TENÍA IDEAS EXTRAÑAS
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___Tenía ideas extrañas. Detrás de la popularidad escolar escondía algo: solipsismo, hurañez, algo que no alcanzo a explicarme. Ahora lo extraño y extraño esos días en que huíamos por las tardes a campo abierto, a observar a las liebres en el desierto, expuestas y tímidas buscando alimento, saltando y corriendo de un matorral a otro. Íbamos en su auto. Tomaba la carretera internacional, la que lleva al Sur y a unos 30 kilómetros se internaba por las brechas arenosas del desierto, donde sobrevivían apenas chamizos y matorros.
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___Una vez llevó a la escuela una cámara de video para grabar su presentación de Biología. Sus instrucciones fueron precisas: no se trataba de grabarlo a él, sino a la maestra, siempre a la maestra. Apenas habían transcurrido unos minutos de su exposición, cuando, intempestivamente, Alejandro comenzó a vomitar enfrente del grupo. Él sabía que la maestra no soportaría aquello. La conocía. Casi de inmediato, la profesora comenzó a vomitar también. Alejandro sabía que ella tenía cuatro meses de gestación y que no soportaría el espectáculo. Era el tipo de cosas que solía hacer, cosas aparentemente ingenuas.
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___Todo quedó ahí, en el video apenas aparecía Alejandro, como un actor secundario en el vómito violento de la profesora. Lo planeaba de un día para otro. Así era Alejandro. Ahora que lo recuerdo, sus ocurrencias se presentan como una secuencia de burlas a los maestros, al director y aún al prefecto. No había forma de acusarlo, él tenía sus coartadas. Su virtud para parecer inocente, una modalidad de escapismo, sin duda. Cuando compartía conmigo y algún otro amigo su nueva aventura, siempre lo hacía como si fuese una locura inviable. Luego desviaba la atención de alguna forma dejando en la ambigüedad la consecución de su mala obra. A la hora de la hora, tenía su teatro ya armado y en dirección hacia aquello que nosotros hasta el último momento dudábamos que fuera a realizarse.
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___Así lo hizo cuando dijo que el vendedor de churros le había confiado que había una plaga de ranas en la ciudad y que estaban atacando a los directores de las escuelas secundarias. Hubo hasta quien fue a preguntarle al churrero si era verdad aquella aseveración de Alejandro. El churrero confirmó el rumor. Todo estaba calculado. La caja había sido empacada con cuidado y el logotipo apócrifo de UPS en la parte superior era más que convincente. Imperceptibles agujeros estratégicamente distribuidos permitieron después suponer que todo había sido planeado meticulosamente.
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___Aquel día, el director llegó a las 9:00 como de costumbre. Al entrar por la puerta principal del edificio, se topó con la caja. Estaba ahí, modesta y formal. La levantó percatándose de que era liviana. Al dirigirse con ella a su oficina, notó que algo se movía en su interior, pero pensó que se trataba de algún objeto suelto. Saludó a la secretaria y antes de abrir la caja se sirvió café con azúcar. Dio algunos sorbos y se dispuso a abrir el paquete.
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___Lo que ocurrió después tu podrás imaginarlo, lector, yo no puedo relatarlo sin orinarme de la risa y justo es que tú imagines aquel espectáculo. Nosotros lo supimos por la reacción de la secretaria y los comentarios ulteriores de los maestros. La reacción del director se conoció pronto en todo el plantel y durante mucho tiempo no podía vérsele sin recordar el suceso.
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___Alejandro era el tipo de estudiante que obtenía buenas calificaciones pero no sobresalientes; su expresión adormilada y serena lo eximía de toda sospecha en circunstancias en que hubiera podido acusársele o imputársele algo delincuencial. Yo lo conocía bien y me sorprendía la frialdad con que asumía sus travesuras, su capacidad para distanciarse de aquellas pillerías. Alta escuela, planeación, seguimiento, observación, complicidad y frialdad parecían las partes de un guión meticuloso.
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___Años después, cuando me informaron que Alejandro había sido acusado y juzgado no podía creerlo. Su abogado declaró a los medios informativos que quedaría libre en menos de un mes. Y así fue. Las acusaciones de sus demandantes no lograron mantenerlo en prisión.
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___Durante la celebración del trigésimo aniversario de nuestra generación adolescente, la mayoría de aquellos que compartimos esa época secundariana fuimos testigos de un hecho insólito. Detenida la música y guardando silencio mientras al micrófono se pasaba lista de los concurrentes de la generación, unos individuos de la compañía UPS llegaron con una caja que colocaron en la mesa principal, algo se movía en su interior. Una ola de risas comenzó a contagiar el ambiente y nadie se atrevió a abrir el paquete. Ahí se quedó hasta el final de la fiesta, hasta que el presidente de la generación se propuso hacerlo. Retiró la parte superior y del interior salieron una docena de palomas blancas.
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___No sé que fue de Alejandro después. A veces me acuerdo de él.
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