miércoles, junio 18, 2003

MÚSICA, BENDITA MÚSICA

Creo que ya lo dije en otro post, mañana tendrá lugar el examen profesional de mi amiga Karina Romero, potente soprano que espera aprobar su último paso por la licenciatura de canto con el recital y resulta que nos ha invitado a hacerle coro. Cantaremos con una parte de la zarzuela cubana "Cecilia Valdez" y también el brindis de "La Traviata". Música, bendita música. ¿Qué haríamos sin ella?

Ella sale y yo apenas entro: Me inscribí finalmente en la Licenciatura de Letras Hispánicas. Las letras hispánicas me gustan mucho, en especial la "Z" y la "R". El lunes hice cola como una hora para que me dieran la ficha, cuando llegué a la ventanilla me dijeron que ya se habían acabado y que podía inscribirme sin la dichosa ficha. Ya he dicho que hacer cola no me aburre, no pierdo el tiempo, así que me puse a sacar cuentas para ver en que año voy a terminar la carrera. Considerando que voy a llevar 4 materias por semestre, creo que terminaré dentro de 8 años, lo que significa que para entonces mi alzeihmer estará en plenitud de facultades (por ahora no recuerdo cómo decidí entrar a estudiar a estas alturas del partido). Pero, bueno, así podré cumplir mi sueño dorado: jubilarme al mismo tiempo que me recibo, así me retiraré pleno de sabiduría (la sabiduría que escurre de las aulas). No, no es cierto, aún no encuentro empresa que vaya a querer emplearme y menos aún jubilarme. Por eso no tengo otro remedio que sacar a flote mi negocio de venta de artículos de piel y tratar de capotear la crisis promoviendo los nuevos modelos de gabardinas "Neo" y "Trinity", que están pegando con tubo.

Volviendo al cuento de estudiar, la semana que entra haré mi examen de admisión y espero aprobarlo, pues en caso contrario tendré que echar mano de esas cosas con las que experimentaba Arquímedes: las palancas. Sí, en caso dado utilizaremos una palanca de último recurso, pero no creo que sea necesario pues a la Licenciatura de Letras Hispánicas no entra nadie en sus cinco sentidos: es evidente que terminando esa carrera no queden más que tres alternativas: dar clases, conseguir un carrito de paletas o seguir con la venta de piel. Sigo inclinándome por la tercera. Ya veremos.

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