viernes, julio 30, 2010

MI MAESTRA DE INGÉS ERA LINDA
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___Mantener mi militancia católica lidiando con mis tendencias hormonales mormonas, y teniendo como principio el hipnotizante código musulmán además de guardar como talismán un Buda de fina cerámica china quizá no sorprenda a nadie. Pero mi terapeuta hizo un gesto de desenfado cuando respondí a su pregunta sobre mis creencias religiosas. Ya estoy acostumbrado a escuchar sus argumentos cuando algo enciende los focos amarillos. "What a fuch", dice con frecuencia.
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___Aprendí a bregar con los sicólogos desde temprana edad. Comencé por la época en que mi madre estuvo en coma por dos meses luego de un ataque epiléptico. Tenía entonces 16 años y no solía tomar en serio las sesiones porque el terapeuta se comportaba lejano y desinteresado en profundizar en mis broncas. Fue el hermano de mi madre quien me condujo por primera vez a aquel consultorio. Era evidente que el psicólogo era inestable pues tenía un tic nervioso en el párpado izquierdo; también me lo confirmaba el hecho de que yo sabía que mantenía una oscura relación sentimental con mi profesora de inglés de la secundaria.
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___"What a fuck" es una expresión que hizo famoso a un profesor de la facultad de psicología de la Universidad Estatal de New Jesey. La expresón era una especie de muletilla que Maurice Ducolet enseñaba a musitar a sus alumnos en el momento en que se les revelaba un dato fundamental en el diván. Pareciera que "Waht a fuck" fuese una fórmula mágica que dispusiera a los terapeutas a allanar los problemas de sus pacientes.
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___Te preguntarás por qué mi actual terapeuta, egresado de New Jersey, exclamaba con estudiada vehemencia "What a fuch". La primera vez que escuche esta mascullación fue cuando le relaté mis adolescentes experiencias como vouyeur. No prestó mayor atención al hecho de que el individuo a quien observaba a escondidas en comprometedoras actividades nocturnas era el terapeuta involucrado con mi profesora de inglés. Eso me llevó a levantar sospechas sobre sus competencias profesionales.
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___"What a fuch" difiere de "What a fuck" por casi nada, pero la respuesta a tu retórica pregunta del párrafo anterior reside en una cuestión aparentemente baladí: mi terapeuta es de origen turco y su pronunciación de los idiomas occidentales, aunque bien encaminada, generalmente tropieza en flagrantes minucias.
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____Siempre sentí mucha simpatía por la maestra de ingés de secundaria. Era amiga de mi madre y me parecía una mujer muy bonita. Su desnudez fue para mí una revelación que todavía me persigue. No culpaba al terapeuta por haberse enamorado de ella, al contrario, aquella clandestina relación comenzó a parecerme una experiencia tan adrenalinoica como ajenamente deliciosa.
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____Mi terapeuta tiene un hermoso consultorio en la Torre Odisea, debe pagar una fortuna por ese espacio. A ello se debe quizá que su tarifa sea de dos mil pesos la primera consulta y de mil quinientos las subsecuentes. Casi desde el principio noté que él también tiene un Buda de cerámica. Lo toma entre sus manos cuando estoy en el diván. Le frota el abdomen a la figura y parece irse relajando paulatinamente mientras conversa conmigo. Cuando la sesión alcanza un punto climático dice "Wath a fuch" y pone al buda sobre una mesita.
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___El día que Maurice Ducolet falleció se encontraba en Utah. Sufrió un infarto fulminante mientras indagaba sobre las costumbres poligámicas de los diáconos mormones. Lo supe porque me topé en internet con una biografía del profesor. Mi terapeuta me está llamando ahora. Te dejo.
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1 comentario:

NayoBlogger dijo...

Señor Mondaca, primeramente, un saludo, no se si me recuerda pero una vez fue a mi escuela, a mi preparatoria en san luis rio colorado, solamnet le queria pedir si podria darme algunos consejos, ya que, termine de escribir un libro de cuentos, y la verdad, pues no se que sigue, asi que si pudiera aconsejarme algo le estaria agradecido.
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