EL SISMO DE HAITÍ COMO RECORDATORIO
.___Hace poco hablábamos aquí del reciente sismo en mi pueblo natal, y advertíamos que por ubicarse en la falla de San Andrés corre el riesgo, al igual que muchas ciudades de la franja hemisférica occidental de América, incluyendo San Francisco y Los Ángeles, de ser devastada en algún futuro impreciso.
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___Luego de enterarnos del terremoto que asoló Puerto Príncipe, Haití hace un par de días, de las decenas de miles de muertos y los daños materiales sufridos por esa población afroamericana, observamos que los movimientos telúricos del planeta ocurren en cualquier parte sin que tales catástrofes puedan todavía predecirse.
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___Resulta aterrador, como atestiguamos luego del terremoto del 85 en la Ciudad de México, levantarte una mañana y ver que en cuestión de minutos desaparecieron casas y edificios, y que murieron millares de personas que ni siquiera tuvieron tiempo de saber qué estaba pasando.
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___Observar a los sobrevivientes estupefactos, devastados, impotentes e incrédulos ante lo impensable nos llama a reflexionar en la fragilidad humana; miles de ellos se arrodillan frente a las imágenes religiosas (o lo que quedó de ellas) pidiendo a sus deidades no una solución sino, al menos, una explicación. Pero no existe una explicación suficiente para dar cuenta de que el planeta tiene su propio pulso, un pulso ajeno a la soberbia de nuestra especie que se abroga el derecho de "hacerse responsable" por el futuro de este pequeño grano de arena del universo.
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___No queremos aceptar que somos el plácido sueño de alguien que tarde o temprano despertará.
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3 comentarios:
Me fascinó la última frase... x.o.x.o.
Pobre gente tan pobre, realmente me llega su sufrimiento
Nuestra soberbia es tan grande, siendo infinitamente pequeños. Cierto nuestro bello mundo es solo un grano de polvo del universo.
Ser el sueño de alguien. O será pesadilla?
Cuánta razón tienes. Mientras no nos toca a nosotros, van mis mejores deseos para este año.
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