TEXTOS PASADOS POR AGUA

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___Lo que son las cosas, apenas comenzaba a sentirme a modo leyendo algunos fragmentos de la serie Marinaria cuando se presentó Tláloc. El restaurante Está Cabral es un local al aire libre que acondicionaron entre las paredes de un edificio antiguo, cuyo aire de peña bohemia se presta para lectura de textos, música en vivo y exposiciones de pintura. Esto, claro, en teoría, porque cuando andaba yo en el poema número cuatro inició lo que se convertiría rápidamente en una tormenta que puso en remojo a lectores, escuchas y parroquianos. Yo sabía que aquello era una especie de maldición porque, para empezar, era la primera vez que sacaría a pasear unos poemillas que guardo encerrados en un archivo titulado "Entornos y contornos"; Marinaria es la primera de cinco partes que componen ese trabajo y, paradójicamente, tiene como tema el mar y el agua. Tuvimos que bajar el telón y agradecer la valentía de quienes seguían apostados bajo unas sombrillas escuchando nuestros deslavados textos. Por fortuna, Silvestre Uresti y Luis Erasmo Acosta ya habían presentado sus textos, quedándose únicamente Alejandro Aguilar Zéleny con la espada desenvainada y resignado de no poder leer (a la otra, hermano).

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___Agradecidos con los camaradas Manuel Parra y Josué Barrera (hacedores de La línea del cosmonauta) por el atrevimiento de invitarnos, salimos de ahí en plan de sopa de tortilla pues el auto estaba a unos cien metros. La noche era joven aún, pero lo nuestro era propiamente una estampida. Mi camarada Benjamín Rosales presentó una acuarela ("Autorretrato con mujer I") pero a la hora del aguacero envolvió el cuadro y salió por piernas.

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___Como mera consolación (para mí, obvio), aquí les dejo va uno de los textos que no alcanzaron a ver la luz (únicamente el agua), no se duerman.


V

Amate bordado de esmeraldas
con hilo de sal perturbadora
hostil de nacimiento
frágil líquido
ambidiestro
algo hay de cristal
en la escalofriante mirada
de tus profundidades
algo de líquenes sedientos
algo de arrobo
de espermas ancestrales
de hueva de jureles
de vigilias
de desvarío
de premura
de encono pisciforme.

Piedra angular de filamentos
ostras olvidadas
en relicarios buques encallados

Oblicua aparición
de sargazos sin fin
de soledades
de insólita evolución
de las especies.

Hay algo en tí de femenino:
tu inadvertencia
tu brújula animada
de presagios
tu desnudez
tu extraña certidumbre
tu letanía de olas inconformes.




VI

La noche se aglutina bajo un faro de flamas malheridas
la niebla vaga por el malecón sin prisa
sobre la pasarela tarifaria
de niñas y mujeres prostitutas.

Malecón
malecón antiguo donde un gato
escarba
en
las
arenas
husmeando una cabeza de sardina
___un eructo delata a los borrachos
que olfeatean los tacos nauseabundos
de una carreta apopléjica de esquinas.

La noche va furtiva
gastando sus monedas en tugurios
para olvidar el oprobio
de su piel oscura de marino
y el olor repelente de su axila…

La noche es trenza solidaria
sobre los lomos reposados
del puerto
y se unta brillantina
para atrapar destellos en su rizo
cromado de abulones.

La noche es timidez que guiña;
el barco
un viaje de hojalata

Y en su horizonte
de tiernas complicidades
un timonel fornica con la luna.



VIII

Te observo debajo de la sábana
Tu pelo es un chinchorro descansando
Y tu espalda
una playa de lunares

Sobre tu rostro de corales
Afilan dos anzuelos tus pestañas
Una vela la nariz
revuelve el viento
Y la grieta profunda de tus labios
exhala un aliento de sirenas.

Ahora giras en tu eje de brújula discreta
como una barca anclada en una boya
Tu vientre es un delfín pacífico que observa.
Tus senos
dos farolas a lo lejos
y en medio de tus muslos
(erosiones)
una estrella de mar
duerme la siesta.
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