martes, enero 27, 2009

El Gran Vidrio, explorando las fronteras de la ficción.
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Un texto debe estar más allá de toda categoría.
Mario Bellatin

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___Un puñado de obras de la literatura mexicana se apartan de los modelos narrativos tradicionales, generalmente asociados al realismo y a formas escriturales convencionales. Un caso singular es la narrativa de Mario Bellatin, sus rasgos estilísticos y temáticos se distinguen radicalmente de las formas que han prevalecido en la novelística nacional. Aunque reciente, su prolífica y sistemática producción ha despertado un interés creciente en la crítica; profundizar en la complejidad y originalidad de sus textos permite situar su propuesta estética en relación con la tradición literaria.
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___En términos generales, la obra de Mario Bellatin postula, por un lado, un cuestionamiento del pensamiento racional y sus correlatos semánticos, y, por otro la desintegración del discurso de la modernidad en una forma mucho más radical que la que tiene lugar, por ejemplo, en la nueva novela histórica mexicana. A partir de estas premisas, la narrativa bellatinesca es al mismo tiempo una exploración a los límites de la novela, pone en entredicho su estructura canónica y coquetea con la literatura fantástica o la autobiografía.
Observemos algunos de los procedimientos discursivos y composicionales utilizados por Mario Bellatin en su novela El Gran Vidrio (Anagrama, México, 2007), de modo que identifiquemos algunos rasgos distintivos de su propuesta estética.
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El Gran Vidrio, ruptura del pacto de ficción.
___Como un guiño a las artes plásticas vanguardistas, El gran vidrio, texto de Bellatin publicado en 2007, está inspirado en una memorable pintura de Marcel Duchamps titulada “El gran vidrio: La novia puesta al desnudo por sus solteros, incluso”. Elaborada entre 1915 y 1923, fue declarada por el autor como “inacabada”, rasgo que comparte por necesidad toda “autobiografía”, y que en el texto bellatiniano se trasluce nítidamente.
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___El autor agregó el subtítulo Tres autobiografías a este relato dividido en tres partes que, por supuesto, nada comparte con la noción convencional de autobiografía y muestra resistencia a ser encajonado en un género determinado. El texto, como puede apreciarse en Shiki Nagaoka y en otras novelas del autor, acosa las fronteras genéricas y se sitúa “más allá de toda categoría”.
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___Toda autobiografía está compuesta de fragmentos extraídos de la memoria y de otros testimonios, dispuestos en un texto de forma conveniente por el autor. La autobiografía es un discurso orientado ética y estéticamente y supone una “verdad inherente” a partir de la confesionalidad. Pero, ¿Es la memoria un receptáculo confiable? ¿Evoluciona la memoria? ¿No se deforman los recuerdos con la evolución personal? ¿El cambio de referentes que conlleva el desarrollo de la sociedad no distorsiona los recuerdos?
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___La imposibilidad de aprehender la realidad es uno de los ejes que presenta la propuesta de El Gran Vidrio. Distintos campos de la realidad material y psicológica son presentados como retazos arbitrarios de una historia plagada de absurdos cuidadosamente dispuestos. El discurso narrativo del primer relato conforma una suprarrealidad ajena al espacio y tiempo convencionales que supone la autobiografía. Ni los datos personales contenidos ni la forma en que se presenta el relato obedece a formas preconcebidas de autobiografía y sus rasgos confesionales pronto se apartan de una problemática meramente psicológica para sustentarse únicamente en las posibilidades del lenguaje llevado a los límites de la inteligibilidad.
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___El primer relato, presumiblemente autobiográfico, <>, es contado por un narrador en primera persona que reconstruye la historia personal de un niño recluido en una institución (mental), recreando un espacio imaginario y confuso en el que su madre obtiene absurdos beneficios por exhibir a otras mujeres los “poderosos” genitales del hijo. La trama está plagada de elementos surrealistas e insólitos. Los niveles de concordancia entre el mundo narrado y “la realidad” son pulverizados y, pese al manejo de términos cotidianos como la familia, la sociedad o la escuela, no es posible encontrar sino reminiscencias que guardan alguna “apariencia de verdad”.
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___Este relato está organizado por 360 enunciados enumerados (semejantes a los versículos), distribuidos arbitrariamente en 70 páginas. Aunque puede leerse como una sola línea argumental, la presentación sorprende pues hay páginas en blanco en las que aparecen indistintamente tres, cuatro o diez de estos enunciados; algunas están prácticamente en blanco con apenas un pequeño enunciado.
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Hacia una estética del absurdo.
_____Como en Shiki Nagaoka y otras de sus novelas, en El Gran Vidrio Bellatin retoma una temática que pareciera mortificarle íntimamente o en la que se siente cómodo: las malformaciones corporales como generadoras de extrañamiento. Cuerpos atípicos son un ingrediente utilizado con frecuencia para poblar los diversos escenarios-espacios bellatinianos, impredecibles e inaprensibles (insólitos baños públicos, una escuela especial con leyes absurdas, mezquitas con problemas de plomería), mientras el tiempo discurre difuso o confuso.
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1.- Durante el tiempo que viví junto a mi madre nunca se me ocurrió que acomodar mis genitales en su presencia pudiera tener una repercusión mayor.
2.- Estaba equivocado.
3.- Después supe que incluso les pedía a las otras mujeres objetos de valor para que los miraran plenamente. (Bellatin, El gran Vidrio, 9).
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___Planteado el inesperado tema de los genitales, nuestro narrador no tiene interés en pormenorizar el tiempo del que habla, no le preocupa. Ni el durante ni el después son referencias temporales que importen, excepto como marcas mínimas que no contradigan la dinámica del relato, un absurdo pero sistemático relato en apariencia autobiográfico.
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___La voz narrativa homodiegética que narra “su vida” conforma un discurso que puede ser concebido como un flujo de conciencia o como una confesión sin una dirección definida. Desde el punto de vista de las coordenadas tiempo-espacio del relato realista, el final no lleva ni llega a ninguna parte.
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354. Hace dos noches mi madre me trajo algunas fotos que, en un principio, me parecieron acabadas de tomar.
355. Mostraban a un sujeto que se dedicaba, como mi abuelo, al oficio de horneador de cerdos. (…).
360. De mi padre no he vuelto a saber, aunque seguramente hubiera apreciado como nadie mis lámparas cubiertas con espuma de jabón. (Bellatin, 70).
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___Así concluye el primer relato, dejando una enorme estela de interrogantes y conjeturas que hacen suponer que la presunta autobiografía es una maquinación textual de un individuo afectado mentalmente. De aceptarse esta hipótesis, surge la pregunta de si tal recuento autobiográfico desordenado y fantasioso no es tan igualmente significativo como una biografía tradicional.
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___La lógica del entendimiento cimentada en el pensamiento racional moderno es desafiada en El Gran Vidrio mediante el ejercicio de una escritura que se olvida de los cauces canónicos narrativos, principalmente condicionados, como anotábamos, por distintas modalidades de realismo o mímesis.
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___Con este texto, Bellatin parece continuar una línea narrativa que camina por los bordes de los géneros, explorando sus posibilidades. ¿Novelas, crónicas personales, novelas breves, cuentos, relatos autobiográficos, objeto libro, narración iconográfica?
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___Cualquiera que sea la definición, la obra bellatiniana se organiza a través de lo extraño, lo fragmentario e imaginario y borda un tejido lacónico y decantado de adjetivos innecesarios, tan minucioso como fríamente organizado.
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___El segundo relato, <>, presenta, narrado en primera persona, al protagonista de la segunda autobiografía. Se trata de un seguidor de la fe musulmana envuelto en los vericuetos de una vida mundana pero absurda, plagada de ilusiones místicas y ritos litúrgicos. Sheika es la líder de una mezquita que se ve implicada en una serie de situaciones reales en apariencia pero decididamente inverosímiles. Su concordancia con la realidad se reduce a la lógica minuciosa e implacable del lenguaje que la sustenta.
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___Junto al protagonista, que utiliza una prótesis que hace suponer al lector que puede haber rasgos autobiográficos del autor en el relato, a cada momento aparecen sobre impuestos en la trama objetos, animales y hasta formas de comportamiento que conforman un universo irreconocible y desconcertante que toma la forma de una broma textual o un rosario de meras ocurrencias. Veamos un fragmento:
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El médico y la enfermera trataron de desatar los zapatos. La tarea comenzó a hacerse cada vez más complicada. En ese momento la sirvienta de Duja hablo. Dijo que cómo era posible que se intentara realizar una empresa semejante. Que eran muy pocos los que estaban en condiciones de descalzar a una sheika. Añadió que ninguno de los ahí presentes podría hacerlo. Sentí vergüenza (…) Sin que lo advirtiéramos, Duja comenzó a abandonar sigilosamente el jardín. Lo noté por un leve cántico que emitió mientras se iba alejando. Me pareció, no sé por qué motivo, que su paso era similar al de la anciana que fabricaba canastas en el puerto de pescadores. (86)
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___Al final de este segundo segmento nuestro narrador continúa contando sus avatares que no guardan ninguna intención conclusiva sino, en todo caso, suspensiva; vagas referencias al islamismo parecen brindar alguna forma de sentido al absurdista relato alrededor de la extraña grey, pero la historia concluye con la propia perplejidad del narrador.
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Veo cuando el plomero sale a la puerta. Fariha se encuentra a un lado. Quedo confuso. Mientras tanto, en el asiento de atrás, la sirvienta continúa sin decir palabra.” (120).
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___<>, el tercer relato, deja de lado la aparente ingenuidad de los narradores previos que no problematizan su realidad circundante, que narran y recrean sus mundos absurdos sin la menor vacilación. Luego de toparnos con un yo femenino aparentemente lésbico (advierte tener una novia alemana) que relata extrañas peripecias alrededor de un Renault 5, aparece arbitrariamente un nuevo yo narrativo masculino que inesperadamente se presenta como Mario Bellatin. Estos narradores comienzan a entre cruzarse y arrancarse la palabra de forma arbitraria hasta que el personaje Bellatin decide “confesar” las motivaciones de El Gran Vidrio.
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___Entramos así a una variedad de meta ficción que presuntamente exhibe las intenciones del autor, según él mismo parece descubrir, pero esto no pasa de ser una conjetura pues el relato continúa hasta el final con una suerte de amalgamiento de los relatos anteriores, amén de otros extratextos e intertextos que saltan de pronto. Este relato aparece como la cúspide de una pirámide formada no únicamente por los tres relatos de la obra sino de obras precedentes como Salón de belleza o Poeta ciego, que aparecen inesperadamente a manera de intertexto.
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“Una autobiografía cuyo eje sería cada uno de los libros que he publicado”. (158). “¿Qué hay de verdad y qué hay de mentira en cada una de las tres autobiografías? Saberlo carece de importancia (…) La necesidad de borrar todas las huellas del pasado, de difuminar lo más que se pueda una identidad determinada, basada principalmente en la negación del tiempo y el espacio que supuestamente deberían corresponderme” (159-160).
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___El relato finaliza con una disertación que reflexiona sobre lo incierto o alegórico de las tres historias narradas en el texto, también salpicadas de otros textos del autor Mario Bellatin. Ahí, el narrador (Bellatin-yo femenino, indistintamente) se intercala para finalizar con un juego de imágenes deshilachadas, tan imaginarias y tan reales como el lector decida suponer. “Sencillamente dejar que el texto se manifieste en cualquiera de sus posibilidades” (160), dice el narrador antes de concluir con una frenética disertación sobre la condición narrativa:
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“Es quizá por eso que, a pesar de la vida tan dispersa que he llevado, ahora soy feliz. Sin pesos emocionales, de familia, de nación, de identidad. (161).
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___Así, despojándose enunciativamente de los lastres simbólicos de la modernidad: familia, sociedad, orden, jerarquías, etcétera, la voz narrativa va desdoblándose y cambiando de voz, de sexo y de vestimenta para luego introducirse en un palimpsesto de espacios y tiempos que terminan, nuevamente, en un no-final. El nuevo experimento narrativo ha concluido cuestionando la vulnerabilidad de los cauces narrativos convencionales como mecanismo de representación de la realidad. Se ha alterado radicalmente el nexo del mundo narrado con la realidad, se ha roto con las formas narrativas mediante una feroz disertación metaficcional y, finalmente, se sepulta el pacto de inteligibilidad con el lector, dejándolo a merced de la polivalencia de sentidos que la ambigüedad y lo insólito del texto procrea.
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___(Si has llegado hasta aquí, amable lector o lectora, permítenos felicitarte por tu paciencia. No queda sino amenazarte diciéndote que luego hablaremos aquí sobre algunos rasgos compartidos por algunos textos de Mario Bellatin y Salvador Elizondo).
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