domingo, julio 18, 2004

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BAILAMOS SAMBA
 
   Sobre el México-Brasil, un apunte en off side.  El equipo de Lavolpe intentó jugar sin complejos frente a un equipo superior técnica y físicamente. Error. Brasil esperaba atrás para lanzar a dos ferrocarriles: Adriano y Luis Fabiano. La diferencia era notoria. Mientras que los defensas brasileños jugaban de lujo y metían fuerte la pierna, Duilio y Carmona se vieron temerosos; Torrado errático e incapaz de entender que el rival agrega a sus virtudes la intuición, esa facultad para adelantarse y cortar los avances mexicanos que se veían obvios.
 
    Así se perdieron muchos balones en media cancha y los centros elevados de los cariocas  fueron veneno vil. Poco se podía hacer al pretender salir a "plantear el juego", es decir, traducido al cristiano, jugar ofensivamente. Con Brasil hay que tener respeto y cautela. No se hizo y se fue de las manos el partido. Hubo errores arbitrales y defensivos, sí, pero Brasil es Brasil, cualquiera que sea la selección que presente. No se juega contra 11 jugadores jóvenes. Se juega contra una tradición, contra un aleph futbolístico acumulado en los genes de un pueblo. Siempre hay que tenerle respeto.

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