miércoles, febrero 06, 2008

"NO TENGO PALABRAS"
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___Decir "es un lugar común" se ha convertido en un maldito lugar común. En
ocasiones hay que decirlo porque, por una parte, atiende a una necesidad expresiva y, por otra, supone una atención al buen gusto de quien lee o escucha. Como resultado de la absorción de las bondades cibernéticas en la cotidianidad
(celulares, internet, etcétera), es un hecho que actualmente "hablamos más" que en siglos anteriores y es incontestable que "escribimos más" que hace un par de décadas. La comunicación se abre paso entre los egos y la soledad, entre nuestras preocupaciones y nuestras posibilidades de resolver el futuro.
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___La arrolladora nueva fase de la comunicación obliga a echar mano del lenguaje con mayor frecuencia e intensidad y muchas expresiones, descripciones y formas idiomáticas tienden a sobreutilizarse, a repetirse sin descanso hasta que comienzan a aburrir y a perder sentido pues se convierten, como el "buenos días", en meros formalismos comunicativos.
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___El refinamiento, pero especialmente la intuición nos advierten cuando estamos ante uno de esos lugares comunes. Si en la comunicación oral usualmente dejamos que pasen desapercibidos, en la escritura suelen aparecer con bombo y platillo pese a nuestro desdén por su nimiedad.
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___En narrativa, los lugares comunes se convierten en un verdadero pecado capital, en una falta sin redención. No es descabellado señalar que la búsqueda por la originalidad expresiva tiende a convertirse en una preocupación mayor y más compleja para quienes viven de la escritura. Yo, por ejemplo, que vivo de vernder artículos de piel, no me desvelo por esta anomalía; puedo entrar y salir de los lugares comunes sin andar dejando sentimientos de culpa regados por ahí. Ni siquiera me explico por qué estoy hablando de ellos.
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___¿Y tú? ¿No te acongojas frente a la página en blanco cuando piensas "no tengo palabras"?
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