miércoles, febrero 04, 2009

EJERCICIO DIARIO, INERCIAS COSTUMBRISTAS,
ZUMBA EN TU BARRIO
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___Enfrascado como estoy en dilucidar problemas discursivos relacionados con ciertos textos coloniales, las neuronas libres de mi disco duro apenas pueden soportar llevar a la práctica los diversos roles que exige la vida. Aun ir a caminar los 20 minutos que sugiere el sistema nacional de salud parece una carga extra poco llevadera. Pese a todo, y echando mano de un viejo libro de proverbios chinos más viejos que el libro, sacando fuerzas del colesterol y los triglicéridos acumulados, dejando nubes de polilla por el camino, me dirigí al parque de mi colonia.
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___Grande fue mi sorpresa al encontrar en plena cancha de básquetbol a un grupo de alrededor de cuarenta mujeres de todas la edades imaginables haciendo ejercicio al son de un amplificador que igual reproducía cumbias, salsas y merengues a todo volumen. El profesor a cargo de aquel inusual aquelarre de aeróbicas vecinas giraba instrucciones a todo pulmón y acompañaba sus decires con sus haceres, es decir, agitados movimientos de baile con ritmo y entusiasmo. Sudaban a chorros y reían de contento. Mi rutina de caminata concluyó tras los reglamentarios 20 minutos escuchando los ecos del zumba-ejercicio de aquellas damas.
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___No podía explicarme aquel hecho sino como consecuencia de la consistente campaña mediática que despliega el gobierno para combatir la obesidad y la enfermedad. La realidad es evidente: somos un país de gordos risueños que no vacilamos en llevar nuestro sistema cardiovascular a explorar sus propios límites a abandonarlo a merced de tacos pletóricos de grasa, tortas de ecuménica consistencia y antojitos que exceden la imaginación.
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___Somos un pueblo que se resiste a los cambios, cualesquiera que estos sean. Estoy en espera de encontrar en los textos coloniales que menciono algunas claves que expliquen nuestras ancestrales resistencias.
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