MENSAJE DE NAVIDAD ENCONTRADO EN EL FONDO

DE UNA BOTELLA DE PERFUME (pirata *).

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___Pues llegó el 24 de diciembre, mis amigos. Una semana sin pararnos en este blog por causas que escapan a nuestra voluntad. En primer lugar, un sentido pésame a la familia de Stephanie Olivares Rivera, cuatísima del alma de la Chica Superpoderosa, por el fallecimiento de su señor padre a quien una enfermedad implacable terminó por robar el último aliento siendo aún joven. Malas fechas para morir. "Morir, tremenda cosa", repetirá Verdi en un recitativo de antología que recordará la fragilidad de nuestros sueños.

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___En segundo término está el accidente de tránsito que hace diez días cercenó la defensa, el cofre, los faroles y medio radiador de mi Sentra adorado, héroe de mil batallas en carreteras, veredas y terracerías. Había salido apenas de mi hogar cuando una señora, cuya nobleza de espíritu es inversamente proporcional al balance de triglicéridos y colesterol que registra su fina estampa, cruzó una calle pensando que los rojos anuncios octogonales en los que aparece la palabra ALTO son figuras decorativas que el Municipio ha puesto en las esquinas con motivo de la Navidad. Nada que reclamar a tan optimistas puntos de vista, de no ser porque conducía yo en sentido perpendicular al de la abundante señora.

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___(Disculpen el abrupto estilo de poner puntos y aparte donde habitualmente ustedes no esperarían, lo hago con sanos fines de solaz visual). Cuando los autos se detuvieron, luego del impacto, mi disco duro ordenó automáticamente la función de "Reinicio", de modo que tardé un par de minutos en ordenar nuevamente la percepción de un acomodo anómalo (perdonen la lentitud, soy Pentium 4): mi auto quedó girado 100 grados a la izquierda del curso original. Observaba desde ahí que la señora de la esquina de Cañón Verde y Arroyo Bronco pintó el exterior de su casa color verde pistache y que su perro lanudo ladraba sin cesar frente a nosotros. La rubicunda señora no pudo bajarse de su Stratus blanco pues la puerta del conductos se encontraba sumida y teñida con los grises tonos de mi carro. Bajó por la puerta del copiloto doliéndose del cuello y la cintura rogando a las Alturas que no fuera a dar parte a la policía pues su auto es "chueco".

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___Viéndolo lateralmente, el auto de la triglicérida se veía aún más chueco. Resumiendo las cosas: el marido de la señora resultó ser un individuo noble y aguantador. En menos de una hora, el marido había conjurado a las Eirinias. Firmó pagarés y juró pagar composturas y descomposturas y calmó los desánimos en lo que tarda un pase de magia de Beto el Boticario.

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___No te quito más tu tiempo, caro lector, el Sentra ha vuelto a las andadas y. aunque anda volando bajo (plagiando a José Alfredo), nos pone en condición de interactuar con el mundo. Agradezco a mi hermano menor haberme prestado sin condiciones su auto en momentos críticos.

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___Como si las cosas fueran saludables, el escritor Sergio Valenzuela se disgustó conmigo y externó por vía telefónica una lista de palabras que, de haberlas registrado, el Manual de Carreño hubiera prohibido con apoyo irrestricto del Santo Oficio. En situaciones en que me veo acosado por el destino, mi proceder se despliega igual que una computadora afectada por una lluvia de spams. Me desconecto a la espera de que todo se restablezca.

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___No viene al caso desentrañar aquí las causas de su disgusto (de Sergio, no el de Usted), pero bástete decir, amiga lectora, que todas son enteramente justificadas y, dadas las circunstancias, comprensibles.

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___No diré más, sólo que la obligación de entregar en la víspera de las fechas decembrinas (que se celebran hace más de tres mil años) el trabajo final de Literatura Fantástica ha terminado por circuitar mis las últimas neuronas lúcidas que tenía.

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___No sigo porque esto es interminable. Deseo que la Nochebuena les sea didáctica en costumbres y la Navidad propicia en amparo. Nada digo aún del Año Nuevo porque tengo aún algunos días para reflexionar sobre el tema sin menoscabo de las tradiciones.

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___Diviértanse y que convivan en su mesa buenos olores, sabores y colores; que los discursos no rebasen la elocuencia de Fernando Valenzuela y que sus deseos se mantengan en los límites de la prudencia.

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___Amo a todos aquellos que me aman (tímpanos aparte). Y lo seguiré queriendo... todavía (sin carteras de por medio).

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___* Pirata la botella, no el perfume.

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