domingo, febrero 18, 2007

ANTES DE MORIR, INÉS ARREDONDO DEJÓ ALGO PARA TÍ
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___Había escuchado hablar de ella pero no la conocía. Fue hace poco cuando por fin cayeron en mis manos una selección de sus cuentos. Algunos piensan que su origen proviniciano, sinaloense, le ha supuesto trabas para entrar en el canon y me parece que será una de esas autoras a quienes el tiempo irá dando el lugar que se merecen.
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___Es Inés Arredondo. Hacía tiempo que no me sorprendía tanto un (a)cuentista. Lo verán: sus cuentos son maquinarias finas, relojes exactos, milimétricamente preconcebidos. Me hicieron recordar los implícitos viejos consejos que Edgar A. Poe escribiera en su Filosofía de la composición. Nada hay al azar en las narraciones de Inés Arredondo, todo adquiere significación como si fuese la más modesta pieza de un rompecabezas. El uso del lenguaje, las expresiones parecen ser encontradas con lupa para colocarse en el lugar adecuado, de la forma adecuada.
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___Incesto, homosexualidad, lujuria senil, fantasías religiosas, entre otros, son temas que la autora lanza desde su aparador de los años 50s y 60s, en medio de, recuerden un poco la historia, el despertar de la conciencia colectiva; cuando los mexicanos lloraban con los sinsabores de Pepe el Toro y la realidad era vista con un maniqueísmo que da flojera.
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___Matizados del aire provinciano que los anima, sus cuentos profundizan una realidad psicológica y social que asusta y conmueve. La suya no es una literatura feminista en ningún sentido pues atisba sin prejuicios de género en campos que habían sido poco explorados.
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___Los mundos que crea Inés Arredondo me recordaron la forma de tejer la narrativa de Mario Bellatín, aunque los de ella aparecen más anclados a la realidad y sus personajes son cuidadosamente configurados.
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___Si yo tuviera la costumbre de recomendar autores, recomendaría que leyeran sus obras completas, publicadas por Siglo XXI en 1988. Pero he ido perdiendo esa costumbre.
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1 comentario:

Manuel dijo...

¡A leer en la semana!