lunes, agosto 07, 2006

DE ARTISTAS, GOBERNANTES Y TIRANOS
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___El hecho de que el papa Julio II tuviera gigantescos sueños de grandeza parecía condenarlo a permanecer aislado en un universo con un héroe único: él mismo: Sin embargo, el Pontífice era un hombre sensible y su inclinación por las artes plásticas le llevó a jugar un papel determinante en la realización de grandes obras artísticas al contratar a dos genios de la pintura renascentista: Miguel Ángel y Rafael. Estos hombres, que pueden prescindir alegremente de apellido sin que se los confunda, habrán de trascender en el imaginario de la humanidad con una fuerza y popularidad incomparablemente mayor que Julio II. La Capilla Sixtina fue encomendada a Miguel Ángel para recrear algunos de los dogmas cristianos, particularmente la famosa Creación, donde por cierto la figura de Eva aparece como una idea en ciernes del Todopoderoso. Por otra parte, la Estancia de la Signatura, por entonces concebida como la biblioteca del Papa fue conferida al mejor aprendiz de Leonardo, Rafael, quien en ese momento no contaba con experiencia como muralista. Ello no fue impedimento para que el artista lograra uno de los murales más trascendentes que se han realizado en la historia de la pintura, La escuela de Atenas, síntesis no solamente del pensamiento filosófico de la Grecia clásica, sino también, resumen de los más desarrollados conocimientos de la perspectiva esférica desarrollados por Leonardo y otros intelectuales de la época.
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___Pareciera que los nombres de los grandes artistas están predestinados a perdurar más allá del alcance de los de gobernantes y jerarcas religiosos. De entre estos dos últimos, es el nombre de los tiranos el que se prenda con mayor raigambre en la memoria colectiva. Creatividad contra necedad; libertad contra oprobio; sublimidad contra prejuicios.
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2 comentarios:

viajer@s dijo...

Recuerden: Este viernes 11 de agosto a las 20:00 horas presentamos la segunda edición de la revista andante26, a cargo de Víctor Hugo Barrera. La cita, en la Sala de Arte del ISC.

Pina dijo...

Nacho:
Sucede algo parecido en Las Meninas, de Velásquez, donde la familia Real quiso posar para la historia y aparece el propio Velásquez (osadía inteligente)como el principal personaje del cuadro. nadie más --al menos antes que él--, había realizado tal juego en una pintura al utilizar el espejo como pretexto para opacar a los protagonistas que tenían ese deseo de trascendencia.

Saludos.