AGONIZA LA CHAMPIONS LEAGUE
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Prepara la cheve y la botana para disfrutar el 17 de mayo la exótica final de la Liga Europea de Campeones, un partido que disputarán el Arsenal de Inglaterra y el Barcelona de España en el estadio más cuidado de París, uno que ni Luis VX ni Dantón hubieran soñado. El partido, la máxima justa profesional del planeta, contará con dos de los principales exponentes del futbol de paga: Ronaldinho y Thierry Henry, piezas de lujo en las envidiables escuadras que disputarán la copa “orejona”.
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Todo parece indicar que la burocracia de la FIFA considera que el desenlace de ese largo y emocionante torneo que es la Champions League, en vísperas de la justa mundialista de Alemania 2006, será un oráculo revelador de lo que veremos en los estadios germanos: fuerza europea y realismo mágico latinoamericano. Más allá de la comercialización, de la euforia globalista y de las contradicciones que impone la migración planetaria de jugadores, la Champions League es un cedazo de las desigualdades, la pobreza y los espejismos nacionales; el más puro escaparate del talento individual de todo el globo.
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VILLARREAL-ARSENAL 0-0
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Como pronosticamos, el Arsenal mantuvo como visitante una actitud cautelosa y defensiva. Bombardeó los accesos a su área (incluyendo los caminos de terraceria) y clausuró las esperanzas de su enemigo. Las finales imponen cánones que perjudican el espectáculo. El partido quedó 0-0.
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Dicho en palabras de Carlos Miloc, “El gol es el táctico”. El técnico del Arsenal no pecó de romántico: salió a defender su ventaja en una cancha donde el jugador número 12 es amarillo. Llevado el cotejo hasta la agonía, Riquelme falla un penalty en víspera del pitazo final. Lástima, pero así se refrenda el destino. No anotó Riquelme porque no anotó el Guille Franco ni Forlán; no anotó porque se contagió de fallas colectivas, de insuficiencias técnicas. No fue Riquelme quien dejó tendido al Villarreal, no busquen tragedias. Fue el destino que jamás ha tenido por favorito al amarillo.
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BARCELONA POR LA SEGUNDA COPA
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…El 10 del Barcelona merodeaba el área grande enemiga desde la banda izquierda como un lobo en celo, pero Stamp y Costacurta, con su terquedad y sus marrullerías no permtieron que se incrementaran la ventaja; Ronaldinho no es un hombre fácil de marcar, pero es un hombre al fin y al cabo, y el partido de vuelta entre el Milán y el Barcelona era una delgada línea de nervios pendiendo de un hilo donde la realidad disputaba el esférico a la fantasía.
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___Un 0-0 suele ser aburrido, pero el que se disputó el 25 de abril de 2006 en el Nou Camp fue una cátedra de sexto año. Táctica vil y viril, futbol de primer mundo, magnetos equilibrados que se repelen y que cierran al sueño las cortinas de una habitación.
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___Cómo lamento decir que Kaká fue una nave extraviada en un océano de desconciertos, y que Inzaghi convaleciente jamás osó poner en peligro su inclusión en el equipo italiano mundialista. Lástima por el A.C. Milán, que merecía más. El gol anulado de Schevchenko, un negrito en el arroz de la lógica. Dida, pese a todo, el mejor jugador del partido.
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___Arsenal cumple diez partidos sin recibir gol (anoten los pesimistas), pero jamás ha llegado a una final de esta magnitud. Las jetaturas existen y se exhiben a la menor provocación. Barcelona es favorito por razones del corazón, pero el corazón es susceptible a infartos inesperados. Recuerden este nombre: Thierry Henry.
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