LLUEVE
.___Afuera llueve con entusiasmo en lo que parece la mejor tormenta eléctrica de la temporada. Los truenos lastiman el oído de mi perro que no deja de quejarse sutilmente y yo estoy aquí porque ni concilio ni concibo el sueño. Pero hablar de la lluvia sólo tiene sentido para mí si la observo como un fenómeno extraordinario, y bueno, aquí, en el desierto, la lluvia lo es: un fenómeno que de tan infrecuente se extraña, de modo que cuando llueve así como ahora resulta de lo más extraño.
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___Sobra decir que nuestra ciudades provinciales carecen de sistemas de drenaje pluvial (con trabajos tenemos drenaje normalito) y que las temporadas atípicas de lluvia, como la que azota a Ciudad Juárez, producen inundaciones y costosos desperfectos en la infraestructura de mentiritas que tenemos.
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___En Beautyfulville, por ejemplo, ocurren cosas graciosas como que los campos de futbol ubicados a escasas dos cuadras de aquí se convierten en ominosas lagunas ideales para el canotaje. Tardará al menos unos diez días para que esos campos llaneros vuelvan a la normalidad (es decir, a ser canchas de polvo menudo que a los diez minutos de juego se convierten en una calle de Londres de tan tupida que se levanta la neblina, perdón la polvadera).
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___Lo bueno es que mañana es domingo, habrá tiempo para resarcir los daños.
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