BUSCANDO A NEMO ENCONTRÉ EL AMOR
Finalmente hoy me inscribí en la universidad. Di el mal paso, regreso a las aulas luego de una breve distracción de 28 años. Introducción a la Filosofía, Literatura contemporánea extranjera I, Literatura contemporánea en Español I, Taller de Redacción, Estudio del Lenguaje, y otra que no recuerdo son las materias que llevaré en el primer semestre (que güeva). Literatos: vayan alistando los ensayos que voy a necesitar cuando empiece a ausentarme de clases, se los solocitaré en su debido momento.
Mientras llega la hora, me la he pasado trabajando como loco buscando el preciado tesoro de la subsistencia. Para no aburrirme, mientras tanto, disfruto de estrenos de cine como "Buscando a Nemo", la última de Disney-Pixar. Dulce historia del pecesito que queda huérfano de madre antes de nacer (aquí se contradice al imaginario), que luego se vuelve rebelde contra el padre (me acordé de Kafka y de algunos blogueros -que no tienen madre-) y que luego se va de casa involuntariamente. Pero, gracias BuenaVista Inc., padre e hijo se reencuentran luego de sortear los terribles peligros del océano y el mundo exterior. Guau, que original. AAAAAh!, me olvidé de decir que Nemo, el pecesito, es minusválido y aún así ¡triunfa!. No soporto tanta ternura. Un filme políticamente correcto que no se deben perder. Mi marciano favorito salió del cine con un aire de melancolía y diciendo "Te quiero". Chin, dije yo, graben esto, graben esto, "hijo, te traeré más seguido al cine".
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