EL GUANTE BLANCO DE CANETTI

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___De haber sabido que su flamante nombramiento en el grupo de asesores acabaría prematuramente, Canetti quizá no se hubiera comprometido como lo hizo. No habíamos vuelto a verlo desde el día en que asumió la oferta, el mismo día en que nosotros fuimos despedidos inesperadamente. Quizá el cambio no había resultado como esperaba el gobernador, quizá había resuelto ya el enigma de la autoría de la famosa lista de los IQ sobresalientes donde el mandatario aparecía en el sitio 122.

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___No lo sabemos. Sabemos, eso sí, que Mario Canetti volvió a sus rutinas habituales; que anoche Mauricio Domingo y Dora, sus ahijados consentidos, lo internaron en el Hospital del Buen Pastor. Otra vez... y pueden jurarlo, el sábado rondará nuevamente por El parián o el Just in, obstinado en su inefable tarea de acabar con el wiskey disponible.

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___El domingo siguiente volvió a aparecer su acostumbrada columna semanal en Letra sepia. El tema: El lamentable sabor del IQ: Léanlo, no tiene madre.

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