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REALIDAD Y FICCIÓN EN LOS BLOGS
Frente a un post largo, los lectores corremos el riesgo de echárnoslo todo. Al final podemos declararnos satisfechos o guardar la sensación de que perdimos lamentablemente el tiempo. (Cada quien lee como le da su gana, pero a veces nomás se echa un inefectivo "vistazo de pasadita").
En un post corto, el autor corre el riesgo de que nadie se detenga en él debido a su constitución visualmente endeble (la del post), o bien de que se lea de la misma forma en que uno da los buenos días. El lector puede suponer que quien escribió tenía poco o nada que decir.
Pero cuando uno se topa con un post de tamaño mediano, como éste, entonces puede tratarse de una trampa. Los lectores empiezan a darse cuenta de que están siendo capturados y convertidos en rehenes. Ahora ya no pueden escapar y tendrán que quedarse hasta el final, porque esta urdimbre hace necesario un final. Pero ocurre que soy malo con los finales y suelo echarlo todo a perder en ese punto. (Aquí los rehenes ya buscan la manera de escapar, pero no pueden hacerlo todavía, el final potencial es el que se los impide).
Ok. Un texto como éste, medio informal, no tendría el mismo efecto en los lectores si se publicara digamos en un periódico o en una revista. La razón: el lector no puede responder al autor. Es decir, sí puede, pero eso le llevará un trámite engorroso y tardado, y lo más posible es que la respuesta termine en el bote de los papeles que está a un lado del excusado. La diferencia (de la publicación instantánea) del blog es que, contrario a lo que han afirmado algunos escritores reconocidos, puede propiciar y promover el diálogo sobre temas diversos (no necesariamente literarios).
Mediante el tag y el buzón de comentarios, o simplemente respondiendo en otro blog, se da curso a una discusión no formal entre diversos actores sobre un asunto de interés (como ha sido el tema mismo de los blogs). El diálogo, en su caso, va más allá de los comentarios de conocidos y familiares que atestan los tags, y enlaza opiniones de individuos que pueden no conocerse, haciendo del medio una forma de intercambio textual y conceptual no lineal. Entre otras, esta característica brinda al blog esa interesante ventaja sobre otras formas de edición textual.
El hecho de que el blog no imponga una exigencia de formalismo académico y temático, no implica necesariamente que los argumentos que aparezcan en él carezcan de rigor, si bien suelen suscribirse muchos disparates a la sombra de este cobertizo virtual. Pero también en los periódicos y revistas encontramos a diario imprecisiones, errores, disparates y ausencia de rigor. Así que quién se atreve a descartar de antemano que el blog no pueda engendrar innovaciones o creaciones literarias o de otra índole simplemente por sus características informales.
De hecho, un elevado porcentaje de lo que se escribe en lo blogs es ficción pura, aún cuando se aborden hechos verídicos. Ni siquiera los "diarios" personales escapan a la tentación de la ficción. Uno tiende a exagerar las borracheras y más ún las crudas. La ficción es parte de la realidad, es una recreación de la realidad, un acomodo que ejecuta la mente humana por cuenta propia. Una realidad alterna que se teje inconcientemente. El escritor es quien plasma con cierto oficio esa ficción y la comparte con el lector. El blog tiene también esa arista. ("Humphrey, dijiste que esto iba a ser un post mediano y ya te soplaste más de una cuartilla". –Deja de joder, ya terminamos, disculpen las molestias-).
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