domingo, agosto 17, 2003

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¿MORIRÁ LA POESÍA?

La poesía y la narrativa han acompañado a la humanidad desde mucho antes de la invención de la escritura y, con seguridad, estas formas de expresión continuarán existiendo hasta la eventual extinción de la especie. A diferencia de la narrativa, genéticamente la poesía cuenta con ciertas caracteristicas que le permitieron, aún precindiendo de la escritura, transmitir ideas de forma intacta, generalmente de carácter religioso o moral. Al respecto, los poemas védicos son quizá el testimonio más antiguo que los arqueólogos han encontrado hasta el presente. Previo a la escritura, y por efecto de su musicalidad intrínseca (rima y entonación), la poesía podía conservar ideas indispensables para la supervivencia física y espiritual de pueblos que trascendieron; la poesía era el archivo colectivo, la memoria social que podía transmitirse por siglos con mayor fidelidad que la narrativa oral.

El concepto de rima nace con la repetición de fragmentos orales "cantados" y, en tanto expresión artística sujeta a ser "interpretada", la poesía es una forma de "canto". La entonación poética era, por lo menos hasta el siglo XIX, la utilización de ciertos principios tonales afines a la interpretación musical cantada. La poesía se "actuaba" y los cambios de tono en la voz se perfeccionaron, desde la antigüedad, con la representación teatral. Antes de que hubiese escritores ya existían los poetas y los narradores. Antes de que hubiese "lectores" de poesía, lo que había eran intérpretes y escuchas de poesía.

Narrativa y poesía son formas de expresión inherentes al desarrollo de la sociedad humana; han sido herramientas vitales para su supervivencia, contrario a la idea estúpida de que la poesía es una "materia optativa" de la sociedad. El hecho de que tengamos tantos poetas famosos sin talento hoy en día, no significa que el papel de la poesía haya perdido importancia. El hecho de que los "lectores" de estos poetas apenas rebasen los límites de ciertos círculos universitarios y algunas cantinas bohemias, ejemplifica la dimensión del problema.

El problema no reside en que nos hayamos conformado con padecer un siglo XX de miseria cultural generalizada, la tragedia es que hayamos aceptado el criterio positivista y pragmático de que la poesía es un arte aleatorio, una materia precindible que sirve para "alimentar el espíritu". Ni madres.

Como formas de expresión humana, la poesía y la música juegan un papel indispensable en el desarrollo y transmisión de conceptos de una sociedad que se precie de serlo. Las formas de organización (composición) de la gran poesía y de la polifonía clásicas invocan formas de pensamiento no lineal en el escucha; despiertan y despliegan propiedades congnitivas complejas que le son inherentes al pensamiento humano. La metáfora es una herramienta congnocitiva inapelable. Su estudio y práctica no es un asunto de gustos o de vocaciones, sino un elemento social indispensable que puede enseñarse desde el jardín de niños.

Si, por citar un ejemplo, se enseñase a Boscán, Garcilaso o a Cervantes desde la primaria, (tendría que ser desde la Normal, porque los maestros son de plano ignorantes), evitaríamos la pena de ver a tantos jóvenes que salen de la preparatoria "haciendo" poemas o sintiéndose "poetas" por el simple hecho de que se atreven a jugar con ciertas combinaciones "atrevidas" de palabras. La verdad sea dicha, la mayoría de los poetas jóvenes (algunos con algún grado de talento) son estudiantes impreparados en, por lo menos, el dominio e las formas de expresión poética de la lengua española; carecen de los rudimentos de expresión formal de la poesía y desconocen los giros idiomáticos y sintácticos de nuestra lengua (para no ahondar en la dificultad que representan otros idiomas -lo que también debiera enseñarse-). ¿Cómo puede alguien crear genuinamente "nueva poesía" si desconoce la historia, la complejidad y las normas de la "vieja poesía"?

Perdonen la insistencia pero, casi sin excepción, los poemarios y "antologías" de la colección "Tierra Adentro" están para llorar. Yo hubiera titulado a esta serie "Tierra Abajo".

En su caso, la música, obediente de un lenguaje abstacto, distinto del oral y el escritural, tiene el potencial de habilitar al individuo a desarrollar conceptos profundos en otras áreas del conocimiento como la filosofía, la física o la geometría. Por ello los griegos y otras sociedades exitosas han asumido la música como "ciudadela del estado", para ponerlo en boca de Platón. Lo mismo podemos afirmar acerca de la poesía.

Es esta idea a la que Percy B. Shelley hace referencia cuando otorga a la poesía el papel de "transmitir conceptos profundos y apasionados sobre el hombre y la naturaleza". Con profundos, el inglés se refiere a que dichos conceptos van más allá del pensamiento "práctico", atienden a un carácter filosófico o moral; por apasionados, implica que no se trata de una "ciencia exacta", antes bien, es una ciencia que atiende al ejercicio abstracto. Estos criterios no son, como podrían asumir algunos académicos perturbados, "propios del período romántico", o "una concepción de ese momento histórico", esas son pendejadas. La validez universal del criterio de Shelley va más allá de las ansiedades jubilatorias de tales académicos.

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