ENTREVISTA CON EL VAMPIRO
.___Mientras intentaba deshilar un par de ideas en este blog, un zancudo de la variedad anofeles se obstinaba en chuparme la mayor cantidad de sangre posible. Eso lo deduje después de la quinta roncha cuando comencé a pensar si aquello no era una transfusión. Observando el carácter obsesivo de su comportamiento, comencé a molestarme con el bicho y empecé a sopesar las desventajas de andar en shorts.
.___Si hubiera averiguado primero las inadecuadas proporciones de ácido úrico, triglicéridos, colesterol y otras malas vibras que cargo al lado de los leucocitos, seguramente el insecto habría actuado con las reservas del caso, conformándose a lo sumo con un par de piquetes; pero no fue así y la actitud del invertebrado comenzó a oscilar entre los parámetros donde ubico a la gula.
.
___Por las buenas, le hubiera convidado con gusto unas gotas de mi hemoglobina, pero su comportamiento me recordó aquella vez que invité por primera vez a un amigo de Oaxaca a casa; cuando terminamos de comer, se quedó en la computadora revisando sus correos mientras yo me dirigí a dormir una breve siesta; me desperté a los 15 minutos y me lo encontré en la cocina preparándose un sandwich de tres pisos. Traté de justificarlo considerando el hambre crónica que seguramente llevaba en sus genes, pero me contuve al notar que se había terminado también la gelatina. Estas cosas no acostumbro hacerlas cuando me invitan por primera vez, lo que me llevó a pensar que el anofeles y yo éramos de talantes diferentes.
.
___Óyeme, ¡no! El zancudo deliraba ya en una orgía de sangre que no pude tolerar, especialmente porque recordé entonces que las autoridades de salud han detectado casos de dengue en mi colonia y, como se ha vuelto a saber, esa enfermedad es transmitida por esa especie. Fue así que me dispuse a interrumpir el festín (no fuera a ser que continuase luego con la gelatina). Comencé a rastrearlo debajo de mi escritorio y en unos segundos pude ubicarlo rondando alrededor de mi tobillo tratando de asaltarme nuevamente. No puedo asegurar que no estuviera prejuiciado, pero yo veía al insecto gordo, por encima de la norma, y fuera de forma; inconscientemente me recordó, para qué voy a ocultarlo, a esos helicópteros descontinuados que las Fuerzas Armadas utilizan para llevar víveres a los damnificados.
.
___Finalmente aterrizó sobre una vena que sobresale ligeramente en la parte posterior del tobillo derecho, esperé inmóvil unos segundos para que tomara confianza y cuando había clavado ya su jeringa en mi piel consideré que era el momento adecuado para ejecutar el insecticidio. Un movimiento ágil de la mano, un golpe seco y certero fue suficiente: lo destripé sin misericordia mientras decía "¡hasta aquí llegaste, hijo de puta!" (lo decía yo, no el zancudo). La sangre quedó regada en la hendidura próxima al talón, el esqueleto negruzco y los vellos polvosos del bicho quedaron repartidos entre mis dedos y el tobillo. En ese momento me percaté de que aquella sangre era el botín que había sido extraído de mis arterias, igual que lo hacen los ladrones de combustible en los oleoductos de Pemex.
.
___El festín había terminado. Con el manazo había sacudido también 10 mil años de evolución de esa especie a la que la última glaciación había terminado por moldear sus rasgos contemporáneos. Eso me detuvo a pensar hasta dónde podemos "respetar" a ciertas especies que suelen proliferar a nuestras costillas.
.
___Pasado este encuentro imprevisto, cuando intenté regresar al par de ideas que tenía para mi blog, éstas ya no estaban, quizá se fugaron en lo que el mosco se llevó.
.
5 comentarios:
Estra "gruesa " tu crónica del tremendo ataque propinado por tan terrible mounstruo, qué bueno que acabaste con él. Oye, sabías que yo soy un sobreviviente del dengue hemorrágico? Me dio cuando era un pobre estudiante o un estudiante pobre de letras. Fue horrible (el dengue y la pobreza)pero ya ves, aqui andamos todavía, robando oxígeno.Hace unos días volví a sentir los devastadores síntomas del dengue, afortunadamente, vuelvo a salir adelante. Pinches mosquitos...
En Puebla está temporada llegaron unos que tienen manchas alternadas blancas y negras en las patas. Estos jijoesugranpu son los que transmiten el dengue y antes no llegaban a esta altura http://www.entrerios.gov.ar/consejo/dengue1.htm
pero ahora hay dengue en la ciudad con el cambio climatico.
Saludos
juar, juar, juar! yo te apoyo en el exterminio de esos bichos!!!!!
abrazos desde la frontera sonorense
ale
Esteban, Manuel y Ale: gracias por visitar y solidarizarse contra los "patudos". En esto todos somos compañeros de dolor.
un abrazo...
Por un caso encontrè tu blog y la estupenda aventura que llevaste con Mr Zancudo, jejejeje, hizo divertir a mi hija y a mi, bueno Humphrey sigue divirtiendo èste mundo perezozo que encontramos en nuestro alrededor, me encantò el modo aventuroso de narrar la historieta y me hizo recordar una revista que leìa mexicana llamada Memin...era maravillosa! felicitaciones desde la hermosa Italia
Publicar un comentario