AJEDREZ POR CORRESPONDENCIA

___Te propongo un juego. Imagina que jamás leíste este post. Bien, estamos situados en un momento indeterminado en el que no sabes si al imaginar tal cosa estás en la realidad porque de verdad no has leído aún todo el post. Pero si no has leído aún todo, ¿cómo puedes estar dentro del juego, es decir, ahora que estás imaginando ese cierto momento futuro en el que terminarías el post e imaginarías no haberlo leído? Digamos pues que aquí la imaginación que se solicita se ve acotada por la propia estructura de la propuesta. Pero, ¿limita ese acotamiento la imaginación, o la dispara? ¿Se crea una posibilidad de imaginar lo que en su momento será imaginado?

___Me regreso: imagina que no has leído el párrafo anterior y que empezamos de nuevo el juego. Verás, el juego ahora es este: en este momento en que estás leyendo nuevos renglones yo estaré fuera de este post, durmiendo quizá, o en un sitio distante de tu órbita. Este presente es para mí un pasado. Verás entonces que, al continuar leyendo esto, simplemente estás atado a un texto, pero este texto está vivo porque está uniendo (en el futuro –para mí-, cuando lo leas) tu presente (la lectura) y mi pasado (la elaboración de la idea de este post, luego la elaboración del post, luego la corrección del post, es decir una sucesión de pasados).

___Volvemos al principio. Ahora imagina que nadie hubiera leído este post jamás. ¿Tendría validez la propuesta del juego porque fuera dirigido únicamente a un lector potencial?, o, ahora que se te pide de nuevo imaginar que jamás leíste este post ¿sientes la imperiosa necesidad de leer todo de nuevo?

___(“Humphrey, por qué en este momento tienes que estar escribiendo estos crucigramas?... Humphrey… Humphrey… ¡Humphrey!, ¡Despierta! ¡Alguien está imaginando que no ha leído esto!”)
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