martes, agosto 19, 2003

.
A PROPÓSITO DE ENCHILADAS

Desde hace mucho tiempo no tengo paciencia para leer una sola línea de poesía; poco tiempo atrás he intentado leer a Shakespeare y lo he encontrado tan intolerablemente pesado que me dio náuseas. También he perdido prácticamente mi afició npor la pintura o la música. Por lo general, la música, en lugar de distraerme, me hace pensar demasiado activamente en aquello en lo que he estado trabajando. Conservo un cierto gusto por los bellos paisajes, pero no me causan el exquisito deleite de antaño. Por otra parte, durante años, las novelas, que son obras de la imaginación aunque de no muy alta categoría, han sido para mí un maravilloso descanso y placer, y a menudo bendigo a los novelistas. Me han leído en voz alta un número sorprendente de novelas, y me gustan todas si son medianamente buenas y no terminan mal -contra éstas debía promulgarse una ley. Para mi gusto, una novela no es de primera categoría a menos que contenga una persona que lo conquiste a uno por completo, y si es una mujer guapa, mucho mejor. (Autobiografía, Charles Darwin).

No hay comentarios.: