martes, julio 27, 2004

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VEREDICTO

Días ajetreados. El hechizo del período vacacional se debate a muerte con la cartera. Las ansias por el sol y la arena naufragan en una isla desierta. La rutina lo envuelve todo, la inmediatez dicta sentencia y me encuentra culpable. Culpable. No hay derecho a fianza, no se permite aportar pruebas ni se ve cerca ninguna comisión de derechos humanos. Visítenme en el reclusorio de lo estrictamente cotidiano, estaré ahí mientras dure la condena. Traigan cigarros.

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