jueves, agosto 21, 2008

DECIR ADIÓS DE NOCHE

___Anoche acudimos a la pesentación de Decir adiós de noche, libro de cuentos de Manuel Llanes (ISC, PES, 2008), que resultó un divertido encuentro de amigos, familiares, académicos y escritores. Manuel ganó el año pasado el Concurso del Libro Sonorense en el género ensayo con un estudio sobre Bárbara Jacobs y ha destacado por sus reseñas de cine en Primera Plana y otras publicaciones. Ha publicado artículos de opinión en Perfiles, La Jornada, La línea del Cosmonauta, Altanoche y otras publicaciones regionales. Es egresado de la Licenciatura de Literaturas Hispánicas de la Unison y actualmente estudia un doctorado en la Universitat de Barcelona.

___Carmen Leticia Espriella, una de las presentadoras destacó el fino sentido del humor del autor y relató varias anécdotas de la actividad literaria de Llanes. Hugo Medina, por su parte, habló sobre el cuentario subrayando la economía del lenguaje y algunos aspectos del estilo del autor; a la deformación psicológica de los personajes, que resulta una revelación para el lector y para los propios personajes, se suman pasajes tétricos y oscuros que terminan por enternecer al lector, creando una ambigüedad de sentimientos hacia ellos. Esos personajes, envueltos en la frustración, según lo definió Medina, producen incomodidad y morbo y semejan a los creados por Franz Kafka; señaló que la maestría de Llanes para dosificar la información y crear, a partir de contextos cotidianos y urbanos, una atmósfera cinematográfica.

___Cuando tomó el micrófono, Manuel Llanes exhibió el agudo sentido del humor que había mencionado Carmen Leticia, para referirse al problema de la lectura en México. Manuel mostró un ejemplar de TV Notas y comenzó a ironizar sobre la temática y el estilo de quienes ahí escriben, luego presentó uno del Libro Vaquero y un par de videojuegos para destacar las formas de entretenimiento que prevalecen en las deprimentes salas de espera del IMSS y otras dependencias de gobierno, así como en las computadoras de jóvenes y adolescentes. Dijo que los escritores enfrentan el reto de producir textos que puedan competir con los primero y buscar la forma de cautivar a los lectores potenciales de textos literarios. Su charla, aunque breve, resultó ingeniosa y nada formal, rompiendo así con la imagen seria y circunspecta que Manuel proyecta a veces en una primera impresión.

___Risas y felicitaciones del público concluyeron la presentación, aderezada por un dueto de cello y fagot que interpretó una alegre sonata de Mozart. Luego vino el ambigú de brochetas de camarón (qué detalle!; pero faltó el vino, eso sí), autógrafos del autor y convivio amistoso de los presentes.

___Organizado por la entusiasta Gloria Barragán, titular de Literatura del Instituto Sonorense de Cultura, el bautizo de Decir adiós de noche salió redondo y animado, una buena ocasión para felicitar a Manuel Llanes por su nuevo vástago. Desde aquí le enviamos otro abrazo.

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3 comentarios:

Hey Jude dijo...

Qué padre leer que se está en la misma sintonía; para mí la noche de anoche fue exquisita, emotiva y sublime. Tu descripción del evento fue más profunda y muy buena.
Creo que todo estuvo excelente, es más, ni cuenta me di de que hizo falta vino, creo que para el momento del ambigú yo ya estaba embriagada de la emoción de ver el reconocimiento de alguien que se lo merece de verdad.

Para mí gusto y CON TODO RESPETO, en ese tipo de eventos, la coordinadora de literatura del ISC, debería ahorrarse muchos comentarios, no es la primera vez que me percato de que ese quiero pensar que inconsciente protagonismo, rompe con la magia de las presentaciones.

Felicidades por tu post

Carlos Mal dijo...

BROCHETAS DE MALDITO CAMARÓN???

Esa sí es presentación de libro, me lleva el demonio. Y yo aquí en Tucson con toda la modorra literaria del mundo. Felicidades a Manuel por su libro.

nacho dijo...

Feli, gracias por visitar, Manuel merece todo nuestro respeto por su talento, pero especialmente por su trabajo y constancia. Un beso...

Carlos: La modorra y la academia son una aspiradora, no? Pero hay que darse tiempo para hacer los que nos gusta: escribir. Nos vemos en tu blog.

Nacho mondaca