lunes, febrero 26, 2007

LOS PERJÚMENES
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___Braulio Saldate tenía muchos años en el oficio a pesar de su juventud. Comenzó transportándolos en un pick up, luego en un troque de una tonelada, después en camiones más grandes y en un momento hasta aprendió a manejar los tractocamiones. Al principio, el patrón le encomendaba los sementales que eventualmente Braulio debía llevar y traer a ranchos cercanos. No es fácil maniobrar con ellos y transportarlos. En una ocasión, estando Braulio enfermo, el patrón le encargó al capataz que llevara a "Bola de sebo" al predio Gonzalitos donde dos hembras se encontraban en estado receptivo. En esa ocasión, nadie, ni el caporal ni los peones ni sus señoras, atestiguaron ningún apareamiento. Ésto hizo suponer al patrón que el semental perdía su instinto reproductor. La verdad era que el presunto celo de las hembras no fue sino una falsa alarma. Era ese el tipo de asuntos donde el sexto sentido de Bralio era infalible.
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___La convalescencia de Braulio se extendía y los problemas surgieron por esos días, cuando el capataz llevaba a "Bola de sebo" de regreso. En la carretera La Piedad-Cuitzeo, la portezuela de la caja del pick up se abrió intempestivamente y "Bola de sebo" no resistió la tentación de escapar. Aquel viaje le provocaba mareo y en un momento se parapetó en el quicio de la caja, observaba atónito cómo las rayas blancas de la carretera se sucedían unas tras otras creando en él cierto efecto hipnótico. Avanzó al vacío y en un instante su voluminoso cuerpo cayó sobre el pavimento a una velocidad de 90 kilómetros por hora.
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___El conductor de un Buick azul que venía detrás del pick up observó sorprendido aquella inédita escena. En la caída, "Bola de sebo" se rompió las patas delanteras; su cuerpo, con la inercia de la velocidad, parecía perseguir el vehículo del que acababa de escapar. Todo ocurrió en unos cuantos segundos, tras rodar unos 30 metros detrás del pick up, el cuerpo de aquel ser se proyectó hacia la cuneta sangrando de la nariz y el hocico. Rodó y se deslizó otros cincuenta metros entre arbustos y piedras, dejando una estela de polvo que hizo detenerse al Buick.
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___Quizá "Bola de sebo" no merecía morir de aquella forma. Rotas sus patas delanteras, fracturadas sus mandíbulas y estalladas algunas de sus vísceras, no quedaba sino sacrificarlo, porque aún respiraba cuando lo recogió el caporal ayudado por unos rancheros. Al principio, el capataz no sabía ni qué hacer con él. Pero el patrón ordenó destazarlo en cuanto llegó a El relicario, donde estaba el rastro. Había ahí un oscuro olor a muerte y a sangre podrida. Quedaba aprovechar la grasa y la carne que pudo rescatarse. El patrón no dudó en repartir entre los peones los restos de "Bola de sebo", sin saber que algunos de ellos, por superstición, no probarían ni un gramo de su carne.
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___El patrón rogaba a Dios que Braulio se recuperara plenamente y comenzó a presionar al médico para que acelerara el tratamiento y la recuperación. A Braulio, el patrón le decía que el rancho lo necesitaba y que "Bola de sebo" no hubiera muerto si él hubiera estado ahí. Braulio lo escuchaba acongojado, pero al intentar caminar antes de lo previsto, se resintió y tuvo que permanecer encamado casi un mes. En su incómodo estado de inmovilidad, no cabía en la mente de Braulio que la inquietud sexual de "Bola de sebo" hubiera decaído como se rumoró luego del accidente en la carretera.
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___La noche de su boda, Braulio comprobó que su novia no era virgen y que las habladas de sus amigos eran ciertas. Él no hizo más que tragarse las circunstancias. Al fin y al cabo, se conformaba con saber que la Matilde no se había acostado con el patrón por gusto y que aquello era un hecho muy remoto ya. Cuando penetró a la Matilde por primera vez se le vino a la cabeza la imagen de "Bola de sebo". Lo recordaba en su apogeo, obstinado en dejar patente la persistencia de su genética, yendo de una hembra a otra sin mostrar fatiga. También pensaba en el patrón pero bloqueaba su imagen con la de "Bola de sebo", mucho más gracioso y pesado.
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___Tiempo después, Braulio comenzó a viajar mayores distancias. Transportaba hasta 80 y 100 ejemplares en un solo viaje, mayormente hembras y jóvenes. Fuera del rancho, la presencia de su tractocamión era repudiaba por los olores que iba desparramando a su paso. "Los perjúmenes", como lo decía la gente, eran el producto de los desechos de sus acompañantes, aquellos seres distribuídos equitativamente en las jaulas repartidas en tres pisos, donde los excrementos y orines se fermentaban silenciosamente bajo los efectos del calor. En los retenes del ejército, los soldados procuraban hacer circular lo más pronto posible el tractocamión de Braulio porque los perjúmenes eran insoportables.
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___Continuará.
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3 comentarios:

Manuel dijo...

Todos pendientes.............

Ismael Lares dijo...

...me dejas en "ascuas". Leo mucho y comento poco.

Saludos, nacho!

Ismael Lares dijo...

por cierto, tu vas a pistear a la taberna del regidor?