martes, noviembre 04, 2008

V FESTIVAL INTERNACIONAL DE GUITARRA DE SONORA
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___Interpretado por el guitarrista argentino Víctor Pellegrini y la Orquesta Filarmónica de Sonora, el Concierto de Aranjuez fue una de esas cosas que pocas veces puede disfrutar uno en vivo. Primero, porque aquel instrumento se ha abierto paso a duras penas en los entretelones de la música educada (si se permite la expresión) y no suele disfratárselo con frecuencia en las salas de concierto. Segundo, porque, a pesar de que Joaquín Rodrigo compuso más de diez conciertos para guitarra, y autores de la talla de Vivaldi incursionaron en el desarrollo composicional para ese instrumento, éste no ha podido alcanzar las sublimes alturas que distinguen al violín y al piano. Tercero, porque hasta hace unos pocos años, Sonora cuenta nuevamente con una orquesta capaz de acometer una obra así. Por la majestuosidad y los aires arabescos que transmite Rodrigo en esta composición, y por la enjundiosa intepretación de Pellegrin, el concierto fue sencillamente delicioso, especialmente su célebre adagio (segundo movimiento).
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___Con motivo del V Festival Internacional de Guitarra de Sonora, organizado por Igor Ávila, Pellegrini, José Barbosa Lima y otros virtuosos se dieron cita en Hermosillo la semana pasada para ofrecer un poco de lo mucho que guardan en su baúl de destrezas musicales.
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___Alfredo Hernández, director huésped de la Orquesta, demostró sus cualidades frente a una orquesta que cruza por una etapa de reorganización luego de que Gastón Serrano, su director, dejara el cargo hace unos meses.
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___Hay que decir que, pese a algunos errores en materia de organización y logística, la tenacidad y capacidad de convocatoria del joven guitarrista local Igor Ávila Soria ha logrado mantener vigente este Festival que indudablemente contribuye al desarrollo cultural de la Entidad. Ojalá hubiera una media docena de Igores haciendo cosas importantes.
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___Pese a ser uno de los instrumentos más populares en el mundo, la guitarr ha ha tenido que pelear a brazo partido para ser considerado como un instrumento de concierto. La verdad es que es un instrumento que comparte las habilidades de las serpientes de cascabel: en condiciones promedio suelen ser muy difícil de dominar.
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