MÉXICO 0, PARAGUAY 1

EL FANTASMA DE MALINCHE

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___Antes de que concluyera el partido, el público abucheaba airadamente a la Selacción Nacional y coreaba el toque de balón del equipo paraguayo. El marcador de 0-1 era un frío balde de agua luego de la borrachera no programada que significó el partido México-Irán.

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___Hugo Sánchez señaló que la actitud de la afición mexicana resulta inadmisible y que se debe apoyar a la Selección en las buenas y en las malas. "Di no al malinchismo, chaval". Con su declaración el técnico nacional se mordió la lengua, y todo parece indicar que olvidó de pronto sus rabietas y exabruptos contra el tricolor que comandaba por el señor Volpe, perdón, Lavolpe (disculpen el foxismo).

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___Pidió Hugo a la afición ser incondicional y sólo le faltó pedir la nieve de limón. Olvida Hugo que los mexicanos somos incondicionales únicamente de la tortilla de maíz y eso si no está fría. Algo hay de autoinmolación cuando los mexicanos corean al rival, algo de flagelación histórica, de temor a la victoria, de resignación apriorística. Solicita Hugo algo que ni él mismo ha sido capaz de ser. Hugo: para incondicionalidad consulta a Luis Miguel.

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___Hay que decir que el marcador de 0-1 frente a Paraguay en realidad no es tan indigno como se supondría, toda vez que el equipo visitante vino a hacer su faena multiplicando la contensión y cerrando los espacios. Por su parte, Omar Bravo salió en uno de esos días a que ya nos tiene acostumbrados. El delantero chiva olvidó la brújula, aplicó exceso o mala puntería en sus remates y su sentido de oportunidad parecía el de la suegra. Contundencia nula, escasa o de plano falta de ella, fue lo que exhibió quien se asume sustituto de Jared Borgetti.

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___De Nery Castillo luego hablamos. Solo adelantamos que corre un gran peligro: el de contagiarse de pesimismo y terminar por ser otro "ya-merito".

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___Dejemos las cosas como están. Démosle a Hugo Sánchez y la Selección el tiempo necesario para ajustar sus líneas, balancear las individualidades y aceitar su sistema. No creo que vaya a irnos tan mal.

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