ALUCINACIONES PREVIAS

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___Una gripe indeseable aturde mis menguados ánimos. Como algunos saben, mientras arrecian el frío y las posadas, mi negocio tiende a ir a la alza. El problema es que mis clientes son poco comprensivos con mis posibilidades de proveerles lo que necesitan (no tanto lo que solicitan). ¿Quieres un buen abrigo de piel? Puedo tenerte uno que sea considerado con tus medidas, tus dimensiones y aún tu bolsillo, pero, por favor, no lo pidas 48 horas antes de Navidad, dame un poco de tiempo antes de pedir tus tres deseos.

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___Es curioso pero este fin de año aparecieron muchas solicitudes de chamarras XXXL. Pareciera que mis clientes están consumiendo hamburguesas McD en cantidades que favorecen altos niveles de triglicéridos y colesterol, o bien, que se ha puesto de moda traer la ropa aguada. No lo sé, pero mi proveedor insiste en que el borrego es un animal pequeño y que los trozos enteros de piel no alcanzan para tallas elefantásticas de personas que frisan las 42 pulgadas de cintura.

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___Pero, bueno, al cliente lo que pida. Bajo una fuerte dosis de antigripales, me dispongo a enterrarme bajo un cerro de cobijas viendo Los Simpson (la película). Homero me inspira una ternura pasmosa. Su estupidez supina me recuerda la osada candidez de su homónimo, aquel que vociferaba un francés rechinante y elucubraba barbaridades subnormales sin menoscabo de su impertubable sonrisa: Homero Adams. Vaya manera de honrar un nombre ilustre.

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___Mañana regreso de este sacrilegio.

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