martes, junio 06, 2006

VIGILIAS
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___Si debía haberlo escrito en aquel momento, o si debo escribirlo ahora, resulta irrelevante. José Alberto me dijo que en 2300 o en 2500 no existirán ni cenizas de esa historia. Hasta se atrevió a aventurar que en ese momento no existirá nada de esta civilización.
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___No supe que responder, ni siquiera sé que responder ahora. Es posible que tenga razón, que nuestros acuerdos, nuestras diferencias, las elecciones, nuestros gustos musicales, las preocupaciones, el deterioro ambiental, etcétera, no tengan la menor relevancia en un planeta estéril.
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___Sin embargo, le dije, dónde habrá quedado nuestra pasión, dónde yacerán nuestros poemas, nuestros pronósticos espirituales, nuestras pesadillas. No respondió. Tomó un cigarrillo y salió de la habitación. Afuera, bajo un cielo de primavera libre de nubes y estorbos, obsevó la Osa Mayor, la señaló con el índice y dijo: "Mira, allá es donde estamos, y esto que ves aquí es nuestro reflejo".
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___No tomé en serio aquella afirmación, me retiré en silencio hacia mi habitación. En ese intervalo de tiempo ocurrió la caída del Muro de Berlín, el desmoronamiento de la Unión Soviética y la proliferación del SIDA. Me tiré sobre la cama y soñé que José Alberto tenía razón, que todo era un simple parpadeo de un ciego testarudo.
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3 comentarios:

Lilia dijo...

presumo que la constelación de orión sigue en mi frente

Luis Martínez Álvarez dijo...

No es profeta José Alberto, sólo tiene sentido común, y el ciego no está solo, todos le acompañamos. Muy bueno. Saludos.

nacho dijo...

Gracias por su comentario... regresen... saludos.