UNA NOCHE PARA LLEVAR

...

___Hacía frío y estábamos a la intemperie. Tenía que sacar de mi baúl de fibras patrióticas lo mejor para que el Himno Nacional no fuera a salir deslucido, trunco o alterado, y ya ven, mi Alzehimer se puso tricolor y colaborador; los cientos de atletas que se encontraban ahí, juguetones y estoicos, entonaron también la composición de Jaime Nunó. Son los Juegos Regionales Universitarios. Es Beautyfulville. Son las autoridades universitarias y deportivas. Hay muchachos del noroeste del país. Soy yo descendiendo del pódium y dirigiéndome a las gr adas. Es el protocolo. Hay cámaras y grabadoras. Luna y bullicio. Risas, fotos de celular. Fuego olímpico, fotógrafos persiguiendo una imagen digna. Unos inconformes con una manta que exige justicia. El rector no permite que la seguridad los retire por la fuerza. Uniformes, cadencias y edecanes. Micrófonos amibentales, luz de estadio, olor a césped. A lo lejos la silueta de la Torre Eifel, una copia, desde luego. La noche misteriosa. Más allá, en el campus, unos estudiantes en huelga de hambre. Exigen consignas ancestrales: justicia y democracia. Ya estoy en el estacionamiento, mi auto requiere pintura. Me marcho. Se marchan todos. Se marcha la noche y sus contrastes. Se marchan los autobuses. Todo se marcha. Queda la historia de esa noche. Queda este post. Mañana empieza la primavera.