ENSAYANDO EL ENSAYO CON GABRIEL TRUJILLO

___El fin de semana se convirtió en dos nobles días de trabajo con Gabriel Trujillo Muñoz, sin duda uno de los más prolíficos y dedicados escritores del noroeste del país. Ensayando el ensayo se llamó el taller del maestro invitado, donde pudimos compartir unas 8 horas de exposición, lecturas y discusión con Ricardo Solís, Gloria Barragán, Jorge Durazo, Manuel Llanes, Hermes y otros dos participantes que no conozco. Compartimos también algunos galones de café negro y al menos un kilo de galletas Gamesa (*), todo aderezado con tandas fotográficas de mi estimada Edith Cota.

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___Gabriel es maestro universitario y uno de los principales hacedores culturales en su natal Mexicali; su obra literaria ha conseguido innumerables premios de poesía, narrativa y ensayo; destaca de forma especial su contribución a la historia de la literatura y la cultura bajacaliforniana, asunto sobre el que ha publicado más de una docena de libros.

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___Gabriel planteó una visión de amplio rango alrededor del ensayo literario-cultural y delineó las características y modalidades que suele contener este género; gran conocedor de la literatura, su exposición es clara y sistemática, abundante de ejemplos. Su franqueza norteña se suaviza con la sabia docencia de su discurso, desde mi punto de vista una mezcla infrecuente aunque imitable. Coincidimos en las ataduras que la costumbre ha venido imponiendo al ensayo académico, sin que esta crítica suponga un rechazo a esta modalidad, pero auxilia a la hora de acotar los campos de acción del ensayo, nichos donde, por cierto, suelen aparearse sin el menor pudor géneros como la crónica, el discurso poético, el artículo periodístico y la narrativa.

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___Leímos textos fragmentarios de Hugo Francisco Bouzá, George Duby, Olbeth Hansberg, Mario Vargas Llosa, José Koser, Alejandro Rossi, Anonio Cisneros y otros que traía bajo el brazo Gabriel, y saboreamos frutíferas discusiones alrededor del estilo y alcances de tan diversos exponentes del ensayo. En los entremeses, cotorreamos con Gabriel sobre algunos amigos comunes y las circunstancias culturales de Baja California (viví en Mexicali 14 años) y, por supuesto, de los áridos caminos de la cultura en Sonora.

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___Finalmente, nos divertimos leyendo algunos ensayos de fabricación casera: uno sobre Fitzgerald de Hermes; otro, bastante original, de Manuel en torno a un popular videojuego; y uno más acerca del narco corrido que ya han leído ustedes aquí (Génesis del postcorrido).

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___Al final, todos juramos amor eterno (por la literatura, claro). Nos despedimos con foto del recuerdo y todo, y frente al viejo edificio del Instituto Sonorense de Cultura clavamos la bandera de la promesa. Nos veremos otra vez por los caminos.

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(*) La variedad Surtido Rico de Gamesa acusa una sobrepoblación de chocolate, sabor que está exiliado de mi paleta gustativa (por eso me acabé las galletas de coco).
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___¿Qué hora es?
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