jueves, noviembre 23, 2006

"¡DILES QUE NO ME JODAN!"
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___No sé que demonios estoy esperando para ponerme a leer nuevamente Summerhill, aquel proyecto posmoderno de A.S. Neill que se preguntaba si en 50 años los psicólogos se reirían de lo que pregonaba entonces el propio Neill. Han pasado justo 46 años de aquella pregunta y la sicología cada vez se parece más a la siquiatría, ya hasta se fabrican divanes con correas. Hoy, Freud es observado desde fuera de la jaula con cuidadosa simpatía, como quien observa las costumbres del viejo zorrillo del zoológico: puedes observarlo de cerca en el entendido de que puede orinarte en cualquier momento.
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___Por su parte, Summerhill demostró ser un excelente método para que los alumnos de eduación básica odien el mundo real y su influencia no logró crear el suficiente número de inadaptados que se suponía readaptarían al mundo.
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___El caso es que debo terminar un reporte sobre el proyecto educativo de Sumerhill antes de que concluya el semestre y la verdad estoy distraido y capturado por el influjo ensayístico de Trazos de Juan García Ponce. Compruebo la admiración que ha manifestado sobre él con frecuencia mi amiga http://apostillasnotas.blogspot.com Magda Díaz y Morales. García Ponce y José Emilio Pacheco parecen haber urdido una trampa a base de seductores laberintos. Abstraído como estoy, leyendo sobre el modernismo y épocas aleatorias en estos autores, poco espacio queda en mis andamios neuronales para pensar en los trabajos que exige el fin de semestre.
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___Mientras nos dirigíamos a la Universidad, una compañera me dijo hoy que la carrera de Letras debía de promover que leyéramos aquello que nos interesa y siento que no le falta lógica a su propuesta. Yo le pregunté si ella había sido educada según los lineamientos de Summerhill. Se rió como si afirmara que sí. El tercer acompañante mencionó entonces a Freud y fue entonces que ella dijo: "qué hueva". Esto tenía sentido porque no habíamos desayunado y ya eran las 11 de la mañana. Hicimos una escala técnica entre la batería de puestos de hot-dogs frente a Rectoría, una modalidad de desayunos escolares de bajo costo y de alto contenido de hidratos de carbono y triglicéridos. Anclamos justo donde uno de los hotdogueros ha criado fama por lanzar por los aires la salchicha y atraparla con el pan humeante con movimientos graciosos y precisos. Mientras contemplaba la diversidad de ingredientes que mi amiga ponía encima de su dogo, me vino a la mente la capciosa imagen de Freud como un viejo zorrillo. En aquel momento preferí no comentar el asunto, dejando que su pertinencia sobreviniera poco a poco, como ahora. Luego regresamos a clases.
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___Ah, gracias por escucharme, esto era un relax. Muevo mi cuello noventa grados a cada lado, escucho un crujido leve de mis cervicales y sigo con García Ponce.
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3 comentarios:

edegortari dijo...

Y quién no se queda perplejo a la hora de leer a García Ponce! Saludos

Magda Díaz Morales dijo...

Trazos seguro que te va a gustar, querido Nacho. Además está dedicado a Juan Vicente Melo, un estupendo escritor que fue una de las personas más bellas que se pudo conocer.

Sino mal recuerdo la primera edición de Trazos fue en el 74, yo no la tengo, tengo la de 2001 de Nueva Imagen.

Ya nos contarás qué te pareció y ojalá pudieras hacer una reseña y me hicieras favor de enviármela para el Sitio del escritor. Me encantaría.

nacho dijo...

Eduardo: Gracias por venir. Tienes razón, perplejo es un buen adjetivo.

Magdita: Tengo efectivamente la primera edición de la UNAM de 1974. No te prometo la reseña en el corto plazo, pero lo voy a tener pendiente. Gracias por venir. un abrazo.