domingo, noviembre 16, 2003

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TETAKAWI

La desviación a las playas de San Carlos se distingue por un curioso cerro que se encuentra junto al mar. Los nativos lo bautizaron como Tetakawi, que significa tetas de cabra. La erosión milenaria fue formando la curiosa forma de unas tetas de cabra invertidas que, por otro lado, tienen una significación religiosa para las tribus de seris y yaquis que viven cerca de ahí. Recientemente, una de las tetas fue vencida por la acción del viento y ahora quizá resulta menos claro la similitud.

Me pudo no haber acompañado a mis juarenses camaradas a visitar San Carlos, ya he relatado antes los formidables días de pesca que he pasado ahí y en lugares aledaños. El paisaje es formidable. Localizado en el tope de un nudo de cerros, desde el mirador escénico puede contemplarse un ocaso único: un sol orgulloso tragado por el ímpetu marítimo y la península de Baja California que apenas se vislumbra al final de las aguas. La calma aparente parece negar las tempestades incógnitas que engendra. Cactus, biznagas y ocotillos son parientes cercanos de la furia del Mar que un día contempló Cortés extasiado; apostados como testigos seculares de su belleza indómita, esos vegetales permanecen arraigados acumulando sol y mamando la brisa marina que el viento les regala, a despecho de unas nubes celosas y egoístas.

Ojalá que mis amigos suban a sus blogs algunas fotos del lugar, así verán que mis gustos no son tan malos.

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