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PAVAROTTI: LA NOCHE DEL SOL ECLIPSADO
Por: José Plazola (Operamaníaco)
Lunes 20 de octubre de 2003.
Quienes fueron al concierto de Luciano Pavarotti no me dejarán mentir acerca de la pésima organización del evento: tengo el boleto íntegro, ni siquiera me lo revisaron, la gente encargada de ayudar a encontrar el lugar estaba hecha un desastre.
Para empezar, entramos como vacas al lugar de la presentación, nadie sabía nada, todo mundo caminando a sus lugares, entre la arena, levantando el polvo con los pies.
Gonzalo Vega y Jacqueline Andere dieron inicio al concierto con un discurso de lo más cursi acerca de la Patria, Mexicali y el "Concierto del Siglo", llamando a Pavarotti como " el artista más grande del mundo" algo por demás exagerado.... Arranca el concierto con un coro de niños que interpreta insulsas canciones como " La bamba", y "La Llorona" con unos arreglos de plano sin chiste, si bien hay que destacar que las voces eran bien afinadas y muy seguras rítmicamente.
En cuanto se retira el coro, sale a escena el tenor acompañado del maestro Magiera para interpretar tres piezas "Per la gloria d'adorarvi", "Gia il sole dal Gange" y " Che fiero costume"; desafortunadamente desde la primera pieza se presentaron los problemas: cuando Lucciano empieza a cantar, " Per la gloria d'adorarvi, voglio amarvi o luci car..coff, coff!!, ¡empieza a resentir el clima y la geografía de La Salada!. Hace señas a Magiera y le dice que " da capo", entonces presentimos una sensación de que las estrellas que podíamos divisar caían encima de nosotros. ¿Que pasa? En la segunda canción, un Pavarotti inseguro cantó la ultima frase con una dificultad imperiosa motivada por la influenza que lo aquejaba, quebrándose en mil pedazos el sol agudo del final, una nota que para Pavarotti es de mero trámite. Lucciano se ve obligado a disculparse: "Este público maravilloso merece un espectáculo mejor", y explica que ha sido presa de la influenza y que hará todo lo posible para continuar con el concierto". A mi entender, esta actitud me pareció muy valiente de su parte pues seguía la parte más difícil del programa, vocal y musicalmente hablando.
Después apareció Annalisa Raspaglioni, una soprano con un timbre hermosísimo de voz más bien lírica que hoz gala de talento en todas sus interpretaciones desde " Vaga luna" de Bellini (para mi gusto un estilo más romántico que bel-cantista), haciendo un papel muy destacado. En el famoso dúo de Boheme, Pavarotti y la Raspaglosi llenaron las espectativas, pese a que en algunas frases él luchaba contra la gripe. Pavarotti utilizó sabiamente su técnica y su astucia para salir airoso.
La Orquesta de Baja California estuvo a la altura de las mejores del mundo. Tanto en el intermezzo de "Cavalleria rusticana" como de " L'amico Fritz", sus músicos demostraron el por qué han sido nominados al Grammy latino. Lo lamentable fue la pésima organización del concierto. No faltó la gentuza que, con sus tecates y sus cahuamas en mano, gritaba en su ebriedad. Otros hablaban como si estuvieran en un gallinero o en un palenque. ¿Por qué permite eso Dios?
Me queda una pregunta sin respuesta: ¿Por qué a los más ignorantes en la materia los dejan hacer un programa de mano con errores de ortografía y nulo conocimiento? No lo entiendo, ahí se ven...
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