jueves, febrero 01, 2007

CRUZ DE OLVIDO
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___En el cubículo del fondo se escuchaba “Mis enemigos” de Valentín Elizalde, unos judiciales reían con sorna mientras veían por Internet el cuerpo inerte del cantante en la plancha de autopsias. La agencia del ministerio público número cuatro se encuentra ubicada en la populosa colonia de El Coloso. Por la puerta principal de los separos aparece Lorenzo Ahumada Benumea, cabizbajo y esposado es conducido por un agente hasta la mesa dos donde rendirá su declaración inicial. Su cómplice, Marco Aurelio Castro Lara, fue turnado al Centro de Rehabilitación Social en calidad de reincidente.
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___La noticia había causado revuelo en la opinión pública luego de que aparecieran las fotografías de los dos detenidos junto a docenas de crucifijos metálicos hurtados de las lápidas del panteón municipal. Los Cristos y otras figuras religiosas eran desprendidos de las lápidas a fuerza de barreta, algunas piezas habían sido arrancadas desmembrando las figuras. El hecho causó indignación y no faltó la declaración del Arzobispo Odiseo Macías, quien declaró a los medios que la justicia podría castigarlos pero que la absolución por aquel acto que era considerado un sacrílego dependería del arrepentimiento que el joven agresor mostrara en el confesionario.
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___Lorenzo dio sus particulares al agente del ministerio público. Cuando éste le preguntó el móvil del robo, Lorenzo comenzó a tartamudear. Dijo que pensaban vender el material a un empleado de la metalera Zaragoza; que necesitaba dinero para llevar a su madre al médico por las várices. El agente echó una mirada al judicial y con gesto imperceptible pareció ordenarle que cerrara la puerta porque así lo hizo. Luego, inesperadamente, el judicial asestó un golpe por la espalda a Lorenzo a la altura de los riñones. Lorenzo lanzó un pujido sordo y cayó sofocado al suelo.
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___-Hijo de tu puta madre, de modo que tú fuiste el que arrancó el santito a mi madre -dijo con voz ahogada el judicial.
El agente del ministerio público fingió no ver nada y continuó escribiendo en el ordenador de la computadora. En el cubículo contiguo, la canción de Valentín Elizalde era repetida una y otra vez, ahora a un volumen más elevado.
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___-Párate, cabrón, no he terminado contigo –espetó el judicial, quien aprovechó que el amedrentado Lorenzo comenzaba a incorporarse para patearlo por la espalda.
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___-Está bien, déjalo que se reponga, allá adentro te desquitas, al cabo que el comandante no va a llegar hasta en la noche –repuso el del ministerio público.
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___Lorenzo, esposado por las espaldas, se levantó con dificultad, su barbilla exhibía una leve contusión en la parte central. Se puso de pie y luego se dejó caer sobre una silla giratoria que le acercó el judicial.
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___-Entonces qué Lorenzo, ¿vas a volver a decirnos que tu mamita está mala? –inquirió el MP.
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___Lorenzo comenzó a llorar. El judicial desabotonó la manga izquierda de la camisa y la levantó casi hasta la altura del hombro. Luego retiró las esposas y ordenó al detenido a exhibir el brazo.
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___-Por aquí pasó el tren, pinche drogo, ¿no? –preguntó el judicial.
Lorenzo agachó la cabeza y de reojo observó la cadena de pequeñas cicatrices y costras que recorrían su brazo desde la muñeca hasta la mitad del bíceps.
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___-Así que está enfermita tu mami, ¿no cabrón? –dijo el judicial.
-Llévatelo, la criatura ya está confesa y su amiguito lo está esperando en la grande–concluyó el MP.
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___Las manos de Lorenzo fueron asidas nuevamente a las esposas metálicas. El judicial lo tomó de los cabellos y lo levantó, luego lo empujó hacia la puerta y le dio un puñetazo en un costado. Lorenzo aguantó callado el golpe y fue conducido nuevamente a los separos. El agente continuó levantando el acta, subrayando la declaración de culpabilidad del detenido.
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___Antes de llegar a la reja de su pequeña celda, Lorenzo alcanzó a escuchar el final de “Mis enemigos”.
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2 comentarios:

Pablo Aldaco dijo...

Y sin embargo, todo cursa según nuestras imitaciones y placeres.

Saludos

Caosmico dijo...

Podría decir muchas cosas y realmente no decir ninguna... Lo único que puedo decir con una relativa calma de saberlo de cierto es que me gustó.

Un saludo.