HACIA UNA MECÁNICA DEL RECHAZO
.
___Uno se pregunta si la hoja en blanco deveras asusta al poeta. Yo no lo creo. Pienso que lo que asusta al poeta es el miedo a no tener qué comer el día siguiente. Un buen poeta en un período de sequía creativa lo menos que hace con la hoja en blanco es un avioncito.
.
___El caso es que hoy en día los poetas se preparan. Imparten clases u ofrecen cursos de creación (que incluyen distintas aproximaciones a fabricar aviones papirofléxicos); escriben artículos de opinión (cualquier cosa que signifique eso porque la opinión es un Mare Nostrum donde cabe toda ocurrencia), corrigen textos y hacen discursos, una forma digna, por cierto, de allegarse el pan suyo de cada día.
.
___Pese a dicha preparación, el poeta enfrenta una realidad terrible: las palabras han sido puestas, dispuestas y predispuestas con tal arbitrariedad y de tan profusa manera que los modos y estilos poéticos parecen decantarse hacia el pico de un embudo. Metáforas, parábolas y sinécdoques suenan a nuestros modernos oídos como un eco de formulismos reciclados, y aquello que se ostenta como poesía posmoderna (a mi juicio una variedad de simplismo argumentativo, narrativo o filosófico -que no deja de ser sofisticado a veces-), no pasa de ser relumbrón para consumo de minorías estériles.
.
___La hoja en blanco aterra. Aterra porque más allá de los avioncitos y otras figuras potencialmente logrables a partir de la manuabilidad de la hoja en blanco, bien pudiera utilizarse para transmitir imágenes que coincidieran con el apotegma de Percy B. Shelley: proponer "ideas profundas y apasionadas sobre el hombre y la naturaleza".
.
___Nada del otro mundo, pero el caso es que actualmente resulta un reto sobrehumano proponer "ideas profundas y apasionadas" sobre cualquier cosa. Preguntémonos: ¿Cuándo fue la última vez que tú, amable lector, te consideraste capaz de proponer una "idea profunda y apasasionada" sobre algún tema.
.
___"Dirás que no me quisiste, pero vas a estar muy triste, y así te vas a quedar".
.
___Si te animaras a decir que José Alfredo Jiménez es uno de los poetas más influyentes del México del siglo XX, seguramente serías llamado a juicio, te condenarías y serías ejecutado con ofensas terribles. Yo no lo diría. En primer lugar porque José Alfredo fue solamente un transgresor útil. Transgredía las coordenadas ideológicas de tus (nuestras) familias con sus versos y sus melodías al borde, pero en un sentido inversamente proporcional al apotegma de Shelley.
.
___"Ideas profundas y apasionadas sobre el hombre y la naturaleza"... Yo agregaría, a riesgo de ser abducido, "sobre Dios, el Hombre y la Naturaleza", advertido y consciente de que la adición bien podría poner en aprietos al propio Shelley.
.
___Cuándo José Alfredo Jiménez se convirtió en un bufón de Televisa, en un icono inducido del "sentir nacional", en una paráfrasis de nuestra más pulsante vena patriotera, se transformó en un fenómeo que mejor sería dejar como objeto de estudio e investigación a sociólogos e historiadores. A nosotros, vituperadores del discurso ladino, no nos conmueven ni el sopor de una mítica mesa repleta de botellas, ni el desprecio ancilar de una mujer con sagacidad suficiente para distinguir entre cien y mil doscientos pesos; menos todavía la feliz actuación de homosexuales repitiendo patrones femeninos frente a un espejo.
.
___Dirás que la literatura es mejor que la vida, como pensaba Zolá, pero sábete que tal cosa no es tan comprobable como parece. Lo "mejor" es algo subjetivo. Yo, por ejemplo, te sugeriría, ahora que ha quedado más claro el panorama, que pensaras en la posibilidad de dejar de leer este blog, así como yo pienso de escribirlo.
.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario