SIGUE MOZART, APAGUEN SUS CELULARES

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___Cuando pienso en Mozart pienso en la peluca que se ponía. No sé, era como un sombrero, un tocado capital. También pienso que en dos mil años de historia nos hallamos una atestada lista de grandes hombres, pero que los genios de la estatura de Wolfgang Amadeus pueden contarse con los dedos de la mano.
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___Algunos de ustedes habrán visto la multipremiada película Amadeus (Milos Foreman, 1984), donde se extrapola la personalidad de Mozart haciéndolo aparecer como un genio idiota, un chavo del ocho componiendo sinfonías y óperas a granel.

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___Ocurre que Mozart combinaba su avidez intelectual con un talento artístico fuera de serie. Estas cualidades deslumbraron a la nobleza y al público de la segunda mitad del siglo XVIII tanto como a filósofos, músicos y poetas. Kierkeggard, por ejemplo, afirmaba que la sensualidad de la música del joven Mozart lo turbaba, y la imagen descarnada del Don Giovanni mozarteano lo ponía a elucubrar sobre estética. Por su parte, Goethe afirmaba con melancolía que Mozart debía haber compuesto una ópera para su Fausto.

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___Como sea, da risa suponer que el joven banal y hedonista que nos pinta Foreman contara con los arreos intelectuales para componer una ópera “seria” a los 30 años. Cuando trato de resumir la importancia de Mozart como compositor, lo imagino culparlo de haber arrebatado la música de las manos al estilo barroco.
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___Con la popularización del psicoanálisis y la presentación que hizo Freud del mito de Edipo (recargado), la figura paterna ha sido llevada al diván del terapeuta. En los casos de Beethoven, Kafka y Mozart, la imagen del padre se ha distorsionado de tal forma que tiende a opacarse el papel fundamental que jugaron en la materialización de la genialidad. No es que yo sea papá, pero Leopold Mozart se encargó no únicamente de enseñar los principios de la interpretación y la composición musical a su hijo durante sus primeros años de vida. Fungió también como corrector y ordenador de su precoz y sorprendente obra durante la etapa de formación y consolidación de su chamaco; la incesante actividad musical del joven Mozart en las principales cortes y ciudades europeas no hubiera sido posible sin la terquedad de su padre.
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___Pero la precoz madurez de Mozart, quien a la edad de ocho años había compuesto ya su primera sinfonía, debe ubicarse en su relación con los más importantes músicos y compositores de su época. En Londres recibió la influencia de Christian, hijo de Johann Sebastián Bach, así como la de Händel. En París entró en contacto con la ópera de Gluck donde absorbió su gusto por la verdad dramática y la austeridad escénica en favor de la sobriedad de la trama. Ahí conoció también los refinados y rebuscados frutos del rococó, esa frivolidad elegante que tanto impactaba a los pudientes cortesanos. En Italia conoció los alcances magníficos del bel canto y el lirismo precioso del idioma de Dante. En Mannheim conoció la mejor orquesta de Europa y afinó su sensibilidad para capturar los matices y contrastes exquisitos de la música polifónica. En Viena, de la batuta de Joseph Haydn, el pequeño Mozart aprendió a sintetizar el poder colosal de la música sinfónica y el atrevimiento para construir un edificio de laberintos vocales e instrumentales sobre el compás inequívoco de sus manos. Ustedes dirán: así cualquiera... pero...

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___Mozart mamó, pues de las grandes vacas sagradas de la música. Sin embargo, no debe menospreciarse la influencia que marcó en él la formidable literatura alemana de la época. Estudios recientes sobre las cartas del compositor descubren su gusto por la literatura y su entusiasmo por la avalancha filosófica del siglo XVIII, esa que a nosotros tiende a dormirnos. Por eso es que para Mozart, la ópera era el laboratorio ideal donde hacer licuados con su talento y sus conocimientos. Don Giovanni, el arquetípico personaje hedonista de su ópera más influyente, fue no únicamente un gran logro musical sino, principalmente, la llave para el “boom” operístico romántico del siglo XIX. Enumerar aquí su obra resultaría tan ambicioso como redundante, cosa que nos ahorraremos pues su baul musical forma parte inevitable del imaginario contemporáneo.
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___Otra cosa que me llama la atención: El mito de que el compositor italiano Antonio Salieri envenenó a Mozart. El tema se hizo famoso por haber sido recogido por el poeta y dramaturgo ruso Alexandr Pushkin, así como por el británico Peter Schaffer (autor del Amadeus que llevó Foreman a la pantalla). Hasta la fecha sigue causando polémica, sin embargo, nuevas investigaciones ubican la prematura muerte del compositor en una enfermedad renal crónica, posiblemente combinada con las frecuentes epidemias que azotaban a Europa en aquel período. Puede suponerse que Salieri temiera ser desplazado por Mozart como compositor de la corte austriaca de José II, pero tal situación resulta tan frecuente y natural hasta en los niveles más modestos de nuestra burocracia, que desestimo la grandilocuencia con que se explota el tema. Sobresalta más la monumental frivolidad de la nobleza europea que permitía que sus mejores hombres perecieran en la más absoluta miseria, pero no deso hablar de miserias por el momento.

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___Ya saben: en 2006, el mundo celebra el 250 aniversario del natalicio de W. A. Mozart con festivales y conciertos en su memoria. En Hermosillo tendremos la oportunidad de compartir estas celebraciones en los conciertos que se llevarán a cabo en el Teatro de la Ciudad los días 28 y 29 de octubre bajo la dirección de la maestra Marybel Ferrales. Café Nannerl, homenaje a Mozart, es un espectáculo que incluirá piano, arias y coros de ópera y música sacra del genio de Salzburgo, interpretados por miembros del legendario Coro de la Unison y estudiantes de la Licenciatura en canto. Como se trata de una buena ocasión para compartir a Mozart, los invitaría sinceramente si ustedes apagan sus celulares durante la función.

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