lunes, junio 12, 2006

NO LAS COMPONGAS EN EL AIRE
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___Como no sea la lista del mandado, las notas en clase o algún recado menor, jamás escribo en papel. Lo confieso porque me ha tocado hablar con escritores y poetas correteados como Pancho Morales, Alonso Vidal y otros de la vieja guardia y alegan que el uso de la PC no les acomoda y lo consideran como algo propio de la nueva generación, una a la que no pertenecen ni desean pertenecer. No los culpo.
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___Aunque en la preparatoria escribí un cuento rescatable y algunos poemas desechables de mi puño y letra, no fue sino hasta que comencé a utilizar la computadora cuando me percaté de las inmensas posibilidades que ofrecía Word en materia de corrección, edición y memoria (después observé múltiples ventajas como por ejemplo dividir la página y trabajar con dos textos simultáneamente, lo que representa un alivio, por ejemplo, para traducir textos).
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___Aquellos textos que escribí "de mi puño y letra" se extraviaron irremediablemente en algún capítulo de la novela de aventuras en que se convirtió mi vida a partir de 1974 cuando prácticamente me expulsaron de la preparatoria. No ocurrió así con las cartas que escribí en esos años, quizá porque mis familiares las conservaron como un gesto inconsciente de benevolencia.
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___Bueno, el caso es que no fue sino hasta que cumplí 40, con una PC a la mano, que decidí convertirme en escibidor. Ya he dicho aquí que el hecho de sentarse a picar teclas y escribir ocurrencias no hace a nadie escritor, y he sido enfático en subrayar que escribir versos a renglón cortado o rimado menos convierte a alguien en poeta.
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___(Espero hacerme entender:) El oficio de escritor o el de poeta son una suerte de atributo que es otorgado desde fuera, desde la perspectiva de quienes "sufren" o "disfrutan" las imágenes que ofrece el poeta o las fábulas del escritor. En tal razón, me parece indigno que uno ande pregonando por estos mares de Dios que uno es tal o cual. Creo, y apostaría unos veinticinco pesos en esa suposición, que José Emilio Pacheco y otros poetas consagrados comparten mi apreciación en lo tocante a ese sentido de perenneidad.
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___Pacheco ha confesado que nunca imaginó la trascendencia que ganaría su famoso poema "Alta traición", y agradece con palabras que le salen del alma que las generaciones posteriores a la suya (a su juventud, una connotación que yo atribuyo al término "generaciones posteriores"). El razonamiento nos empuja hacia dos coyunturas distintas: El poeta (o escritor) nace con un don que los individuos menos alienados de su sociedad reconocen (es decir los que leen literatura -no melodramas predecibles como los de Carlos Cuauhtémoc Sánchez); o: el escritor (o poeta) es un individuo capaz de redefinir el imaginario que su sociedad reconoce como propio.
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___Cuando Mario Bellatin dijo que "si alguien escribe algo que valga la pena, se va a publicar aunque el autor no lo desee" quizá era consciente de lo que decía. Esto nos conduce a otra afirmación que nos conmueve y espanta: la mayor parte de los cuentos que se han concebido (y escrito) no se han publicado y todas las teorías sobre el género cuento, no son sino un espejismo que se ha edificado sobre el reflejo en la superficie del lago de lo plasmable. En esta orografía, el lago de lo posible sigue siendo terra incognita.
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___Es por esto que el consejo editorial de este blog no suscribe ninguna teoría sobre la mítica nada. Nuestra noción del todo incluye las n posibilidades de lo imaginario, con todo y sus sorpresas. Pero lo imaginario, más allá de nuestro asombro, siempre tendrá su apartado en la escabrosa novela sin fin de lo posible.
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___He ahí la lógica soberana de no etiquetarnos ni como poetas ni como nada semejante.
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___¿Qué hora es?
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1 comentario:

Pablo Aldaco dijo...

Interesante.