexiones hipervinculares, etc, etc.?

Aquí la dejo.

martes, septiembre 16, 2003

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SOBRE EL USO DEL ACENTO Y LA CORRECCIÓN POLÍTICA

El lunes 11 de agosto de este año, escribí un post que titulé "Hollywood hoy día" en el que emití ciertos juicios sobre la película "La vida de David Gale"; así titularon a la película en españól (pongo español con acento a causa de una polémica que tengo conmigo mismo sobre la utilidad del acento en la lengua española de la que hablaré después). Por ahora no viene al caso, pero viendo cómo te has quedado pensando en este asunto de los acentos, adelanto algo relevante sobre el asunto: hay lenguas que no utilizan los acentos y otras que viven esclavizadas de ellos. Aquí, por ejemplo, vale madre si el título de la película es fidedigno o no, esa es otra discusión.

En ese post emití comentarios que difícilmente podría yo sostener frente a una cámara de televisión o frente a un público mayor de 3 personas. No es miedo, es precaución. Hablé sobre el director, sobre la trama, sobre los errores del guión (hasta aquí me voy dando cuenta de que la palabra "sobre" no tiene porqué repetirse, pero decido dejar las cosas como están), chin, hasta hablé del IQ de David Gale (debía haber hablado del IQ de los que previeron quienes íbamos a ver la película, pero no se me ocurrió hasta ahorita), etc. También traté el tema de la condición humana frente a circunstancias inéditas (aunque no lo planteé así); finalmente hice una crítica lapidaria de la intención general del filme (aunque no me salió como pensaba). Enseguida recibí una crítica de mi crítico principal, el que también está pendiente de la edición final de este comentario (ahí está en el archivo).

("Humphrey, otro post de éstos y considerate cadáver literario", -'Considérate' lleva acento-.
LA LA NOBLE CAUSA DE LA FILOSOFÍA

Dejo la causa de la filosofía para mejores épocas. En tardes calurosas de verano ("Ni modo que de invierno, Humphrey") suelo filosofar. Pero me detengo. Veo la imagen de Sócrates (o la del Heriberto Y. caminando por un callejón de Tijuana) y pienso que la Filosofía exige cierta edad (no es nada personal). Soy un filósofo latente, esperando que pase la nube pasajera de la confusión para elaborar un sistema contra los filósofos que suelen hacer sistemas filosóficos. No se desesperen. Mi primer libro se titulará: "Los filósofos de la antigüedad: de 300 a. C. a 2000 d. C., un rodeo metodológico".

Cuando éste, mi primer título, se convierta en libro de texto empezaré a escribir libros de sexo. El primer título de esta serie será: "El sexo en el siglo XX y otros anacronismos, (de Emma Bovary a Madonna, los registros del tedio)". Sí, es largo el título, pero en esa época los títulos serán más especializados.

Ok. Cuando este último título sea considerado "fresa" (o cualquier otro sinónimo relativo) habré encontrado sentido a la discusión onanista que actualmente tienen los lingüistas, probablemente en esa época abordaré el tema de las lenguas. Pienso abordar en primer término el de las rasposas. No se lo pierdan. Para entonces la filosofía será una fotografía en blanco y negro.

¿Qué hora es?
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LA AGONÍA DEL HUMOR

El humor en Occidente entró en agonía con la muerte de Groucho Marx y sus familia. Ahora los gringos tienen que conformarse con Woody Alen. Nosostros tuvimos que resignarnos cuando murió Tintán; no importa nos quedamos con Eugenio Derbez.

¿Ven?, es parte de la agonía.

p.d. Rafa, don't worry, no hay mal que dure cien años.
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MI INDEPENDENCIA DEL GRITO

Anoche estuvo de la jodida. A pesar del catarro veraniego que me cargo y de que trabajé como esclavo en unas minas olvidadas, fui convencido de acudir al tradicional "grito". Me despabilé como a eso de las 10 de la noche y agarré un tono de voz así como de Barry White y dije "vamos, chingue a su madre". Y ahí vamos, la socia, el marciano, las chicas superpoderosas y Yoplit.

La verdad no acostumbro a acudir a esta mexicana celebración desde una vez que fuí al Zócalo en el defectuoso. Íbamos en bola como unas cuatro parejas (sin hijos), había tanta gente que nos perdimos los unos de los otros y luego no encontrábamos forma de regresar porque nos quedamos sin raite. Aquella vez, cuando terminó el ritual del grito, los ¡vivas! y los cuetes se hizo un despelote típico, en la mera bola todo era jaloneo y arremangones y pues qué necesidad hay de eso.

Bien, no sé cómo me convencieron de ir anoche. Ahí te vamos, con botellitas de agua y el catarro tricolor que me cargaba (cargo). Con algunos esfuerzos logramos colarnos hasta un sitio donde podíamos ver al nuevo gobernador (el chapo Bours) gritar a todo pulmón en favor de los héroes que ustedes ya conocen. Quedamos estratégicamente situados a un costado del castillo pirotécnico. Todo estaba muy bien, excepto que había como unas 35 mil gentes a un lado nuestro. Mi marciano quería que lo cargara pues no veía nada más que puras nalgas. A estas alturas ya me sentía yo medio mareado pero de todas formas lo cargué, total ya andaba cargando el catarro. Afortunadamente el chapo es lacónico, gritó y luego luego le dió curso a los cuetes y ahí fue donde empezó el problema: nos empezaron a caer un sinfín de papelitos chamuscados (algunos encendidos aún), partículas de pólvora quemada y una densa nube de humo que ¡órale, vámonos! Pero ya era tarde, otros miles tuvieron la misma idea al mismo tiempo y la retirada parecía la de los franceses en Puebla. Mi marciano como que se asustó con toda aquella ola de sudor y prisa sin rumbo. Pa no echarle garbanzo al caldo, llegamos al batimóvil y ¡fierro!. Pero la cosa no era así tan facilita. Había un despedorre vial en el que los policías eran los primeros sorprendidos. EL nudo tardó como una hora en desenredarse. Mientras tanto, mi marciano favorito mostraba señales de mareo y revoltura de estómago. Su palidez desató una discusión breve: "Que se baje", "¡No!, es peligroso", "Ya vamos a llegar", "Aguanta m'ijo, ya nomás falta una hora para salir de aquí". La discusión terminó cuando ¡guácara!, el marciano hablaba en serio y como que las opiniones lo empezaban a fastidiar. Entonces en aquel embotellamiento nocturno, entre ruidos de matracas y cornetas tricolores, ahí vamos todos a bajarnos ("ahora sí, no"), a tratar de salvarnos de la inundación. Sí, porque aquella devolución involuntaria de mi marciano era una fuente interminable de líquidos y olores singulares. Acostumbro poner una sábana sobre el asiento trasero del auto y me han llamado hasta campesino por esa práctica, pero, la verdad, sirvió de mucho, aunque, claro, fue el último servicio de la sabanita. Limpiamos como pudimos, llegamos a casa como pudimos. Nos quitamos el olor a pólvora en la regadera y pusimos al marciano en cuarentena. Se deshidrató el pobre.

Hoy fue un día tranquilo, excepto porque la ley seca duró hasta la una. Creo que ya no volveré al "grito". Mi marciano coincide plenamente conmigo.

lunes, septiembre 15, 2003

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ESCRIBIR SOBRE LA MARCHA

Algunos escritores sostienen que con frecuencia emprenden su trabajo a pesar de no contar con la inspiración necesaria. Escribir no es cosa de inspiración, dicen, sino de almorranas. Por eso se ponen a teclear aunque la musa se haya tomado el día libre; escriben sobre la marcha buscando que las ideas fluyan obligadas por la necesidad, por el apremio de escribir aún sin tener un plan preestablecido. Se plantan como si el mero ejercicio de sentarse con la pluma en la mano o frente el teclado evocara un carrusel de ocurrencias e hiciera brotar las ideas. A veces resulta, a veces no.

Hoy me propongo escribir sobre la marcha, no sin antes advertir de los peligros que puede acarrear semejante práctica. El caso es que quienes no están familiarizados con el asunto pueden confundir los términos y tomar un rumbo equivocado en la producción o lectura de ideas. Suele ocurrir: alguien se refiere a una cosa y el lector le imprime otro sentido a aquel alegato. Por su parte, luego de una segunda lectura, autocrítica, el autor se da cuenta de que extravió el rumbo y torció aquello que se pretendía plantear.

Así proceden muchos escritores. Luis Spota decía que, por mera disciplina, se obligaba a escribir diez cuartillas diariamente; así iba armando su circo hasta terminarlo, luego se ponía a corregir, reacomodar, quitar y poner. Ya que se cuenta con cierta materia prima, retoman un tema, repasan algún tópico ya encaminado, redondean un personaje, un ambiente, algún conflicto, etc., y, sin pensarlo, las madejas de palabras, frases, párrafos, textos, etc van logrando la pieza final. Así, los textos se van confeccionando aún sin contar con la inspiración necesaria.

Pero, como dije, escribir sobre la marcha no es fácil, especialmente si no se domina el tema. Verán: la marcha es una pieza musical que evoca el ritmo marcado por el paso marcial de un individuo o un grupo. (Eso es todo lo que puedo escribir sobre la marcha por ahora).
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SACUDE TERREMOTO A LA CIUDAD DE HERMOSILLO

Un imprevisto temblor de 6.9 grados en la escala de Richter sacudió esta madrugada todas las ciudades que empiezan con la letra H. Hermosillo no fue la excepción. En esta ciudad algunos edificios sufieron daños de consideración, especialmente la llamada Torre de hermosillo, donde desaparecieron los pisos superiores, igual suerte corrió el edificio de la licenciatura de Letras Hispánicas y Lingüística de la Unison, única unidad que sufrió daños en todo el campus.
Autoridades municipales reportaron daños de consideración en las redes de abastecimiento de gas, agua potable y drenaje de esta capital. El presidente municipal informó que la red de drenaje pluvial desapareció casi por completo (esta redacción se va enterando de que existía drenaje pluvial). El fenómeno terminó por consolidar el "puente" patrio.

El epicentro se ubicó frente a las costas de Lanada, especialistas del Centro Sismológico del Noroeste informaron que es posible que en el curso del día se presente una réplica del temblor, por lo que recomiendan tomar precauciones. Además de las medidas de seguridad de seguridad tradicionales, los sismólogos recomendaron no leer páginas electrónicas que pudieran magnificar el fenómeno y causar pánico entre la población.

domingo, septiembre 14, 2003

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CUIDADO CON LOS PREMIOS

El Homais de Madame Bovary no es el personaje con quien Flaubert se identifique, cómo pudieran conjeturar algunos. De hecho, ridiculiza la forma en que ese personaje se ve afectado por su pragmatismo convulsivo, por su radicalismo a ultranza, por su intolerancia ideológica; el mérito de Homais estriba en ser un tipo sagaz que se instala en los vientos de la época, su brillo sólo se perfila comparado con la figura mediocre de Charles Bovary, eclipsada desde el primer párrafo de la novela. Es cierto que al final Homais recibe la medalla de la Legión de Honor, sin embargo es bastante dudoso que Flaubert haya supuesto aquello una premiación. En la vida real, el propio Flaubert rechazó esa condecoración, lo que hace suponer que la consideraba una distinción indigna, representativa de autoridades igualmente indignas, como aquellas que pretendieron censurarle y encausarle jurídicamente tras la publicación de su Madame.
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¿DÓNDE ESTA EL FUTURO DE LA LITERATURA?

No me arriesgaría a sostener que el blog es el futuro de la literatura, aunque tampoco me atrevería a negarlo. No lo podemos saber. Además ¿qué tan legítima será esa falsa paradoja? ¿Quién demonios va a saber dónde está el futuro de la literatura? No seamos pretenciosos.

Hay cosas que sí podemos afirmar: que el internet, en la medida en que su uso se haga masivo, va a jubilar a los libros de consulta: diccionarios y enciclopedias, esos mamuts de la escritura. Muchos libros podrán ser consultados por vía electrónica y se abrirán paulatinamente las bibliotecas al acceso casero, proporcionando un creciente número de títulos y opciones de consulta. No se necesita tener un oráculo para prever un cambio en la forma en que tradicionalmente se asume la relación lector-autor. Solo alguien con la ceguera necesaria puede bloquearse ante las ventajas que ofrece esta tecnología. El blog es parte de la "nueva era" de la lectura-autoría, que trae consigo una redefinición de los conceptos de "lector" y "escritor". Temas, formas, personajes, tiempo-espacio, etc. se ven afectados ya por la parpadeo instantáneo del "post & publish", independientemente de nuestras opiniones. Es un hecho. El incremento en el número de blogueros (lectoescritores) no parece ser un asunto de moda, al contrario, parece confirmar una tendencia hacia la experimentación e incursión de escritores potenciales. La óptica para juzgar estos cambios también tendrá que ser inovadora, no podemos ver la introducción del linotipo con la visión del escriba de papiros. "El futuro de la literatura no está en la imprenta". Claro que no, pero como va a impulsarla tremendamente, entonces un mayor número de personas se verán compelidas a escribir, ¿no?

Hay quienes tienden a suponer esta necedad: que la fiesta pierde su encanto cuando ellos se retiran. En ocasiones resulta que es cuando mejor se pone la cosa e incluso nadie se entera de su ausencia.

Por otro lado, así como la imprenta per se no hace al escritor, el blog tampoco va a sembrar escritores por arte de magia, simplemente habrá oportunidad para que mucha gente pueda aficionarse a escribir con cierta regularidad cualquier cosa: necedades, bitácoras, diarios, poesía, narrativa, bloguerías, que sé yo. Habrá oportunidad de intercambiar puntos de vista y de enterarse cómo se desarrollan nuevos procesos en el ámbito en otras partes del país y del mundo.

¿Qué hora es?

jueves, septiembre 11, 2003

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FELICIDADES AL EDGAR RINCÓN, CUMPLIÓ AÑOS

Antes que nada, un abrazo megatónico al Solzimer por seguir cumpliendo años. No es tan fácil ir comprobando como la juventud se va yendo despacito como tu amor pero el río un día (ya, ya, Humphrey, te estás julioiglesiando). La verdad soy partidario de festejar los onomásticos como Dios manda. Que tiene, es una vez al año, aunque claro, hay como cincuenta conocidos, familiares, parientes, vecinos, etc. que también tienen la costumbre de festejar y eso va saturando la agenda anual. Agreguen festejos patrios, vacaciones, posadas y ocasiones semejantes y que tenemos: la idiosincracia pachanguera nacional, la "mexicana alegría", el despedorre findesemanesco. Luego hay otros motivos, los del lobo, enjuagues a media semana, dos tres, "órale, vamos, hombre, nos venimos temprano". No falta.

Bueno, se ve que el dichoso encuentro de los Tierraadentro estuvo bueno, con todo y el aguafiestas del Gómez Tuena (apa apellido, y yo pensando que Mondaca era paradigma), sigan el rastro de los prolegómenos del asunto en el blog del Edgar (ya no me pidan links, ahí está en el tag). No me imagino tanto poeta junto. Me pregunto si el Jorge Ortega, ya punto astatrás, hablará acá en estilo neobarroco (neogongorino, insisto), aunque no creo, es difícil andar cargando con el diccionario de sinónimos en viajes interestelares (perdón, interestatales).

Como sea, me corroe la envidia por no andar en esos trotes en una ciudad tan generosa y plácida como Cd. Juárez en compañíaa de mis cuates internéticos y blogueros. Ya habrá ocasión. ("Sí, Humphrey, nomás que te decidas a publicar tu enciclopedia de poemas". -Déjalo así, no quiero eclipsar a la generación del 69-). Pura envidia. Pinche Edgar, invita a l'otra, yo de perdida puedo ayudar a armarle un cuatro al Gómez Tuena (además puedo ayudar a acomodar sillas y otras actividades importantes en estos eventos).

Por ejemplo, una vez le presenté un libro al Pancho Alcaraz (La Musa Enferma, órale). Pobre, quien sabe si le hayan quedado ganas de regresar por acá. De no ser porque mi camarada Amaranta C. me envió su presentación tijuanera del mismo autor (la leí íntegra), hubiese quedado yo en el peor de los ridículos, peor aún que si hubiese metido solicitud de inscripción en el NBF, cuando éste era lozano y virgen.

Bueno, no se piense que soy enemigo de que los poetas vivan bien, al contrario, yo creo que los poetas se merecen más de lo que tienen. Por ejemplo, deberían otorgarnos (ya me colé) una especie de gafete que nos identifique en aeropuertos, embajadas, paradas de camión urbano, ministerios pœblicos, ceresos, etc., sitios donde, sostengo, debemos tener si no privilegios, por lo menos sí cierta consideración, cierto rango. La gente piensa que estirar figuras literarias, exponer al lenguaje a deportes extremos, combinar palabras sacadas de sitios herméticos, jugar con el caló y hacer público todo eso, es fácil. Pero no, no es nada fácil. Si no me creen, pregœntenle a José Emilio Pacheco.

¡Felicidades, Edgar!

ÀQuŽ horas son?

miércoles, septiembre 10, 2003

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REGRESA EL NBF, BIENVENIDOS

Me entero de que el NBF (Nowhere Blog Front) regresa luego de unos meses de ausencia. Para quienes no lo conozcan (blogueros de nuevo ingreso), se trata de un blog colectivo en el que participan tres colegas ligados a la labor escritural y editorial. Aunque lo hacen de forma esporádica, escriben textos recomendables. Es verdad que sus cartas de reingreso pueden parecer exóticas y sus juicios sobre el blog lapidarios, pero detrás de esa cortinilla distractora hay un talento del que se puede aprender. Yo felicito su regreso y lamento que no se incluya Jorge F. C.

domingo, septiembre 07, 2003

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UN DÍA SE PELEARON JORGE NEGRETE Y PEDRO INFANTE EN UNA PELÍCULA

Desde ayer a mediodía permanezco atado a Naná de É. Zola. Con una salvedad: anoche fui interrumpido por la obligación: tenía que ir a cantar con el Coro en el escenario que la autoridad ha hecho colocar entre el Palacio de Gobierno y la Catedral. Verde, blanco y rojo son los colores que predominan en toda la plaza; una enorme leyenda: "¡Viva México!", anuncia la inexcusable celebración de las fiestas patrias. Hay mucho público y el mariachi está presto. Unos amigos bailadores, enemigos de mezclar la danza folclórica con "las joterías", según dicen ellos mismos, bailan al compás de sones veracruzanos para rematar con el Jarabe Tapatío antes de que subamos al escenario; el público agradece aquel despliegue de colores de las parejas; sobresalen los faldones jaliscienses, los sombreros charros y las huellas del mestizaje en los rostros sudados de los danzantes.

Sombreros, corbatines y botas nosotros, rebozos y trenzas tricolores ellas, subimos en dos filas ordenadas para cantar una serie de canciones a capella, arreglos para cuatro voces; terminamos con una famosa: Amor Eterno, del enemigo número uno de la Secretaría de Hacienda: el maestro Juanga. Hay aplausos, se empieza a calentar el ambiente, pero lo bueno viene con el popurrí mexicano, con el mariachi a todo lo que da; repasamos, coro y solistas, lo mejor de Jorge Negrete, ya saben: México Lindo y Querido, Guadalajara, Ay, Cocula, la Borrachita, y esa que trae una estrofa que me encanta: "Aunque unos dicen por ái, que yo me la echo de lado, me cuadra más el pelado que el catrín de la ciudad". Me acuerdo del legendario pleito de Negrete y Pedro Infante y no dejo de alterarme por las evocaciones que despierta el culto al folclor. Estamos hechos para alegrarnos con el primer espantasuegras y la lluvia de confeti; a la primera matraca se nos alborota la hormona y cuando mencionan la palabra tequila se despiertan doncellas encantadas y los príncipes dejan su piel de sapo y se ponen a partir limones. Detrás de cada mexicano hay un macho romántico que grita en la cantina, se orina en la calle y llora en la cama. Qué le vamos a hacer.

Se va a reir mi amigo José Plazola, pero ahora La Borrachita me salió muy bien (eso dijo la porra que llevé bien organizadita, encabezada por mi marciano favorito -que no soltaba un elote con chile que se agenció- y la chica superpoderosa -que despachó sin asistencia una bolsa de churros recién hechos-). Al final el público se animó a entrar a la cantada con una de José Alfredo de esas que uno se aprende mucho antes de ir a la doctrina. Aplausos, público de pie -quizá ya estaba cansado de la silla o de plano ya se marchaba- y cierta complicidad alegre por el resultado a pesar de cantar al aire libre con un sistema de sonido que no se parece al que usan los Tucanes de Tijuana. Todo bien.

Es domingo. Pienso darle matarili a Naná. Por lo pronto ya le di mate a los extensos comentarios que hace Mariano Azuela de É. Zola, bien documentado pero sobre todo ameno. Es un garbanzo de a libra ese médico rústico que un día escribió "Los de Abajo" y que no pierde ocasión para ensartar el aguijón de la burla en los literatos academicistas. Azuela cita las reseñas y la amable crítica de Leopoldo Alas "Clarín" a la obra de Zola, pero de éste no encuentro su memoria periodística, será que no he buscado bien. Luego les cuento. Pásenla bien y no pisteen en domingo.

viernes, septiembre 05, 2003

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NOVATAS Y MUDANZAS

No hay novatadas en la escuela de letras y lingüística. Sus estudiantes son demasiado snob como para prestar atención a tradiciones tan mundanas. (Hay varios con aires de haber recibido el premio Pulitzer). Hubo, eso sí, una pachanga para los estudiantes de nuevo ingreso organizada por los de séptimo semestre, sin embargo, creo que muy pocos acudieron a ese recibimiento, a mí se me olvidó. Como había anunciado, hubo festejos patrocinados por la rectoría para los estudiantes recién ingresados. Ahí cantó el coro de la Unison (cantamos cuatro rolitas nomás), entre otros grupos artísticos y deportivos representativos de la universidad. Hubo mucho alboroto por la exhibición del grupo de Tae-kown-do, su presentación terminó en un divertido cotorreo de patadas y caídas entre los estudiantes que improvisadamente eran llamados a alternar con los karatecas a cambio de una camiseta con logo y lema de la Unison. A pesar de que la dieta terminó por surtir efecto y de que me siento más ligero que Martha Sahagún -bajé 5 kilos- no me atreví a entrarle a las patadas, de modo que me vi obligado a desembolsar 20 pesos por una camiseta, también compré dos libros de 5 pesos, uno es sobre la polémica literaria en Sonora en los años 50s, imagínense, un tema para quitar el sueño hasta a la Bella Durmiente, el otro es de un poeta local que se identifica con Jim Morrison.

Por otro lado, vamos a tener que mudarnos en poco tiempo. El contrato de arrendamiento está por vencerse y la propietaria se encargo de comunicarnos diplomáticamente que ya se hartó de nosotros. Bien, el hartazgo es mutuo. Desde que nos cambiamos aquí, hace tres años, la rentera no ha querido invertir un centavo en mejorar la casa, peor para ella. Además no cabemos, somos una familia de cinco comensales y contamos con un solo baño. Por las mañanas aquello se transforma en una ventanilla del estadio Azteca previo a un juego Chivas-América. Cuando me estoy rasurando generalmente me corto crispado por la obstinación del reloj de no parar nunca y por los gritos de mi marciano favorito y la chica superpoderosa que necesita lavarse los dientes para irse a clases. Así que buscaremos mudarnos a algún castillo medieval cercano o a una hacienda porfiriana, lo que salga primero.

miércoles, septiembre 03, 2003

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LA OPERA, "MÁS GRANDE QUE LA VIDA"

Operamaníacos publicó la foto del elenco de la ópera Paggliaci (Leoncavallo) que se presentó en el Cecut la semana pasada. La foto es de Ivone Ganzwig y está bastante buena. José Plazola, como hace siempre que mete su cuchara, logró que el coro hiciera valer su sonoridad y exactitud rítmica, según realatan testigos presenciales.
El periódico Frontera publicó una buena reseña y señala, entre otras cosas:

" Entre payasos, cambios de luces, escenografía y voces excepcionales, el famoso drama de Canio y Nedda se representó en la ópera “Il Pagliacci” (Los payasos), en la producción anual de la Ópera de Tijuana.
Los 35 músicos de la orquesta comenzaron a tocar y, desde el foso del teatro del Cecut, acompañaron el drama escénico durante más de una hora y media, en la que se combinó el talento escénico y el dramatismo de esta historia.
Se subió el telón y la escenografía mostraba una calle de un pueblo del siglo XIX, la fachada de un edificio, un muro de piedra, un gran árbol a la derecha, desde donde el carruaje de los artistas de carpa entró a escena, y todo un conjunto de detalles.
El pueblo de Montalto esperaba a los payasos con alegría, sin imaginarse que en la función presenciarían un acto sangriento, producto del sentimiento de venganza de Canio al saberse engañado por su amada Nedda.
Música, canto, teatro, escenografía, luces, mucho talento y trabajo previo se conjugaron para presentar esta cuarta producción de la Ópera de Tijuana, en la que participaron casi un centenar de artistas.
Entre las voces estelares se encontraban la soprano italiana Paola Antonucci, quien representó a Nedda, y José Luis Ordóñez en el papel de Canio, además de los barítonos Salvador Padilla y John Polhamus y el tenor John Christian Edward.
“La comedia ha terminado”, expresa al final de la ópera uno de los payasos, en la culminación de este drama en el que la infidelidad, el amor y los celos se mezclan en una historia".

Felicidades a mi amigo José Plazola con quien ya he tenido el gusto de trabajar y cantar. No dejen de visitar su blog (ahí está en el tag el link).

Nota curiosa: mañana el coro de la Unison tendrá una pequeña presentación en el campus dedicado a los alumnos de primer ingreso. Como soy miembro del coro y alumno de primer ingreso al mismo tiempo, puedo decir que iré a cantarme a mí mismo. ("Humphrey, esta última nota sale sobrando, en serio").

martes, septiembre 02, 2003

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HAY QUE LEER A ALFONSO REYES DESDE LA SECUNDARIA

Cuando no tengo nada que escribir me gusta recordar a Alfonso Reyes. Pienso en la cantidad de cosas que ese hombre tenía en mente cuando abordaba algún tema y en la larga fila de temas que siempre tenía haciendo cola antes de pasar al papel. Su larga vida le permitió abordar más temas de los que uno pudiera acaso imaginar y seguramente nunca se enfrentó a la idiotez de no tener nada de que escribir.

Un maestro de la secundaria solía decir que aburrido es pariente de aburrado al referirse al tedio manifiesto de sus alumnos. Aquellos que se dicen presas del aburrimiento, alegaba, no hacen sino exhibir la debilidad de su ingenio, la mala calidad de su formación familiar y quizá algunos síntomas de mala nutrición. En privado, el maestro animaba a sus pupilos a evitar caer en la tentación de masturbarse varias veces al día, como si tal práctica fuese la causa más profunda de la pesadez mental que conlleva el aburrimiento. En determinado momento se supo que ese maestro había embarazado a la secretaria de la escuela. Meses después, accedió a darle el nombre al hijo de aquella relación extramarital y todas esas cosas legales de las que no puede escapar un maestro de secundaria en circunstancias análogas (el juez lo persuadió de que era mejor darle el apellido). Así, los alumnos aprendieron que existen otros medios eficaces para combatir el aburrimiento. El maestro ya no volvió a hablar sobre el tema de la masturbación con sus alumnos. La secretaria dejó la escuela y encontró trabajo en una joyería. Yo, por mi parte, decidí que lo mejor era graduarme.

Ven, nomás me pongo a pensar en Alfonso Reyes y se me ocurre un torrente de pendejadas. Lean a Reyes.

¿Qué hora es?