miércoles, marzo 08, 2006

¿ES EL TIEMPO DISOLUTO?

___De unos años a acá, he cambiado. De hecho comencé a cambiar de forma tan vertiginosa que ahora pienso que pude haber cambiado mucho incluso de unos párrafos a acá. En perspectiva, analizando esto último, creo firmemente que sigo siendo el mismo.

___Nunca los correctores de estilo se vieron tan sacrificados como cuando se propusieron lograr una versión final de En busca del tiempo perdido de Marcel Proust. Fueron controlados, pero, de habérseles dejado actuar según los cánones estilísticos de la época, habrían incurrido en señalar fallas que el autor no cometió, no obstante su tolerancia las objeciones de los críticos.

___Esto no sorprende tanto como leer un texto de Mariano Azuela de 1947 en el que afirma que acerca de los alcances del escritor mexicano Manuel Gutiérrez Nájera: “Su cuento Rip-Rip, tan delicado y sentido y uno de los más leídos, tiene el tema eterno del tiempo reencontrado que Marcelo Proust desarrolló en quince portentosos volúmenes y nuestro Duque Job en tres o cuatro páginas” (ups).

___Una de las diferencias sustanciales entre oralidad y escritura es la relación de cada una con el tiempo y el espacio. Descontando las versiones magnetofónicas o videograbadas, cuya esencia es compatible con el texto escrito (almacenado), en el enunciado oral es indispensable la presencia factual del receptor (tiempo y espacio compartidos simultáneamente por el hablante y el receptor); en el caso de la escritura, el receptor es un elemento virtual y potencial cuyas características como receptor, definidas por la ausencia del emisor, establecen dinámicas diferentes de sentido y alcance. Una de las consecuencias inmediatas de esta singularidad es que la escritura hace factible una fase analítica distinta a la del oyente, una que se fundamenta en la gran aportación de la escritura: la relectura, la fijación de los significados.
...
___ En la oralidad, el oyente no puede detenerse in situ a analizar alguna parte del discurso, so pena de dejar pasar el hilo total de la disertación. El discurso oral no puede detenerse mientras que el texto es un almacén de la memoria, susceptible de ser consultado cuantas veces sea necesario o prudente.

___En ese sentido, la crítica literaria no es sino la forma más refinada en cómo se expresa la escritura. La crítica literaria es el legítimo uso y abuso del almacén de las ideas previamente textualizadas. En tanto engendradora de sentidos, la crítica literaria es descendiente consanguínea de la escritura, incómoda tal vez, pero jamás primogénita; su experiencia no proviene de la fantasía –como la creación narrativa- sino de la racionalización de la fantasía.

___La escritura es, de alguna manera, el ejercicio del ser individual y, en últimas, de la democracia. El texto es un demócrata por excelencia. El yugo de la censura le resulta un collar incómodo aunque nimio; su proyección, esa insigne combinación de inofensivas letras, palabras y sentidos, se proclama embajador plenipotenciario de la osadía individual del autor.

Continuará.

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