AHORA QUE TENGO AÑOS DE MÁS

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___Señor: Juro no volver a cumplir nuevamente cincuenta años. La celebración parecía interminable, salía el sol y los comensales más leales continuaban riéndose del prójimo y de otras cosas. Me dolía el estómago porque reir tanto no es algo que se acostumbre, incluso la costumbre es no reir demasiado. Pero esta vez había condiciones propicias para reir hasta el límite de lo posible (si es que ello es posible). Anita tuvo la genial ocurrencia de hacer un pozole de puerco que cayó como un bálsamo apaciguador sobre los rebeldes jugos gástricos de la madrugada. Había cesado ya el alboroto de la música, las guitarras y los panderos; las voces buscaban sosiego luego de haberse desatado olímpicamente, y los vecinos elevaban plegarias y repetían letanías porque la paz y el silencio regresaban al barrio. No sabíamos si continuar o detener la marcha de aquel tren que descendía sobre el luminoso valle del domingo.

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___Algo debió llamar a la concordia y la calma porque a las 10 de la mañana aquello lucía como u campo de batalla conquistado por la alegría y la comunión. Fue la noche de San Juan, personal y discreta, amablemente dócil frente a nuestra ofrenda. La noche en que celebré con mis amigos y familiares más cercanos un medio siglo de vida. Faltaron algunos, incluyendo a mi hermano Marco Antonio y cierta bloguera chilanga que quiero mucho, a quienes extrañé durante el tiroteo.

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___Sabedores de mis aficiones, mis amigos me obsequiaron media docena de botellas de vino de lugares tan distantes como Argentina, California e Italia, un taladro inalámbrico, varios libros y otras monerías. Mi hermano Ramón me entregó una entrañable biografía compuesta por 14 cuentos breves bajo el título de "Sin cuenta", donde soy el protagonista. Gran detalle.

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___Podría agregar otros pormenores, sin embargo, opacarían la trillada frase que pocos pueden repetir: De alguna forma soy un ser muy feliz.

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___¿Qué hora es?

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