LAS PRESENTACIONES DE LIBROS, ESE CALVARIO
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___Con honrosas excepciones, las presentaciones de libros se han venido convirtiendo efectivamente en un ritual tedioso. Como expectador me divierto más en misa que en la mayoría de tales presentaciones. No crean con esto que me excluyo de ser cómplice de semejante anomalía. Por mi culpa, por mi grande culpa, me doy tres golpes de pecho. Hasta he caído en la tentación de polemizar con el autor que estoy presentando. Qué pendejada, ¿no? En lugar de reirme de él, o con él.
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___El problema lo atribuyo a la ausencia de ironía y humor en dichas presentaciones. La costumbre ha ido aceptando el carácter intelectualoide que prevalece en términos generales en nuestra avejentada República de las Letras. Incluso aquellos que como Carlos Monsiváis buscan un sesgo chusco a las "cuestiones serias", derrapan generalmente en galimatías para eruditos y académicos. Sarcasmo cuando mucho.
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___Pero no debemos pensar que los intelectuales son el origen del problema, la cuestión es que han heredado los usos y costumbres del sistema político mexicano: sus rituales patrióticos y su acartonado formalismo. Una mezcla de despotismo ilustrado, formalismo kantiano y fashion neoyorquino. Es uno de los síntomas de la presupuestitis, del sistema cultural dependiente del gobierno. El que con coyotes anda, a aullar se enseña. Es el sistema: un sistema que garantiza que el gobierno mantenga el control sobre la cultura. Como ocurrió con los emblemáticos Frida Khalo y Diego Rivera que terminaron siendo souvenires de la imagen "mexicana". La imagen del sistema.
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___El resultado de ese acartonamiento intelectual es la ausencia de verdadera discusión sobre la problemática cultural y política entre los ciudadanos. Los intelectuales se desviven por ser fomentadores de "opiniones" y los ciudadanos tienden a hartarse de escuchar "opiniones". Dar opiniones es más fácil que defender la verdad y además deja más dinero, por eso los intelectuales consagrados van descendiendo lentamente por los círculos del infierno hasta llegar a la gran cúspide: dar opiniones en Televisa.
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___Entonces, las presentaciones de libros portan esa enfermedad congénita de nuestra cultura. La cultura de la Revolución Mexicana, la de las instituciones que creó Calles, el vasconcelismo, el PRI, la partidocracia, etcétera. Toda esa barbarie cultural. Nuestro VIH ideológico. Cuando sientas que un escritor o un intelectual mexicano te está hablando en otro idioma ni te preocupes, es una simple expresión de dominación, una expresión del carácter del sistema.
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___Los presentadores de libros quieren parecerse al formato de las revistas literarias, pero las revistas literarias se han convertido en mensajería hermética, en discusión olímpica de asuntos crípticos. Las revistas literarias son una especie de epitafio de la cultura, así como las presentaciones de libros son el epitafio de la lectura. Je.
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___Pero existen también presentaciones de libros donde los asistentes se botan de la risa y salen con un optimismo renovado por la lectura y los escritores. Esas son las buenas presentaciones. A la gente no le despierta tanto la trama de la novela, o el estilo del poemario que se presentan, como la actitud creativa del presentador (o del autor, porque también se da el caso) alrededor de la biografía del autor o de sus viscisitudes como escritor.
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___A preguntas simples, grandes respuestas. Coincido con la opinión de H. Yépez al respecto. El presentador y el autor deben estar atentos a las inquietudes del público, independientemente de la intención de quien pregunte, porque toda pregunta guarda un sustrato profundo, filosófico o estético, y las respuestas deben dirigirse a esos asuntos que generalmente están entre líneas. ¿Por qué quieres que leamos este libro?, ¿cómo funciona tu imaginación?, cosas así, fundamentales que siempre están en el ambiente.
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___No importa si el presentador de un libro es amigo o enemigo del autor, con tal que responda a las preguntas fundamentales que el público desea escuchar. Ya habrá tiempo y dinero para que los asistentes obtengan el libro. Yo, por mi parte, no presento más libros si no me pagan decentemente.
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___¿Qué hora es?
2 comentarios:
Sabes qué pasa...que los presentadores intentan destacar sus conocimientos literarios y se les olvida fomentar la lectura, hacer interesante el libro para que todos salgan de ahí con un ejemplar bajo el brazo.
Me ha tocado estar en presentaciones en donde cuentan toda la historia, la desmenuzan y luego cuando lo lees estás esperando a que pase lo que ya sabes que va a pasar (no se vale).
Creo que ése es el problema, que en vez de dejar que el libro sea el protagonista y meterle creatividad al asunto se lucen quienes deberían quedar en segundo plano.
pd. Recuerdo una presentación triple, la ambientación y todo lo que sucedió después de las palabras, fue la representación de un bar. Me gustó. También los libros.
L: Creo que también estuve en esa presentación, je, también me gustaron los libros y los clamatos con vodka. Saludos.
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