martes, octubre 23, 2007

PAZ DE LOS CRÁTERES
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___Hay mañanas en que me levanto preguntándome si Octavio Paz era dialéctico o diletante; generalmente son mañanas de resaca que empiezan antes de lo que uno deseara; ubicado en el centro de ellas no alcanzo a hilar dos pensamientos seguidos sin sentirme parado a la orilla de un cráter. Los cráteres me han acompañado en espíritu la mayor parte de mi vida porque nos conocimos desde la primaria, ellos son muy callados. Por el contrario, Octavio Paz sentía la necesidad compulsiva de hablar y no sería aventurado suponer que por eso escribía mucho, porque no siempre encontraba gente dispuesta a escucharlo hasta el final. Los cráteres extintos, que son los que he tenido el gusto de conocer, no encuentran muchas personas que estén dispuestos a escuchar su silencio por un tiempo prolongado, quizá por eso se convierten en leyendas. Mi padre sabía de resacas aunque debo decir que sobrellevarlas no lo aprendí de él. De él aprendí sobre los cráteres dado que fue quien me introdujo en ellos, especialmente uno muy elevado donde hace mucho frío en invierno. Octavio Paz refería que las obras de José María Velasco le provocaban una sensación de frío en las alturas y le sobraba razón porque Velasco solía pintar paisajes parapetado en alguna cumbre y algunas de sus obras se acercan a lo que debe ser la visión de un águila. En eso Paz acertaba, no como en otras ocasiones en que la razón no le importaba. Mi padre admiraba las pinturas de José María Velasco que conocía, especialmente una donde aparecía un volcán cubierto de nieve, era el de Orizaba y lo había conocido gracias a un almanaque. Entrado en años me hice de un libro con ilustraciones del pintor y me percaté de que, habiendo estado en algunos parajes que él pintó, jamás hubiera podido ubicar el foco desde donde se ponía a hacerlo de no ser porque él solía revelarlo. Es casi seguro que le hayan gustado los cráteres porque estaba obsesionado con pintar el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl. Siendo joven, igual estaba Paz obsesionado con aparecer del lado de algunas vanguardias porque lo repetía mucho de diversas maneras, si bien él no solía contar pormenores de sus resacas. Pero de las resacas se aprende mucho, igual que de los cráteres, las pinturas de Velasco y las diletancias. Por eso es que Paz sabía de muchas cosas. Los volcanes extintos tienen cráteres donde a veces se crean lagos, cosa que no ocurre con los cráteres del desierto pero la gente no los rechaza por eso. Octavio Paz tampoco rechazaba la escritura automática que pregonaban ciertos seguidores del surrealismo, simplemente la consideraba imposible de practicar. En esto a Paz si le importaba la razón y su argumento central era que los atavismos y condicionamientos psicosociales de todo individuo eran motivo sobrado para suponerlo incapaz de ejercer un automatismo escritural verdaderamente libre. De alguna forma mi padre identificaba la extraña emoción de estar sobre el borde de un cráter con la libertad aunque su concepto de libertad se veía ensombrecido por la culpa. Llegué a pensar que las resacas lo llevaban a incubar sentimientos de culpa por la actitud penitente que lo embargaba en esos momentos. Con Paz la culpa parecía un reflejo intelectual y quizá eso era lo que lo conducía a ser diletante. En diciembre iré nuevamente a la región de los cráteres, pienso llevar a mi hijo a conocer ese lugar. No quiero que cuando crezca vaya a sacar conclusiones sobre mí únicamente a partir de mis resacas. Quizá en algunos años más le hablaré sobre la diletancia en Octavio Paz. Por lo pronto ya le enseñé el libro con los óleos de José María Velasco.
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2 comentarios:

Luis Lope dijo...

No creo que Paz fuese diletante, aunque tampoco del todo dialéctico. Era, si se me permite la fumada, algo contemplativo.
Saludos, Nacho.

Tesea dijo...

Pap� Nacho:
S� muestrale a tu hijo esas maravillosas cosas que eres adem�s de las resacas, hoy mi viejo me sorprende de tal manera con esas cosas que es y que yo ignoraba, que a veces siento perdida gran parte de mi vida a su lado :S

Creo que Paz era un adjetivo que a�n no se inventa... y que define la capacidad de dialogar consigo mismo desde las posturas de los dem�s antes de abrir la boca, eso me ha hecho sentir siempre ;)

Saluditos
Coc�