domingo, septiembre 16, 2007

LECCIONES INESPERADAS
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___Un día me invitaron a la reunión mensual de un club de lectoras. El club tenía entonces unos doce años con su rutina: las integrantes leían diferentes obras, rotando el lugar de reunión, se reunían una vez al mes y comentaban sus experiencias lectoras.
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___El día que me invitaron la reunión se celebró en la residencia de una de ellas, justo en el lugar de trofeos de caza de su marido, un salón grande con una mesa de billar al centro, en un extremo una cantina con bancos cuyos pedestales son una pata de elefante disecada.
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___En el otro extremo la enorme chimenea rodeada estratégicamente de docenas de cabezas de venados cola blanca, pumas, osos y linces. En el espacio entre la cantina y la chimenea tu vista atónita se pasea por una baraja diversa de pieles de oso que van desde el polar hasta el de Katmandia, búfalos americanos y bisontes africanos; leones, alce y borregos cimarrones. En el centro, un par de lobos canadienses amenazantes observando pavos salvajes y una nutrida colección de patos de cuello verde y gansos silvestres. En el suelo, una piel desplegada de tigre de benagala, otra de oso negro con todo y la cabeza, y una más de jaguar más pequeña.
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___Nos apoltronamos en sala de sillones de piel lisa y equipales tradicionales antes de que nuestras anfitrionas pusieran sobre la alargada mesa de centro de vidrio diversos bocadillos: coyotas, galletas y pan con mermelada; café, te y coca-cola.
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___Tenía que hablar sobre la condición del escritor y leer algunos cuentos de mi libro Relatos de ocio. Me sentía cohibido, la verdad es que no podía sustraerme de aquel entorno taxidérmico que nos rodeaba. Tangencialmente pensaba en el costo de las docenas de cacerías que contenía aquel salón de trofeos y no alcanzaba a cerrar las operaciones aritméticas que esto supone. Mi mente era un palimpsesto de programas de Natgeo, de visitas a zoológicos americanos y mis múltiples lecturas de biología y cazadores.
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___De alguna manera salí de aquella trampa. Mis cuentos, leídos por mí mismo lograron su impacto en aquellas señoras que no perdían detalle. Ni siquiera probé las galletas aunque sí me tomé un par de cafés sin azúcar.
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___Terminada la sesión salimos de ahí y, por casualidad, nos topamos con el propietario del lugar, el cazador; cambiaba el filtro del aire de su Explorer, una verde con una enorme canastilla en el techo. Nos saludo. No sabíamos si halagarlo por tener aquel salón donde la predominancia humana se hacía patente, o reclamarle por su instinto depredador.
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___Cuando le relaté esta experiencia a Juan Carlos, mi amigo buzo y ecologista, se puso serio. Me miró directamente a los ojos y me dijo que preferiría que no le hubiera contado nada. Quizá se percató de una cierta admiración que me traicionaba. No puedo pensar, dijo, que alguien sea responsable de que mis nietos no conozcan a muchas de las especies de las que mencionas; eso le hubiera dicho yo. Concluyó.
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___No estoy seguro de que reclamarle a alguien sus aficiones cinegéticas luego de conocer un lugar íntimo de su hogar fuera pertinente. En realidad no deseaba hacerlo, especialmente cuando el móvil de mi visita a esa casa había sido exitosa. Por otra parte, en el momento en que relaté a Juan Carlos mi experiencia, no tuve ánimos para entrar en una discusión sobre ecología, supervivencia y desaparición de especies.
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___Pienso que en las creencias ecologistas se esconde un gran hito romántico. Nadie puede ser capaz de evitar que viejas especies desaparezcan, al menos en su hábitat natural; tampoco se puede evitar que aparezcan nuevas especies. En el curso de la evolución del planeta, millones de especies han desaparecido sin que la mano del hombre tenga la menor importancia.
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___La mayor parte de las especies desaparecen por su incapacidad para enfrentar los cambios climáticos y geológicos. Pensar que las especies "conocidas" están llamadas a ser las especies "definitivas" del planeta es, lo digo, una percepción altamente romántica, eurocéntrica, antropocéntica: "los elefantes son bonitos, los depredan, pobrecitos".
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___Queda por ver si los humanos podrán sobrevivir, de la sobrevivencia de otras especies no tengo duda.
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___Las reuniones con lectores suelen ofrecer lecciones inesperadas.
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9 comentarios:

mar adentro dijo...

Creo que alguna vez estuve en esa casa...fue precisamente una reunión de un club del libro...fue una entrevista terrible, aún la recuerdo, no pude poner atención y todo el tiempo estuve enojada; al final no me aguanté y creo que dije algo al respecto...ahora comprendo por qué dejaron de invitarme. Ya se me había olvidado pero ahorita que leí tu texto me volvió a dar coraje...maldito cazador y su cuarto de trofeos.

Manuel dijo...

¡De la que te salvaste! en el salón de junto tiene la señora de la casa su colección de autores disecados, cada uno cargando sus libros y que en lugar de rugir y graznar, leen sus obras….

Tesea dijo...

Si Nacho, probablemente desde la perspectiva que lo comentas si resulta romantico y muy logica tu apreciacion de la extincion por medios naturales o de incapacidad, pero lo cierto es que la antinaturalidad de la muerte de aquel grupo animal es lo que probablemente indigna, ademas de que la gente que se preocupa por los animales sabe de su extincion pero lucha porque sea asi, por vias naturales, por evolucion y no por el absurdo gusto de un troglodita moderno...

Besicos inevitablemente exaltados, jiji.

Cocó

Unknown dijo...

Si bien tienes razon que muchas especies han desaparecido sin que el hombre sea el responsable, estas desaparecieron por causa hasta cierto punto necesaria por la misma naturaleza. En el caso de el hombre cazador, no son causas naturales, sino el mismo ego de estos infames. Porque no cazan sin armas de fuego y solo por hambre? Ahi no son tan chingones y tal vez los tigres tuvieran sus cabezas de muestra en sus guaridas. Me molesta esto.

nacho dijo...

Lorena, debe ser la misma casa.

Manuel, jajaja, un descuido y nos quedamos a perpetuidad colgados de la pared y enseñando los dientes.

Cocó: digamos que estoy de acuerdo con que exista racionalidad en la caza de animales, pero me pregunto, ¿no es crueldad premeditada criar un hato de ganado o una granja de pollos con el fin expreso de sacrificarlos?

Manuel: No estoy a favor de la cacería indiscriminada, pero la verdad no creo que pueda suprimirse el instinto cazador del humano, ni que esto pueda considerarse únicamente como una expresión del ego.
Cazar con armas de fuego es tan artificial como cazar con arco y flecha; lo "natural" en el ser humano es que desarrolle la técnología; por razones ideológicas, los grupos ecologistas popularizaron como "antinatural" el uso de máquinas, un absurdo si se razona.
Si pensamos en términos de ética, ¿son naturales enfermedades como la malaria o la peste bubónica, transmitidas por animales? ¿es éticamente permisible que deseemos exterminar a las ratas (un animal por cierto con inteligencia), a las cucarachas y al anofeles? ¿a estas especies si podemos acabarlas porque no son "bonitas" como el tigre de bengala?
Creo que el tema da para más, ¿no?

Manuel dijo...

La cacería es preciosa, siempre y cuando estés atrás de la escopeta, no adelante.

Blas Barajas, escritor dijo...

yo hubiera tenido miedo.
Yo no estoy muy de acuerdo con la caza desmedida, sin control de animales. bueno, sí pero no, o como dicen algunos: si y no. Sinceramente creo que esa persona es un rico extravagante :P

Alejandra Mondaca / Séptimo Sentido dijo...

Lo siento: No veo la "lección inesperada", más bien siento que te sentiste admirado. Lo que si te puedo decir es que conocí un cazador apasionado al que traer un animal disecado de Africa (sin contar el costo del Safari, viaje, etc.) costaba al rededor de $150,000 pesos (por un animal de tamaño medio -como un ciervo-)...

Ecología aparte, a mi me parece un gasto totalmente INNECESARIO y hasta absurdo.

Ahora, ¿quieren ver la diferencia entre matar por hambre y matar por otras razones? ve esto: http://youtube.com/watch?v=VtBy2JZZdE8

(pero veanlo todo)

7mo sentido

nacho dijo...

Blas: sin duda debe ser rico, qué tan extravagante sea cazar está por discutirse, se trata de una actividad primaria que hoy se despliega con otros medios.

AMF: Quedo trabado con el video pero al mismo tiempo echa por tierra la visión de quienes cazan "para comer". Igual deben sufrir los camarones, las reses, los pollos y nadie dice nada.
Creo que hay mucho de propaganda en la defensa de las especies "bonitas".
Un beso.