lunes, junio 04, 2007

TESTAMENTO DE BEETHOVEN
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___Agradezco a Claudio Escobosa haberme enviado en tan oportuna ocasión el testamento de mi compositor favorito. Su pertinencia no me parece para nada ajena al momento que viven ahora las artes en mi país.
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Ludwig van Beethoven
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A mis hermanos Carl y Johann:
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___«¡Oh semejantes míos, que me toman o me denuncian como triste, malhumorado, o mezquino. ¡Qué gran mal me hacen!
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___¡No saben la causa secreta de mi aspecto!
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___Mi corazón y mi disposición desde la niñez, se inclinaban hacia los sentimientos tiernos de la buena voluntad y siempre me inclinaba yo hacia las grandes acciones, pero consideren que durante seis años he decaído a una condición incurable, empeorada por médicos insensatos. Engañado durante años con una esperanza de mejoría y finalmente expuesto a una dolencia duradera, la curación podría llevar años que ya no poseo o tal vez sea imposible.
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___Nacido con un temperamento ardiente y lleno de vida, incluyendo una vocación de entretener a la sociedad, a temprana edad hube de aislarme a una vida solitaria. Si a veces trataba yo de pasar por alto todo, qué grande golpe fue el de experimentar las deficiencias de mi oído; más aún no me era posible pedir a las personas «que hablaran más fuerte, que gritaran, porque yo era sordo». De qué manera debía yo admitir la debilidad en uno de los sentidos que debía haber sido más perfecto para mí que en otros; un sentido que yo antes poseía en la mayor perfección, una perfección como pocos de mi profesión hayan experimentado.
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___¡Oh, no lo puedo hacer! Perdónenme entonces si me ven alejarme cuando debía estar acercándome al mundo.
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___Mi infortunio me da un dolor doble cuando trato de hacer que otros comprendan. La recreación en la sociedad humana, los pasajes más deleitables de la conversación, las confidencias; ninguna de estas cosas es para mí. Ya solo, nada menos que las exigencias más grandes pueden obligarme a la vida social.
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___Debo vivir como un exiliado; si estoy en compañía de otros, cae sobre mí un terrible temor, el temor de que lleguen a saber de mi condición. Así ha sido durante estos últimos seis meses que he pasado en el campo, bajo órdenes de mi buen médico, en los que he tratado de proteger mi oído. Su prescripción concordó con lo que ha llegado a ser casi natural para mí, aunque a veces por mis deseos de asociarme con otros me he dejado engañar; pero qué humillación cuando alguien parado junto a mí oía una flauta y yo nada oía, o cuando alguien oía al pastor en su canto y de nuevo yo nada oía.
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___Varias veces llegué al borde de la desesperación; un poco más y hubiera puesto fin a mi vida. Fue mi arte lo único que me detuvo; parecía imposible partir de este mundo sin dar a saber todo lo que obraba en mí. Es así que volví a encaminarme por esta desdichada vida; un cuerpo tan sensible que un cambio un tanto repentino puede alterar de un estado de muy bien a muy mal.
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___Paciencia (esa es la palabra, ella es la que tengo que tomar como mi guía; lo he hecho): espero que mi resolución de perdurar sea constante, hasta que los inexorables faros de luz corten su hilo. Puede ser que las cosas mejoren, pero puede ser que no; estoy preparado, tan pronto en mi año 28 de vida se me exige volverme filósofo; no es fácil; más difícil para un artista que para cualquier otro.
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___¡Oh Dios! Tú ves hasta mis entrañas. Tú me conoces, Tú sabes que el amor hacia el hombre y la inclinación a la beneficencia moran dentro de mí.
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___¡Oh mis semejantes!, cuando posteriormente lean esto, crean que me han hecho mal; y el desafortunado que se consuele encontrándose un compañero en la mala fortuna, quien, a pesar de todos los obstáculos naturales, no ha dejado de hacer todo lo que esté a su alcance para formar filas con los artistas y los buenos hombres».
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____Entonces se dirige a sus hermanos: «mi deseo es que tengan mejor vida que yo, con menos preocupaciones: Exhorten a sus hijos a la virtud, esto solamente puede traer la felicidad, no el dinero, yo hablo de la experiencia; aquello fue lo que me sostuvo aun en la miseria, a aquello y a mi corazón tengo que agradecer que no haya terminado mi vida con el suicidio.
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____Adiós, ámense los unos a los otros. Doy gracias a todos mis amigos, especialmente al Príncipe Lichnowski y al Profesor Schmidt. Yo quiero que los instrumentos del Príncipe Lichnowski permanezcan bajo el cuidado de alguno de ustedes, pero que no haya contiendas entre ustedes acerca de ellos; únicamente cuando les puedan ayudar a lograr algo más útil, véndanlos sin demora.
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___Qué gozoso estaré si aun bajo la tierra puedo serles útil. Que sea con gozo que yo apresuradamente camine hacia la muerte y la vea cara a cara. Si viene antes que yo haya tenido la oportunidad de desenvolver todas mis capacidades artísticas, a pesar de mi dura suerte, vendrá demasiado pronto, y yo seguramente desearé que venga más tarde, pero aún así estoy contento ¿Acaso no me libra de un estado de sufrimiento incesante? Ven cuando quieras, yo te haré frente con valor.
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___Adiós y no me olviden del todo en la muerte, yo merezco esto de ustedes, de quienes en mi vida he pensado con frecuencia, deseándoles felicidad ¡Que así sea!»
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1 comentario:

Manuel dijo...

¿Qué podemos hacer sino formar fila con la gente que disfruta su legado?