viernes, julio 25, 2003

VERMEER Y EL BARROCO

En febrero de 1999 se montó en el Museo de San Carlos de la Ciudad de México la exposición "Rubens y su siglo", que incluía 24 óleos de Peter Paul Rubens (1577-1640), definitivamente el pintor flamenco más famoso en su época, además de casi 100 obras entre las que destacaban las de algunos de sus alumnos y colaboradores. En la lista figuraban Antohn van Dyck, David Teniers El Joven, Jan Brughel, Hendrick de Clerck, Justus Sustermans, Frans Francken II El Joven, Jacques D'Arthois, Willem van Herp, Johann Boeckhorst, y Jacob Jordaens, entre otros. La impresionante exposición itinerante contaba con un total de 115 cuadros. Por aquel entonces (vivía yo en México) escribí una reseña de la muestra que publicó La Voz de la Frontera (Mexicali).

En aquella colaboración señalaba que "Johanes Vermeer (era) el gran ausente (...) entre los pintores holandeses pertenecientes al 'siglo' de Rubens que la muestra no pudo incluir, quien, a diferencia de Rubens, buscaba lo trascendental en las escenas de la vida cotidiana, soslayando el bucólico sendero que muchos de sus coterráneos preferían, desde los tiempos en que Peter Brughel, el viejo, pintaba borracheras pueblerinas, bodas comunes y corrientes, y campesinos pizcando trigo. El astrónomo, El geógrafo, y otros temas semejantes, fueron la materia prima donde Vermeer dejó prueba de su talento, yendo más allá de lo descriptivo, y dan fe, al mismo tiempo, del despertar científico que imperaba en lo que se conoció como el Renacimiento del norte".

El período histórico es sumamente complejo pues al tiempo que el dominio español veía minado su predominio en el norte de Europa continental, se gestaba la Reforma protestante que ponía en jaque la autoridad del papado católico. Los países bajos luchaban por su independencia y liberación comandados por la realeza y la pujante burguesía locales. La batalla política y la religiosa no necesariamente tenían la misma raíz, pero se fundían y confundían fácilmente. El arte del norte de Europa era expresión de esa liberación en ciernes matizado por la influencia apabullante del Renacimiento italiano. Por ello es frecuente encontrar en la obra de los estudiosos de este período, una dificultad intrínseca para definir el estilo de los artistas, delimitar fechas y catalogar las diferentes escuelas artísticas.

Lo que identificamos como arte barroco parece negar cualquier definición totalizadora. Sin embargo, algunas caracterósticas como el rebuscamiento en las formas, el apego por la exuberancia y una obsesiva inclinación el detalle definen en buena medida aquel estilo.

Como una forma de zanjar las dificultades conceptuales que supone la estricta calsificación de períodos, se ha denominado manierismo al período de inovaciones que comienza a apartarse del criterio clásico propio del Renacimiento florentino. Las esculturas anabólicas de Miguel Ángel y sus proyectos arquitectónicos, ajenos ya a proporciones clásicas (la catedral de San Pedro) son el prototipo manierista. Los pintores venecianos Tiziano y Tintoretto, por la exhuberancia y fastuosidad de los ambientes en sus lienzos, así como la introducción de temas novedosos en la pintura; y Caravaggio, por la utilización arbitraria y a veces indiscriminada del claroscuro, complementan las raíces, en el siglo XVI, de lo que se conocerá como barroco.

En el terreno político, el arte barroco es una poderosa respuesta de la Iglesia Católica a la Reforma protestante. Si la Reforma erradicaba los lienzos y las esculturas de sus templos por considerarlos fuente de idolatría, el catolicismo promovía profusamente el arte religioso como mecanismo oratorio y pedagógico.

Frontispicios parroquiales detalladísimos, profusión de enormes y diminutos lienzos, esculturas de santos, ángeles, arcángeles y del Jesús crucificado, fueron norma en la expansión del catolicismo por Europa, América y otras latitudes. En ese contexto, la figura de Rubens cobra una importancia mayúscula por ser él mismo, nativo de Westfalia y católico militante, quien contribuiría, con su pincel y su influyente academia, a impulsar la colosal obra barroca del siglo XVII en la que los motivos bíblicos son el sustrato más visible. Su notable capacidad técnica en materia de pintura no estaba reñida con sus dotes diplomáticas y organizativas. Enmedio del fermento político-religioso, Rubens funda una escuela en Amberes que da instrucción y empleo a decenas de pintores flamencos-holandeses que se dan a la tarea de surtir la demanda de cuadros religiosos que promovía el Papado y la corona Española principalmente. Rubens labora por años como pintor de la corte de España, bajo los auspicios de Felipe III y Felipe IV.


El decenso de la cruz. 1611-14. Peter Paul Rubens


Para dar una idea de la influencia de Rubens, Anton van Dyck, el más destacado de sus discípulos, viaja a Inglaterra donde se convierte en el retratista oficial de Carlos I y de la corte inglesa. La academia de Rubens prácticamente hacía cuadros en serie, lo que le permitía controlar ventajosamente una parte importante del mercado disponible en Europa.

A diferencia de Rubens, Frans Hals y Vermeer tuvieron una esfera de influencia prácticamente local. Con sus variantes, fue el caso también de Rembrandt, si bien éste merece trato aparte.

Es importante tener en mente el contexto histórico pues explica el hecho de que pintores geniales como Vermeer no hayan gozado en su momento de la fama de Rubens, por ejemplo. Al mismo tiempo, esclarece suficientemente el que Vermeer y una estela de pintores flamencos hayan abordado con mayor asiduidad los temas de género, paisaje o retrato, en vez de los temas religiosos propiamente. La llamada Escuela de Delft, por ejemplo, es típica de esta circunstancia. En tal razón, y considerando la yuxtaposición de tiempos en que conviven pintores de diferente estilos, resulta conveniente reiterar que el barroco no es tanto un período histórico como una concepción del arte mismo. Así, podemos considerar a Vermeer y a Hals, entre otros, como pintores fieles a la tradición del clasicismo en el auge de un siglo barroco.

("Oye Humphrey, ¿Por qué no subes algunos cuadros de estos pintores a tu blog? Harías menos aburrido todo este rollo". -Quizá tienes razón... no eres tan tonto como pareces-).

Continuará.

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