VINO, TEQUILA Y ALGUNOS PENTAGRAMAS

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___Un amigo tenor nos invitó a cenar a su casa el sábado. Preparó una exquisita carne asada que acompañamos con dos botellas de vino tinto y unas copitas de tequila. Yo llevé un cabernet L.A. Cetto, que produce una familia descendiente de italianos en la zona vitivinícola de Ensenada, Baja California; el otro fue un cabernet de nombre Trapiche, elaborado en la provincia de Mendoza, Argentina. El L.A. Cetto nos pareció un tanto ligero, pero ambos resultaron muy disfrutables. Éramos tres parejas, todos cantantes, de modo que la charla se fue deslizando por el plano inclinado de la ópera, los cantantes y la ténica italiana de canto, temas inagotables y polémicos como toda charla sobre el arte. Hablamos del origen de la envidia entre los artistas; de la absurda tendencia a buscar "ser alguien" en el mundillo de la farándula; de nuestra odiosa manía individualista.

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___Nuestro anfitrión nos sorprendió con dos botellas de tequila El gimador 100% agave, una clase que no se encuentra en el mercado desde hace unos cinco años, luego de que las plagas del agave asolaran a Jalisco, cuna del tequila, malogrando cosechas y diezmando la producción y la calidad. Para beneplácito de mi úlcera y otros achaques, bebimos el tequila con relativa moderación. Con todo y su calidad original, El gimador no es una marca que figure entre mis favoritas. Charlamos también del tequila, lamentamos que hoy en día algunos intereses transnacionales vayan apoderándose paulatinamente de las compañías tequileras asociadas a la tradición regional. Asombra la manera en que la globalización va redefiniendo fronteras, costumbres y propiedades. No sería de extrañar que la Pepsico o alguna otra corporación multinacional termine monopolizando la producción de ese producto.

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___Gracias a Arturo y Caty por compartir su casa.

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___¿Qué hora es?

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